Los grupos sin ley que azotan a migrantes en frontera EE. UU.-México
Atravesar la frontera no es el peligro más grande que enfrentan los migrantes que quieren llegar a Estados Unidos desde México y otros países centro y suramericanos. Ni las patrullas fronterizas, ni la falta de alimentos, ni tener que caminar por trochas y desiertos durante días se comparan con el mal que los espera en los bordes: grupos paramilitares.
Este fenómeno no es nuevo y se trata de ‘voluntarios’, hombres armados hasta los dientes, muchos de ellos incluso con uniformes militares y todos con un sentimiento en común: desprecio por las personas que quieren llegar y asentarse en su país, sin importar las condiciones que los hayan empujado a realizar semejante travesía.
La reciente detención de un líder paramilitar supremacista estadounidense, cuyo grupo nombrado Patriotas Constitucionales Unidos se dedica a “cazar migrantes” en la frontera norte entre México y Estados Unidos, ha abierto una nueva discusión acerca de agrupaciones paralelas nacidas a partir del brote de “apología del odio” auspiciada por el gobierno de Donald Trump.
El arrestado fue Larry Mitchell Hopkins, quien usaba el alias Johnny Horton Jr y era el líder del grupo paramilitar, un aglomerado de derecha que había estado deteniendo a los migrantes para entregarlos a la Patrulla Fronteriza.
Ya en enero pasado, la organización Inmigration Border Center había denunciado que de cientos de investigaciones en proceso, siete casos fueron documentados, de los cuales hay cuatro paramilitares presos por ser hallados culpables en las ejecuciones.
En el perfil de facebook de Mitchell Hopkins se pueden apreciar las fotografías del hombre detenido con la tarjeta informativa del FBI; en sus publicaciones aparecen notas de detenciones de migrantes, videos de privaciones ilegales, los anuncios de su transmisión en YouTube los lunes a las 18 horas, así como reportes de sus acciones en la frontera.
Por ejemplo, el pasado 11 de marzo, publicó: “Acabo de pasar 16 días en la frontera con mis hombres, es una gente de guerra, por favor oren por todos nosotros (sic.)”; en otro mensaje del 1 de abril apunta: “En el último mes nuestro grupo de patriotas ha detenido a más de 3.500, en su mayoría niños siendo objeto de tráfico de adultos (sic.)”.
Grupos de vieja data
De acuerdo con la organización Pueblos Sin Fronteras, ubicada en la región del noroeste mexicano, estos grupos comenzaron a tener visibilidad desde el año 2006 cuando en Texas y Arizona empezaron a aparecer armados, con camuflaje militar y a bordo de camionetas y motocicletas, pero sin insignias de ninguna autoridad.
“Este grupo paramilitar brotó por la apología del odio hacia migrantes, con el estado de emergencia en la frontera. Luego con las políticas de Trump, con el nuevo sistema supremacista blanco, han recuperado visibilidad los grupos paramilitares que anteriormente no eran normalizados. Ahora lo son con las políticas de Trump, les dan fuerza a estos movimientos”, dice en entrevista Irineo Mujica, líder de la organización, quien atestiguó a estos grupos hace 12 años.
“Hay mucha gente que supuestamente defiende la frontera y dispara en el desierto, definitivamente es un peligro para las personas en la frontera, pero también para la población que no sabe que son”, agrega.
Para Rubén Figueroa, integrante del Movimiento Mesoamericano de Migrantes, “esos grupos surgieron en el entorno de la criminalización contra las personas migrantes. Eso podría ocasionar más brotes de estos grupos (paramilitares)”.
Por su parte, el sacerdote Alejandro Solalinde, defensor de migrantes en la división sur México-Centroamérica, difiere de los dos defensores: “Son grupos de supremacistas de Arizona que se inspiran en Trump, pero son aislados”.
Según la investigación “Minuteman Project: segregación y activismo antimigratorio”, del profesor del Colegio de la Frontera Norte, José Antonio Trujeque, publicada en 2006, la presencia mediática y el éxito político de esos grupos se debe a una nueva doctrina de seguridad nacional en Estados Unidos, al relanzamiento del discurso patriota en defensa de las fronteras y la segregación de tinte antimexicano.
Sin embargo, la presencia de estos grupos paramilitares data de más de tres décadas atrás y su origen, de extrema derecha, en muchos casos tiene tiznes político-religiosos. Un ejemplo de ello es el Ku Kux Klan que, en 1977, plantó en la frontera una patrulla que se refería a los migrantes como un ‘problema alienígena’. Uno de los representantes de esta secta dijo en las noticias que patrullarían con radios y armas legalmente registradas desde Brownsville, Texas, hasta el Océano Pacífico, para ayudar a frenar el flujo de extranjeros ilegales.
En 2014, por ejemplo, hubo una alarma porque los grupos empezaron a reclutar voluntarios para proteger la frontera, en un momento en que las cifras de niños migrantes intentando cruzar estaba disparada.
Sus convocatorias se intensificaron tras el despliegue mediático que se le dio a la crisis de niños centroamericanos no acompañados que aparecieron en su mayoría en el Valle del Río Grande, en Texas.
Los nombres de algunos de estos grupos (a 2014), que hoy en día que hoy en día pueden haberse triplicado, son: Bolinas Border Patrol, Central Valley Militia, Independent Citizens Militia, Alpha Team, Bravo Team, FOB Harmony, Operation Secure Our Border: Laredo Sector, O’Shanessy’s Team, the 77’s y Camp Geronimo.
Operation Secure Our Border, por ejemplo, se describe como un grupo activo desde 2014, conformado por personas armadas que viajan a la frontera entre México y Texas en respuesta a la inmigración ilegal. Algunos de los miembros de la Operación Secure Our Border también participaron en el enfrentamiento en el rancho de Cliven Bundy en Nevada.
Según la ONG Trackingterrorism.org, «Operation Secure Our Border es liderado por Chris Davis, un autodeclarado Comandante de la milicia del sector de Laredo y que, al parecer, fue despedido honorablemente del Ejército en 2001. Ganó notoriedad cuando publicó un video ampliamente publicitado en YouTube, en el que llamó a sus compatriotas para que “apunten su arma a los [inmigrantes ilegales], entre los ojos, y digan: ‘Vuelva a cruzar la frontera o te dispararán ». Davis dijo más tarde que eliminó el video porque fue sacado de contexto».
Aunque varias organizaciones han intentado establecer el cómo operan los grupos paramilitares, lo cierto es que es muy difícil determinar los alcances de cada uno de los casos. Muchos de estos grupos aseguran solo actuar como un medio para frenar y entregar a los migrantes a las autoridades, pero han sido varios también los casos reportados de personas que desaparecen en la frontera y que muchos aseguran caen en manos de alguna de estas agrupaciones.
En Laredo (Texas), donde opera Chris Davis, los desaparecidos se han convertido casi que en el pan de cada día para los residentes que, ante el temor de no volver nunca a sus hogares, o ser asesinados por estas agrupaciones, prefieren pasar todo tipo de trabajos, en lugar de buscar mejores opciones en Estados Unidos. A esa problemática se suma la operación de los más temidos carteles de México en el lugar, por lo que muchas familias realmente nunca se enteran de lo que les pudo haber sucedido a sus seres queridos.
Narcos, ‘maras’ y gobierno
Los migrantes mexicanos y centroamericanos se enfrentan a diversos enemigos y obstáculos desde la frontera sur de México-Centroamérica, a través de la república, y en la línea divisoria con Estados Unidos. Por esa razón surgieron las caravanas, para acompañarse y protegerse.
En el caso de los centroamericanos, desde su salida en caravanas durante los últimos años, se han enfrentado a las pandillas MS-13 y la MS-18, conocidas por ser violentas y extorsionarlos en sus países.
Por su parte, el sacerdote Solalinde confirma en entrevista que los cárteles de la droga como Los Zetas -con formación paramilitar debido a su pasado en escuadrones de élite del ejército- participan en contubernio con las maras para vigilar y cometer crímenes contra los migrantes.
Después, a su paso por el país empieza otro calvario: las autoridades migratorias mexicanas cometen abusos a los derechos humanos durante las detenciones, hechos que han sido denunciados en numerosos informes y por el mismo Solalinde, cuya defensoría es la más importante en el sur.
Además, para llegar hacia los Estados Unidos, los migrantes abordan el tren llamado “La Bestia”, el cual recorre diferentes estados, entre ellos el de Veracruz, donde han sido violentados por las policías municipal, estatal y federal.
Según el sacerdote, a veces son asesinados o desaparecidos por sicarios al no pagar las cuotas de extorsiones o secuestros.
Y ahora, de acuerdo con los defensores del Movimiento Mesoamericano Migrante y Pueblos Sin Fronteras, se añade un posible riesgo más por la “apología anti-inmigrante” de Trump, a partir de estos grupos paramilitares de supremacistas blancos.
Las dolorosas cifras de la migración
Este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) actualizó y difundió las cifras de migrantes latinoamericanos que han muerto al intentar dejar sus países.
Según el organismo de Naciones Unidas, en lo que va de este año 380 migrantes latinoamericanos han muerto, muchos de ellos venezolanos que han perdido la vida ahogados en el Caribe o centroamericanos que buscaban cruzar la frontera de México con Estados Unidos.
La cifra, un 50 por ciento más que las 241 muertes registradas hasta mediados de junio de 2018, también coincide con un reforzamiento de la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos, que ha llevado a migrantes a recurrir a contrabandistas de personas y a tomar rutas más riesgosas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El lunes, el Gobierno de Estados Unidos recortó cientos de millones de dólares en ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras, luego de que Trump arremetiera contra los tres países centroamericanos porque miles de sus ciudadanos habían buscado asilo en la frontera de Estados Unidos con México.
«Este mes ha estado marcado por varias tragedias en la frontera de Estados Unidos y
México, donde al menos 23 personas han muerto desde el 30 de mayo, más de una por día», dijo Joel Millman, portavoz de la OIM, en una conferencia de prensa.
Las cifras de la OIM muestran que, hasta el momento, 144 migrantes murieron en
México, 143 en el Caribe, 66 en la frontera sur de México con Centroamérica y 27 en Sudamérica. Otras 42 muertes reportadas están siendo investigadas en
México, agregó Millman.
Redacción APP
Con Reuters y Anadolu