La apuesta de los socialistas españoles para seguir en el poder
Tras las elecciones del 28 de abril, que dieron el triunfo al Partido Socialista Obrero Español (Psoe), encabezado por el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, España entra en una fase de interinidad a la espera de nuevos acontecimientos electorales.
El 26 de mayo se celebrarán elecciones autonómicas, municipales y al Parlamento Europeo. Estos comicios servirán para establecer si los ciudadanos reproducirán el voto emitido en las presidenciales o si el mapa político se dibuja de otra manera.
“Es importante saber si los resultados de las elecciones generales tienen parangón con los de las elecciones europeas, y lo mismo sucede con las locales y autonómicas”, explica el analista Fernando Pajares. “Es fundamental ver qué pasa con los populares (miembros del Partido Popular) y ver qué pasa con los socialistas en ambos escenarios. En función de cuánto suba uno o cuánto suba otro tenemos claro un panorama”. Se trata de una nueva medición de fuerzas clave, enfatiza.
En ese sentido, y a pesar de haber ganado, Sánchez ha optado por no formar gobierno hasta pasadas estas dos elecciones.
Opciones de gobierno
El modelo parlamentario plantea dos opciones para constituir gobierno. En un primer caso, se trata de obtener una mayoría absoluta de parlamentarios, 176, con lo cual se conformaría un gobierno de mayorías. No es la situación de Sánchez, que consiguió 123 curules y, si quiere ese tipo de gobierno, estaría obligado a pactar coaliciones con otros partidos hasta alcanzar los 176 parlamentarios. La segunda opción consiste en gobernar en minoría, como partido triunfante, con las 123 curules ganadas.
La ventaja de la primera posibilidad es que permite desarrollar una labor legislativa cómoda, con segura aprobación de todas las iniciativas, y con una oposición que no puede numéricamente frenar su acción en el Congreso.
La segunda opción, la de un gobierno minoritario, trae como efecto el probable bloqueo permanente de los partidos opositores y, en consecuencia, la inacción legislativa, salvo que se llegue a acuerdos puntuales con las distintas fuerzas políticas, según sea el caso, para sacar adelante un proyecto en el Parlamento.
Sánchez, por lo pronto, ha optado por el segundo camino. En primer término, porque, de lo contrario, se habría visto obligado a pactar con los separatistas catalanes para obtener la mayoría absoluta de 176 parlamentarios, además de sumar los votos de la extrema izquierda, liderada por Pablo Iglesias, cabeza del partido Unidas Podemos.
Las dos opciones presentan desventajas. “Para los socialistas de la vieja guardia es difícil ver a un ministro de Podemos en el gobierno”, señala Pajares. “Más aún si entra Iglesias, que querría la vicepresidencia del gobierno con el control de la Secretaría General de Comunicación, de Televisión Española, Efe, el Centro de Investigaciones Sociológicas y el Centro Nacional de Inteligencia”, agrega. Y, por otra parte, Sánchez prometió durante la campaña no ceder ante el independentismo catalán.
“Una vez investido, Sánchez buscará apoyos puntuales según el tipo de leyes”, asegura el analista. “Para las leyes sociales, por ejemplo, acudirá a Podemos. En leyes de carácter estatal como un pacto educativo, un pacto territorial o frenar a los nacionalistas puede buscar el apoyo o abstención de partidos como PP o Ciudadanos”, añade. Y aclara que, si hasta ahora Sánchez ha gobernado con el apoyo de 84 diputados, es muy posible que también lo logre con los 123 con que cuenta ahora.
Fuerzas políticas
De otra parte, el partido Ciudadanos, que obtuvo 57 parlamentarios, se negó de entrada a una coalición de gobierno con el Psoe, pues su interés inmediato no es estar cerca de la izquierda, sino consolidarse en el centro político y desplazar del todo al PP, el gran derrotado en las elecciones pasadas.
“El Partido Popular no puede admitir que un partido que ha llegado a los 137 diputados y que ha gobernado España se quede con 66 diputados, como le pasó en las elecciones”, señala Pajares. “Tiene que cambiar de estrategia, olvidarse del giro a la derecha que ha estado condicionado por Vox y volver al centro”, agrega, y explica que Pablo Casado –líder y candidato del PP– no renunció ante los pésimos resultados para no crear “un vacío de poder con una gestora cuando hay unas elecciones locales autonómicas y europeas dentro de tres semanas”.
Casado, en efecto, hizo un giro inmediato hacia el centro tras la derrota y sostiene que la pérdida de votos viene “desde hace ocho años”, en referencia a la presidencia de su compañero de partido Mariano Rajoy. Este último fue expulsado del gobierno por una moción de censura impulsada por Sánchez y alimentada por los escándalos de corrupción que latigan al partido.
A Casado, además, no le funcionó la renovación de sus cuadros, compuesta por políticos afines a él. Los candidatos tradicionales inspiraban mayor confianza entre los electores de ese partido.
La estrategia de Sánchez, por el momento, es obtener nuevos respaldos y fortalecer el liderazgo del Psoe en la escala local y a nivel europeo con las nuevas elecciones. De ser así, estaría más confiado en su idea de gobernar en solitario y tendría un cuadro completo de la situación de todos los partidos españoles.
Las demás fuerzas políticas también quieren mejorar resultados. Esperan recuperar espacios perdidos y obtener el poder local en ciudades de importancia. También se definirán allí pactos de gobierno según los resultados obtenidos.
El caso de Madrid es representativo. Ciudadanos aspira a tener alcalde y presidente de la Comunidad (Gobernación) de Madrid, tras la caída estrepitosa del PP en la zona central del país. El rival de Ciudadanos ya no es este partido de derecha sino Más Madrid, de izquierda, que busca mantener la alcaldía y obtener la presidencia autonómica para Íñigo Errejón, hasta hace poco segundo líder de Podemos, partido que abandonó por diferencias con Iglesias. Los resultados en Madrid definirán la correlación local de fuerzas entre el centro y la izquierda moderada.
Cataluña
El principal tema del escenario político en España durante los últimos años ha sido el pulso separatista de una parte de catalanes. La posición de los candidatos frente a esta cuestión fue determinante en las elecciones del 28 de abril. Mientras los partidos de derecha en todo su espectro mantuvieron una postura firme en contra de cualquier intento de secesionismo, los de izquierda fueron más abiertos. Sánchez, en todo caso, aseguró que no permitiría la independencia.
Para los socialistas de la vieja guardia sería difícil ver a un ministro de Podemos en el gobierno o un pacto con el separatismo catalán
“No va a admitir de ninguna manera un referendo por la autodeterminación porque no está en la Constitución y sería reconocer que tienen derecho a la autodeterminación, además de que podrían seguir pidiendo indefinidamente hasta ganarlo –afirma Pajares–. Cataluña no ha sido reino nunca; ha estado bajo la corona de Aragón. Cataluña no tiene derecho a decidir por sí misma sin contar con el resto de los españoles”, y agrega que, si eso llegara a pasar, el País Vasco haría lo mismo. “Sería el principio del fin de España”.
Aunque no admita la convocatoria a un referendo, Sánchez debe mantener una posición dialogante. “Debe prometer más autonomía a Cataluña, mantener el pulso, mantener abierta la comisión bilateral España-Cataluña y recibir al nuevo presidente de Cataluña”, dice Pajares.
Por otra parte, sigue avanzando el juicio contra los dirigentes catalanes que declararon la independencia de Cataluña en 2017. Habrá que esperar la sentencia, pero es preciso recordar que el presidente de gobierno tiene la capacidad de indultar y no se sabe si Sánchez recurrirá a este mecanismo político en caso de que haya una condena.
El exvicepresidente de Cataluña Oriol Junqueras, bajo arresto preventivo, obtuvo la votación más alta en Cataluña. “Significa que cuenta con el respeto de la gente, porque sabía que lo podían meter en la cárcel y aun así se quedó”, afirma Pajares. Carles Puigdemont, expresidente catalán que declaró la independencia fallida, continúa prófugo.
Lo inmediato
Sánchez citó la próxima semana a los principales candidatos en horas y días distintos. “Es un gesto de cortesía parlamentaria que tienen el primer partido que ha ganado las elecciones y su líder para consultar con los partidos constitucionalistas, empezando por el PP, Ciudadanos y Podemos, en orden de número de escaños”, explica Pajares. “Son consultas de tanteo porque el gobierno de España no se va a formar hasta que no pasen las elecciones autonómicas municipales y europeas del 26 de mayo”.
La campaña para esos comicios comenzará el 10 de mayo, y está prevista para el 21 la constitución de las Cortes, cuando los nuevos diputados tomarán posesión de sus curules.
Luego se celebrarán las elecciones autonómicas, municipales y europeas, que cerrarán el compás de espera en España, dando paso a la hora de las definiciones políticas.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
Madrid