‘El Escuadrón’, las 4 demócratas que sacuden la política en EE. UU.
Hasta el 6 de noviembre del año pasado pocos en EE. UU. tenían idea de quiénes eran Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, cuatro mujeres que ese día salieron electas como congresistas a la Cámara de Representantes en ese país.
En su momento, la elección generó algunos titulares, pues todas, a su manera, representaban un hito en la historia. Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño, por ser la mujer más joven en llegar al Capitolio (tiene 29 años); Tlaib y Omar, al convertirse en las primeras musulmanas en dar este mismo paso, y Pressley, como la primera afroestadounidense electa para representar al estado de Massachusetts.
Pero, aparte de lo anecdótico, nadie anticipó la tormenta que estas causarían en los cinco meses que van desde que tomaron posesión de su curules.
Una tormenta que esta semana se transformó en huracán, luego de que el presidente Donald Trump les recomendó regresar a sus “malogrados países de origen” y desató una oleada de críticas, especialmente en el Partido Demócrata, por el tono racista de su comentario.
Para muchos, entre ellos la junta editorial del Washington Post, lo del presidente es indefendible, pues las cuatro legisladoras son ciudadanas de EE. UU. electas de manera legítima al Congreso (tres son nacidas en el país y una naturalizada) cuyo único “pecado” ha sido cuestionar duramente las acciones de su gobierno.
“La lealtad hacia el país no presupone la ausencia de crítica hacia el pasado o hacia el presente. El derecho a disentir es, además, uno de los principios más valorados en EE. UU.”, decía el Post en su editorial, tras indicar que si bien no están de acuerdo con muchos de los planteamientos de las legisladoras, no cuestionan su patriotismo y antes dan la bienvenida al debate que han provocado. Pero Trump, antes que retractarse, atizó aún más la disputa acusando a las legisladoras de “odiar” a EE. UU. y defender ideas comunistas.
En un evento electoral en el que participó el miércoles volvió a la carga para el deleite de miles de sus fieles seguidores que coreaban “¡envíala de regreso!”, en alusión a Omar, quien nació en Somalia, pero emigró cuando era una niña.
Aunque el caso de las congresistas y su disputa con Trump está dominando el discurso político en EE. UU., y es tendencia en redes sociales, lo cierto es que el impacto de su elección comenzó a sentirse desde hace varios meses.
Durante las primeras semanas de su gestión la imagen que proyectaron fue la de un nuevo partido demócrata en el que las minorías y mujeres estaban ocupando un espacio cada vez más grande.
La lealtad hacia el país no presupone la ausencia de crítica hacia el pasado o hacia el presente. El derecho a disentir es, además, uno de los principios más valorados en EE. UU.
De hecho, fueron la portada en varias revistas en el país, entre ellas Rolling Stone, la cual publicó una foto en la que aparecen sonriendo junto a la líder de la Cámara, Nancy Pelosi, bajo el título de las “nuevas voces del Congreso”.
Pero el romance duró muy poco. ‘El Escuadrón’, como les dicen ahora a las cuatro, provienen de la línea más progresista y liberal del Partido Demócrata. Para ponerlo en términos latinoamericanos, son de ‘izquierda’ y crecieron en la ola que provocó el senador Bernie Sanders en la campaña del 2016 con su visión antiestablecimiento y en favor de la equidad social.
‘El Escuadrón’, por ejemplo, ha impulsado en el Congreso el llamado Nuevo Acuerdo Verde, el cual no solo busca reducir de manera radical las emisiones de carbono, sino darle todo un revolcón al sistema económico y social del país, en el cual se garantizaría sueldos mínimos para familias pobres y se ofrecería cubrimiento universal de la salud y universidad gratuita, entre otras cosas.
Así mismo, han adoptado posiciones radicales en varios frentes. De hecho, votaron en contra de proyectos de ley auspiciados por el propio partido. Recientemente uno en el que se incluían fondos para aliviar la situación en la que se encuentran los inmigrantes en la frontera, pero preveía fondos para fortalecer la guardia fronteriza –algo que Trump había exigido– optaron por boicotearlo.
Y vienen trabajando intensamente en conseguir los votos necesarios para iniciar un juicio de destitución contra el presidente, a pesar de que Pelosi lo ha rechazado de momento, pues cree que eso afectaría los chances del partido de retener la Cámara y recuperar la Casa Blanca.
Pelosi, de hecho, viene empujando una agenda más de centro, pues está convencida de que para derrotar a Trump en el 2020 el partido debe escoger a un candidato más tradicional. Y, en ese sentido, ‘El Escuadrón’ se ha convertido en todo un dolor de cabeza, pues está jalando el partido hacia la izquierda y provocando fisuras en su interior.
Puede que sea cuestionable y el mensaje que manda no me gusta. Pero lo que está haciendo Trump, desde el punto de vista táctico, es inteligente. Está desestabilizando a los demócratas.
Su problema es que las legisladoras son muy populares entre la base del partido y la pelea con Trump ha elevado aún más ese estatus. Y el presidente lo tiene clarísimo. Su estrategia reelectoral, desde el comienzo, ha sido pintar a los demócratas como una banda de socialistas que quieren arruinar el sueño americano. Igualmente, exacerbar los sentimientos antiinmigrantes que ya existen entre sus seguidores.
Y en ese contexto, la polémica con las cuatro congresistas, con sus nombres foráneos y difíciles de pronunciar, le cae como anillo al dedo. Sabe, además, que los demócratas no tienen más remedio que defenderlas. Algo que le permite insistir en que ellas son el nuevo rostro del Partido Demócrata y, al hacerlo, asustar a los votantes de centro.
“Puede que sea cuestionable y el mensaje que manda no me gusta. Pero lo que está haciendo Trump, desde el punto de vista táctico, es inteligente. Está desestabilizando a los demócratas y, al mismo tiempo, unificando a su partido”, sostiene Scott Jennings, estratega republicano que trabajó para el gobierno de George W. Bush.
Esa es una perspectiva. Otra es la de Lauren Wright, profesora de la Universidad de Princeton. Para ella, la estrategia de Trump es muy riesgosa “pues si motiva a su base cuando atiza los resentimientos raciales, también puede energizar a los demócratas y alinear a votantes más moderados”.
Cuál de los dos tiene la razón es, por hoy, un enigma que solo será resuelto en 16 meses, cuando los estadounidenses acudan a las urnas.
Sergio Gómez Maseri
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington