La epidemia de miedo que acongoja a Milán

Ida tiene prisa. Esta milanesa menuda y vivaracha de unos 60 años recorre a paso ligero las calles medio vacías del barrio de Buenos Aires, en el centro de Milán, y solo se detiene delante de un bar con la persiana abajo.

En ella han puesto un cartel para informar que el establecimiento no abrirá hasta la próxima semana para evitar la transmisión del coronavirus.

“El dueño de este bar lo cerró por propia iniciativa, como si sirviera para algo. Y en la cafetería a la que voy solo te atienden hasta las seis de la tarde. Las autoridades ordenaron que a esa hora cierren los bares, mientras que los cines, teatros y discotecas están clausurados. Pero los restaurantes y las tiendas, no. No hay quien lo entienda, es una contradicción. Nos hemos vuelto locos”.

Ida deja esa última frase flotando en el aire mientras se despide agitando la mano. No quiere llegar tarde a la cita y aprieta el paso por las calles de esta zona de Milán.

Milán coronavirus

Los restaurantes y cafeterías de Milán permanecen desocupados tras la propagación del nuevo coronavirus.

Apenas hay tráfico, los parques infantiles están vacíos, y en multitud de tiendas y establecimientos hay carteles para informar del cierre por la epidemia del covid-19.
En las residencias de ancianos, los mensajes son aún más drásticos, pues se informa a los familiares y visitantes que tienen prohibido entrar en los edificios hasta el 2 de marzo.

La advertencia refleja la preocupación por el hecho de que las personas mayores sean las más vulnerables a esta enfermedad.

En Italia ya hay más de 800 contagiados, de los cuales cerca de 50 ya se han curado y 21 han muerto. Los fallecidos eran pacientes de edad avanzada que tenían graves problemas de salud previos. Este es el tercer país del mundo con más casos, después de China y Corea del Sur.

Tras una semana desde que se registraron los primeros infectados en Lombardía, la región más golpeada por el coronavirus, es evidente que el problema grave es el pánico y no las consecuencias sanitarias de la epidemia, pues hay otras enfermedades mucho más mortíferas.

Este hecho se constata mejor en las calles de Milán, que con sus 1,3 millones de habitantes es la ciudad más dinámica y pujante de Italia, el centro económico y financiero del país y la capital de una de las regiones más ricas de Europa: Lombardía.
“Yo nunca había visto una Milán así. Jamás. Está todo medio vacío. Es como si fuera ferragosto, pero a finales de febrero. Es todo muy extraño”, explica Anna Lodi, de unos 70 años, refiriéndose a la fiesta de mitad de agosto que vacía las ciudades italianas.
Giampietro Gobo, profesor de Sociología en la Universidad Estatal de Milán, hace una clasificación para explicar quiénes son los responsables de la “epidemia de miedo” generada por el coronavirus.

“Los principales son los medios de comunicación. En Italia, por ejemplo, cada año mueren unas 9.000 personas de pulmonía, pero nadie informa de ello”, denuncia Gobo, que pone en el segundo lugar de su lista a “algunos expertos en virología” que compararon el coronavirus con la gripe española, responsable de la muerte de más de 40 millones de personas hace un siglo.

Milán coronavirus

Un hombre con un disfraz para protegerse del posible contagio con el nuevo coronavirus en Milán.

“Y luego están los políticos, que nos han dado mensajes contradictorios. Por un lado piden que no nos alarmemos, pero por otro toman medidas de aislamiento propias de una situación de guerra”, lamenta el experto.

“Por eso, la gente hizo grandes compras en los supermercados. No era algo irracional, porque les habían comunicado medidas excepcionales. Si cierran los colegios, universidades y se cancelan los eventos públicos, es racional pensar que lo próximo pueden ser los supermercados”.

Pasado ya el primer susto de la epidemia, los italianos esperan volver a la normalidad cuanto antes porque el pánico está provocando un gigantesco daño a la economía, principalmente al turismo, un sector que representa el 13 por ciento del PIB nacional.
Según Vittorio Messina, presidente de la patronal Assoturismo, “en la historia reciente” este sector italiano “nunca había vivido una crisis como esta: es el momento más oscuro, ni siquiera el 11S había pesado tanto”.

Los efectos del pánico son devastadores, incluso en zonas alejadas de los once municipios de las regiones norteñas de Lombardía y Véneto donde surgieron los primeros casos y cuyos 50.000 habitantes se encuentran en cuarentena.

DARÍO MENOR
Para EL TIEMPO
Milán

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *