Terremoto destroza patrimonio marroquí: se trata de la Mezquita Tinmek
MARRAKECH, Marruecos — Un equipo de arqueólogos, historiadores e ingenieros casi había terminado una restauración de un mes de duración de la Mezquita Tinmel, una joya de la arquitectura árabe de mil años de antigüedad engarzada en lo profundo de las montañas de Marruecos, cuando se produjo un poderoso terremoto recientemente.
Cuando terminó, las intrincadas cúpulas y los elegantes arcos, construidos por primera vez por la dinastía que conquistó partes de España y el norte de África en el siglo 12, se habían derrumbado.
Tinmel era “un reflejo de una civilización extraordinaria”, dijo Abdallah Fili, arqueólogo y profesor de la Universidad El Jadida que dirigió la restauración. “Fue un proyecto hermoso. Desafortunadamente, el destino decidió lo contrario”.
Más de 3 mil personas murieron en el terremoto, entre ellos cinco de los trabajadores que restauraban la mezquita de Tinmel y que vivían cerca. Muchos sobrevivientes perdieron sus hogares y todo lo que había en ellos.
Pero Marruecos también perdió parte de su rico patrimonio —mezquitas veneradas, palacios con exquisitos azulejos en Marrakech y antiguas ciudadelas en las colinas construidas por los amaziges o bereberes, que durante mucho tiempo dominaron las montañas donde el terremoto golpeó con más fuerza.
Un vídeo de la mezquita Koutoubia del siglo 12, un referente y un imán turístico que se eleva sobre la parte más antigua de Marrakech, mostró su minarete inclinándose hacia adelante y hacia atrás durante el terremoto, emitiendo bocanadas de polvo. Aparecieron grietas en el interior.
Pero se salvó del destino de la Mezquita Kharbouch, que se encuentra en un extremo de la plaza Djemaa El Fna —el corazón de la Ciudad y una importante atracción turística. El minarete de la mezquita se derrumbó, hiriendo a varias personas.
“Estamos asustados y muy afectados psicológicamente”, dijo Khadija Chuegra, que vio desmoronarse el minarete mientras huía de su casa cerca de ahí.
Ahora se encontraba cerca de la mezquita Koutoubia, donde ella y otros residentes de Marrakech alguna vez oraron. Su plaza estaba cerrada con barreras metálicas y cinta policial mientras los expertos evaluaban los daños.
“Me encantaría ir allí y orar por los muertos, pero tengo miedo de que se derrumbe”, dijo Chuegra.
La región de las montañas del Atlas está repleta de monumentos de importancia histórica. Dos sitios que ahora se encuentran al menos parcialmente en ruinas eran monumentos a los jefes tribales amaziges que gobernaban las montañas, incluyendo las familias Glaoui y Goundafi. Construyeron enormes ciudadelas, o alcazabas, que se elevaban sobre pasos de montaña como símbolos de su poder.
“Es importante preservar el oficio y la meticulosa paciencia en la construcción involucrados en edificarlas para las generaciones futuras, incluso después de que los efectos materiales del terremoto hayan pasado”, dijo Brahim El Guabli, profesor del Williams College en Massachusetts que investiga la cultura amazig y árabe.
La alcazaba de Gundafi está prácticamente destruida, afirmó El Guabli. La alcazaba Glaoui del siglo 18 en el pueblo de Telouet, que los Glaouis adornaron como un palacio real morisco en el apogeo de su poder y riqueza, era en gran parte una ruina antes del terremoto. Ahora, la parte intacta que los visitantes podían ver antes del desastre también está gravemente dañada, de acuerdo con Abderrahman El Glaoui, un descendiente que ayuda a supervisar la alcazaba en nombre de la familia.
El Glaoui dijo que su familia carecía de los medios para restaurar la ruina y buscaría apoyo del Gobierno —apoyo que anteriormente no ha estado presente en esta región, tanto para los sitios patrimoniales como para las aldeas marginadas.
“Creo que esto impulsará un nuevo espíritu”, afirmó El Glaoui. “Porque realmente esas áreas en las montañas están rezagadas, así que espero que esta sea una oportunidad para que esas regiones avancen”.
Por: VIVIAN YEE y AIDA ALAMI
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