En medio de tensión con EE. UU., Cuba refuerza alianzas con Rusia
La agenda del primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, para sus dos días de visita oficial a La Habana ha sido muy parecida a la de sus viajes anteriores: en el 2008, cuando era presidente ruso, y en el 2013: que, como ahora, era primer ministro. Medvedev, de nuevo, ha estado cargado de reuniones y firmas de acuerdos.
Pero el momento histórico ha cambiado notablemente. Las relaciones entre Cuba y EE. UU. están en unos niveles de tensión pocas veces visto a causa del recrudecimiento del embargo y de las severas sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump.
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“Hemos acordado reforzar nuestra asociación estratégica”, afirmó el enviado del presidente ruso Vladimir Putin, quien atestiguó en el Palacio de la Revolución la firma de acuerdos en las ramas de transporte –en especial automotor y ferroviario–, infraestructura, industria, biotecnología, agricultura, energía y tecnología digital, entre otros.
Restablecer y modernizar con materiales, tecnología y equipamiento ruso los más de 1.000 kilómetros de las redes de ferrocarril, así como estaciones y un único centro de control de circulación de trenes, es la tarea que lleva a cabo la estatal Ferrocarriles de Rusia. Es un proyecto de unos 1.880 millones de euros –2 .064 millones de dólares–, que contempla también la formación de personal cubano en los principales centros de transporte de Rusia. Además, las primeras locomotoras, de las 75 compradas, ya conectan la capital con el oriente de la isla.
Desde que asumió el poder en 2008, el expresidente cubano Raúl Castro, que el jueves se reunió Medvedev, enfatizó la necesidad de recuperar esta forma de transporte que permite trasladar muchas más personas a la vez que el autobús y más toneladas de carga, como ocurre en la actualidad.
Cuba siempre podrá contar con el apoyo de Rusia
Otro acuerdo esencial está relacionado con el petróleo. El viernes, el primer ministro de la Federación de Rusia dio comienzo a la perforación de un pozo horizontal en el yacimiento petrolífero de Boca de Jaruco, a 40 kilómetros al noroeste de la capital de la nación caribeña. La obra se enmarca en el compromiso de Putin de promover la sostenibilidad energética a largo plazo y se efectúa con la participación de la petrolera estatal Zarubezhneft.
“Cuba siempre podrá contar con el apoyo de Rusia”, insistió el jefe de gobierno ruso. La ratificación de ese apoyo abre en los cubanos de a pie una esperanza para que mejore la situación de escasez de combustible y de alimentos. Pero observadores advierten que la colaboración no es un cheque en blanco. Los rusos del siglo XXI ´vuelven´ a la Mayor de las Antillas a participar en proyectos concretos, incluidos los militares. No van a regalar nada. Salvo el dinero de los turistas rusos que van en aumento: más de 90.000 este año.
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Medvedev recibió el título de Doctor Honoris Causa en Ciencia Política por parte de Miriam Nicado, rectora de la Universidad de La Habana.
La asistencia soviética fue esencial desde los años 60 a los 90. La caída del bloque del Este distanció a los regímenes de Moscú y La Habana. La isla entró en una crisis que se denominó “periodo especial”. Los dirigentes cubanos aprobaron los primeros trabajos particulares y legalizaron la tenencia del dólar.
El petróleo venezolano enviado primero por Hugo Chávez y después por Nicolás Maduro fue la tabla de salvación. Pero, por la crisis venezolana, se ha reducido a la mitad la cantidad de barriles diarios que arriban a los puertos cubanos. Sumando las durísimas medidas adoptadas por la administración de Donald Trump para asfixiar al gobierno castrista, el resultado es una grave crisis de escasez de combustible en Cuba, pese a que la estatal rusa Rosneft comenzó en 2017 a suministrar 250.000 barriles de crudo. La isla produce unos 43.000 barriles diarios pero tiene déficit de 62.000.
Las pasadas semanas, las filas en las gasolineras para repostar eran kilométricas. Algunos conductores pasaron 12 y hasta 18 horas para poder llenar el tanque, y a muchos solo les expedían una veintena de litros. Esa falta de carburantes derivó en reducciones del transporte público –ya bastante deficitario- suspensión de clases o reducción de horarios escolares y laborales, intentos de adoptar el teletrabajo y otra serie de medidas para reducir el consumo energético sin afectar la distribución de energía eléctrica en los hogares.
Este jueves, el primer ministro ruso llegó a La Habana, donde fue recibido por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel para afianzar los vínculos entre ambos países.
Eliana Aponte – EL TIEMPO / Cuba
El endurecimiento del embargo estadounidense a niveles pocas veces visto hace que la isla socialista esté pasando por una situación que el presidente Miguel Díaz-Canel, quien recibió a la delegación rusa, calificó recientemente de “coyuntural” pero que quienes cumplen el medio siglo lo comparan con el “periodo especial”.
El comercio bilateral entre Rusia y Cuba ascenderá este año a 500 millones de dólares, según el vice primer ministro ruso, Yuri Borísov. Otros datos rusos cifraron en 2018 la circulación mercantil y la exportación rusa a Cuba no relacionada con materias primas alcanzaron 387 millones de dólares —un 33% más— y 313 millones de dólares —un 41% más— respectivamente. También se venderán lámparas led para iluminar La Habana para su 500 aniversario.
América Latina afronta intervenciones de EE.UU. cuyo fin es promover golpes de estado, en Venezuela en particular
Medvedev visitó la cúpula del Capitolio habanero, restaurada con láminas de oro enviado desde Moscú y fue investido del título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Políticas por la Universidad de La Habana.
Antes de despedirse, el primer ministro ruso denunció que “América Latina afronta intervenciones de EE.UU. cuyo fin es promover golpes de estado, en Venezuela en particular”. No cabe duda de que el vacío dejado por las políticas de Trump se puede llenar desde otras partes.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
La Habana