División sobre si lo que sucedió en Bolivia fue un golpe de Estado

La crisis en Bolivia tras la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, después de casi 14 años de mandato, sigue dividiendo a la comunidad internacional entre quienes ya analizan acciones por lo que consideran un “golpe de Estado” y aquellos que claman por un rápido proceso electoral.

Tras semanas de protestas, Morales renunció el domingo ante una recomendación de los militares después de que se publicó un informe de la OEA en el que se denunciaban graves irregularidades en los comicios del 20 de octubre, en los que fue reelegido para un cuarto mandato.

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Países como Rusia, Siria, México, Venezuela, Nicaragua y Cuba, así como el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández y los expresidentes de Honduras Manuel Zelaya y de Paraguay Fernando Lugo denunciaron un “golpe de Estado” contra Morales.

Lo mismo apuntaron organismos como el Grupo de Puebla y la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), que asegura que “hubo toda una trama que se estuvo gestando desde antes del proceso electoral para salir del gobierno de Evo Morales”.

La congresista demócrata estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez afirmó que “lo que está pasando en Bolivia en este momento no es democracia, es un golpe de Estado”, posición que apoyó el expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015).

Mientras tanto, España cuestionó la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía. “Esta intervención retrotrae a momentos ya pasados de la historia latinoamericana”, recalcó el Gobierno español.

En contraposición, el presidente de EE. UU., Donald Trump, señaló que con la salida de Morales se “preserva la democracia” en Bolivia y advirtió que “estos acontecimientos lanzan una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua”.

El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado “a todos los actores relevantes para que se comprometan a lograr una solución pacífica de la crisis actual y a garantizar elecciones transparentes y creíbles”.

Naciones como Alemania también insistieron en una solución pacífica y otras como EE. UU., Colombia, Guatemala y Perú apuntaron a un proceso de “transición” que permita convocar nuevos comicios.

“Con su dimisión, el presidente Morales ha despejado el camino hacia unas nuevas elecciones”, subrayó el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert.

Con ese objetivo, la OEA, que abordará el tema este martes, solicitó que el Parlamento boliviano se reúna de “forma urgente” para nombrar nuevas autoridades que garanticen otro proceso electoral.

Evo renuncia 7

Regocijo tras la renuncia de Evo Morales en Bolivia.

Foto:

Martín Alipaz / EFE

El papel de la OEA ha sido cuestionado por México, que solicitó la reunión del ente al criticar el “silencio del organismo” a pesar “de la gravedad de los acontecimientos”.
Asimismo, la Unión Europea (UE) respaldó que el país celebre nuevas elecciones de forma pacífica y “creíbles que puedan permitir al pueblo de Bolivia expresar su voluntad democrática”.

El mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, también apoyó esperar una solución “de manera pacífica y dialogada”, en tanto el Gobierno de Chile mostró su preocupación por la “interrupción del proceso electoral para elegir democráticamente al presidente”.

En otra orilla están los gobiernos de Argentina, Brasil y el presidente de Venezuela, Juan Guaidó, que consideran que no hubo golpe de Estado en Bolivia.

EFE

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