El uruguayo que ayudó a evacuar 16 mil judíos de Etiopía

Cuando Daniel Limor, nacido en 1945, vivía en Montevideo, seguramente no imaginaba que unos años más tarde se convertiría en agente del Mossad (servicio secreto israelí). Y tampoco que el operativo que encabezó para organizar el rescate de judíos de Etiopía y su traslado al Estado de Israel sería tema de una película en la que él mismo sería representado por un famoso actor de Hollywood.

Limor habló con EL TIEMPO dos días antes del estreno de The Red Sea Diving Resort (Operación hermanos, en Latinoamérica), la primera película israelí en Netflix.
El papel del agente del Mossad lo interpreta Chris Evans (el Capitán América para la exitosa saga de Marvel). El tema: los preparativos del ‘Operativo Moisés’, en cuyo marco aproximadamente 16.000 judíos etíopes pudieron llegar a Israel, tras una travesía compleja y peligrosa, a pie, por el desierto, desde la lejana Gondar hasta la frontera con Sudán.

La película trata sobre la puesta en escena montada por el Mossad para encubrir el operativo de salvación de los judíos etíopes: un hotel abandonado en la costa sudanesa del mar Rojo, comprado por agentes del Mossad que simulan ser empresarios.

¿Por qué cree que le encomendaron esta misión?

Yo tenía una posición de responsabilidad en el continente africano, por lo cual tenía alguna noción de cómo se trabaja en África. Como el tema era traer a los judíos de Etiopía, me mandaron a hacer un viaje de estudio para ver cómo se los puede sacar, para ver dónde están, cómo están dispersos por el país.

Hice dos viajes a Etiopía para ver diferentes zonas en las que era muy difícil circular. En aquella época ya había gobierno comunista y no pude ir como israelí. Claro que las razones por las que supuestamente iba eran otras, no las verdaderas. Y de más está decir que no viajé con pasaporte israelí. Ni uruguayo.

¿Con qué nacionalidad?

No importa.

¿Se les planteó el operativo como una misión más o estaba claro que era algo especial?

Un operativo de este tipo no es parte de lo que suele hacer el Mossad. El Mossad se ocupa de otras cosas, no de salvar civiles en situaciones peligrosas. Pero como es el único organismo del Estado que legalmente puede operar clandestinamente fuera del país, estaba claro que ninguna otra organización podría ocuparse de esto. Así que recayó sobre nosotros.

Y teníamos que llegar a judíos que vivían desde la antigüedad en un país hostil en el que estaban totalmente aislados. Estaba claro que esta no era una simple misión. Aquí se trataba de algo mucho más emotivo y de gran significado. Todos lo sentimos así.

¿Cuáles eran los desafíos con los que había que lidiar?

Descubrimos que era casi imposible evacuar a esta gente directamente de Etiopía, por muchas razones, y al final operamos en Sudán. Era complicado porque es un país árabe, enemigo, que participó en las guerras contra Israel. Siempre mandaron unidades a luchar con Egipto contra nosotros. Era un país muy hostil a los occidentales, porque eran musulmanes extremistas y no querían influencias de lo que consideraban era una cultura equivocada.

Casi 40 años después…

Cuando vivía en Uruguay podía imaginarse que de adulto haría eso…

Nunca en la vida. No tenía ni idea de que existía el Mossad. Es que en aquella época nadie hablaba. Hoy se habla de todo. Aun siendo oficial de paracaidistas en el ejército, no tenía idea del Mossad. Claro que nunca pensé que iba a llegar a hacer cosas así. Pero la verdad, cuando me eligieron para que yo comenzara a estudiar ese asunto, para ver qué se podía hacer, me dije que es algo especial por lo que valía la pena vivir. Ya solo por eso valía la pena haber ido a Israel.

Y me imagino que eso lo sigue acompañando también hoy.

Así es. Estoy en contacto hasta ahora con judíos etíopes, hoy israelíes, que llegaron a Israel en aquel operativo. Ellos me buscaron a mí. Estoy en un grupo de WhatsApp en el que hay muchos de ellos, ni sé cuántos, en el que soy el único blanco. Es un grupo, todos, de quienes llegaron a Israel en aquellos operativos. Hoy hay entre ellos oficiales de policía, abogados, de todo.

¿Cómo ve toda esta movida de la película? Debe ser muy conmovedor.

Le cuento que el director Gideon Raff se contactó conmigo hace unos 2 años, me dijo que quería hacer una película sobre este tema y me preguntó si estaba dispuesto a ayudarlo en la preparación del escenario. Me ofrecieron plata, pero yo no quise aceptar dinero. Nunca cobré nada por esto, porque este tema no me pertenece a mí sino al pueblo judío. Yo hice lo que hice, como emisario del pueblo judío.

A menudo pasa que las películas son un poco distintas de la realidad…

Yo le dije al director que estaba dispuesto a cooperar, bajo una condición: que la película tenga un mensaje, que refleje cómo realmente se hicieron las cosas, que no presenten esto como “los valientes del Mossad y el comando israelí que fueron a arriesgar sus vidas para salvar a los pobres judíos de Etiopía que no tenían nada”. No, eso no.

Eso fue una operación combinada entre los judíos etíopes y quienes vinimos desde Israel. Cada uno hizo su parte. Uno sin el otro, nada habría servido. Ninguno de nosotros, ni el Mossad ni el ejército, habríamos podido llevar a cabo esta misión sin la ayuda, y más que eso aún de los mismos judíos que llegaron a Israel con nosotros. Le dije: “si eres capaz de transmitir este mensaje, te ayudo”. Y aceptó. Yo no quería que fuera la historia de héroes blancos que vienen a salvar a los pobres negritos. No, eso no es para mí.

Y con la película ya terminada, ¿se puede reconocer claramente el operativo que usted encabezó?

Sí, se puede reconocer. Hay algunos efectos bien tipo Hollywood de algunas cosas que no hubo en la realidad. Será para vender mejor la película. Pero hay muchas partes muy fieles. Y de todos modos, lo que más me importaba era lo que mencioné antes. No digo que no hay que mejorar, pero sin duda se puede reconocer. Para mí lo esencial era destacar la relación muy estrecha que yo tuve con el judío etíope que era mi hermano, mi socio en todo esto, que eso se vea. Porque fue un trabajo conjunto.

Y, por sobre todo, destaca lo emotivo que esto le resultó…

No es casualidad que llamé a esto Mivtsa Ajim, Operación hermanos, por la relación que se desarrolló entre nosotros. Fue propia de hermanos. Quedamos unidos para siempre, nosotros y nuestras familias.​

JANA BERIS
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
JERUSALÉN

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