La otra cara de la censura de vídeos violentos en las redes: se están eliminando pruebas de los crímenes de guerra
El pasado 15 de marzo de 2019 se produjeron dos atentados contra mezquitas en Nueva Zelanda que dejaron más de 50 muertos y una honda preocupación y dolor en una sociedad poco acostumbrada a sufrir ataques de este tipo. Una de las grandes críticas que se hizo fue la retransmisión, casi en directo y a través de las redes sociales, de la violencia acaecida en esta localidad oceánica. El impacto fue tal que Jacinda Ardern, primera ministra del país, lanzó la voz de alarma sobre la difusión de estos ataques a través de Facebook, Twitter o YouTube y pidió a las compañías que no permitan este tipo de actuaciones.