De WhatsApp a la guerra: cómo fueron reclutados ciudadanos cubanos para luchar por Rusia contra Ucrania
La Federal, Cuba —
La costurera cubana Yamidely Cervantes compró por primera vez en años una nueva máquina de coser, un refrigerador y un teléfono celular, todo con dinero proveniente de Rusia.
La mujer contó que su esposo Enrique González, un albañil de 49 años, se fue de su casa en el pequeño pueblo de La Federal el 19 de julio para luchar para el ejército ruso en Ucrania. Días después, le transfirió parte de su bono de contratación de unos 200.000 rublos (2.040 dólares), que ella recibió en pesos cubanos, de acuerdo con el testimonio que Cervantes ofreció a la agencia de noticias Reuters.
Esta suma de dinero representó un ingreso inesperado para gente común que sobrevive en la isla de gobierno comunista con una golpeada economía. Esta cantidad es más de 100 veces el salario estatal mensual promedio de 4.209 pesos (17 dólares en el mercado informal), según la Oficina Nacional de Estadísticas.
Pocos lugares en la isla sienten más la presión económica que La Federal, una comunidad de unas 800 personas en las afueras de La Habana donde uno de cada cuatro residentes está desempleado, según muestran datos del gobierno del 2022.
En el camino de tierra de 100 metros donde vive Cervantes, al menos tres hombres se han ido a Rusia desde junio, y al menos uno había vendido su casa anticipando el viaje, dijo.
«Se pueden contar con una mano los que quedan», dijo esta mujer de 42 años mientras contemplaba la calle desde una pequeña terraza donde dos inodoros reutilizados eran usados como maceteros.
«Yo le voy a decir que la necesidad obliga», dijo Cervantes. «Si aquí no tuviésemos tantas necesidades, yo estoy segura que esos hombres no hicieran eso», afirmó la mujer.
Reuters rastreó las historias de esos cuatro hombres, junto con más de una docena de otros cubanos reclutados para ir a Rusia desde repartos ubicados en La Habana y sus alrededores. Entre ellos hay desde un constructor y un comerciante hasta un trabajador de una refinería y un empleado de una compañía telefónica estatal. Once de los hombres terminaron volando a Rusia, mientras que los otros siete se arrepintieron en el último momento.
Las entrevistas con muchos de los hombres, además de amigos y familiares, junto con un grupo de reveladores mensajes de WhatsApp, documentos de viaje, fotografías y números de teléfono que proporcionaron para corroborar sus relatos, dibujan el cuadro más detallado hasta el momento de cómo los cubanos están acudiendo en masa para apuntalar la maquinaria de guerra de Moscú contra Ucrania.
El Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso no respondieron a las preguntas sobre el reclutamiento de cubanos para su ejército. El gobierno cubano tampoco respondió a las consultas para este artículo.
Las noticias sobre cubanos que terminaron en el ejército ruso llegaron a los titulares este mes cuando el gobierno de La Habana, un antiguo aliado de Rusia que dice que «no es parte de la guerra en Ucrania», dijo que había arrestado a 17 personas relacionadas con una red de tráfico de personas que convocó a los cubanos a luchar por Moscú. Reuters no pudo establecer las identidades de los involucrados en la supuesta red de tráfico y cuándo fueron arrestados o si fueron arrestados.
Los reclutas identificados por Reuters se ofrecieron como voluntarios para ir a Rusia a trabajar para el ejército luego de propuestas en las redes sociales de un reclutador que se identificó como «Dayana».
En La Federal, por ejemplo, los nueve reclutas identificados por Reuters se alistaron para luchar en la guerra. En Alamar, un suburbio del este de La Habana, la mayoría de los cinco hombres se inscribieron para roles de no combatientes, como construcción, embalaje de provisiones y logística.
González, el esposo de Cervantes, dijo a Reuters a través de una videollamada desde una base militar rusa en las afueras de la ciudad de Tula, al sur de Moscú, que él era uno de los 119 cubanos que se entrenaban allí. Cuando llegó a Rusia, dijo, había firmado un contrato, traducido al español, para trabajar para el ejército.
“Yo supe que era verdad el contrato cuando yo llegué aquí y me llevaba la Federación Rusa, sino… Pero todo el que vino para acá, sabía a los que venía. Eso sí, te lo digo yo, clarito”, dijo sonriendo y vestido con un traje militar mientras le daba a Reuters un recorrido visual con su celular por el campamento, rodeado de pinos. «Vinieron para la guerra».
Periodista: -¿En qué sentido?
González: “En que venían para la guerra. Eso lo sabía todo el mundo”.
Este hombre dijo que los 119 cubanos allí estaban siendo entrenados para luchar en la guerra, aunque aún no estaba claro adónde serían enviados.
«Tengo varios amigos en Ucrania y están en lugares donde caen bombas, pero en realidad no han estado en enfrentamientos con los ucranianos», añadió. «Todo está bien aquí, pero cuando lleguemos allí, estaremos en una zona de guerra».
Reuters no pudo contactar a ninguno de los otros hombres que se unieron al ejército, aunque confirmó a través de mensajes y fotografías de WhatsApp que habían volado a Rusia y que dos de ellos se encuentran ahora en Crimea.
Contactado para comentar sobre el reclutamiento de cubanos en el ejército ruso, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, dijo: «Puedo confirmar que la embajada de Ucrania en La Habana se ha puesto en contacto con las autoridades cubanas sobre este asunto».
Un portavoz del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos estaba siguiendo de cerca la situación. «Estamos profundamente preocupados por los informes que alegan que jóvenes cubanos han sido engañados y reclutados para luchar por Rusia», dijo el portavoz.
Dayana con gorra de camuflaje
La actividad de reclutamiento de cubanos identificada por Reuters comenzó semanas después de un decreto emitido en mayo por el presidente Vladimir Putin que permitía a los extranjeros que se alistaban en el ejército con contratos de un año recibir la ciudadanía rusa a través de un proceso rápido, junto con sus cónyuges, hijos y padres.
En La Federal, la oferta de trabajo del ejército ruso comenzó a difundirse en junio, según los vecinos entrevistados. Las ofertas para unirse, compartidas a través de Facebook, Instagram y WhatsApp, se convirtieron en la comidilla de la ciudad, con Dayana nombrada como contacto.
Más de dos docenas de jóvenes entrevistados por Reuters en La Habana y sus alrededores hablaron de la magnitud del éxodo.
Cristian Hernández, de 24 años, se echó a reír cuando le preguntaron cuántas personas habían abandonado los alrededores de La Federal. «Un montón de gente», dijo. «Casi todos nuestros amigos han ido allí».
Yoan Viondi, de 23 años, que vive a unos minutos en bicicleta de la calle principal, dijo que sabía que unos 100 hombres en Villa María, el distrito que incluye La Federal, habían sido reclutados para el esfuerzo bélico ruso desde junio.
Incluso narró que un amigo le dio el contacto de WhatsApp de Dayana, una mujer cubana que, según él, compraba boletos de avión para los reclutas. Dayana también fue mencionada como un contacto clave por la mayoría de los reclutas y familiares con los que habló Reuters.
Viondi no perdió el tiempo.
«Hola, buenas tardes», dijo Viondi en un mensaje del 21 de julio, visto por Reuters. «Por favor necesito información».
Dayana, que aparece en su ícono de chat como una mujer de cabello oscuro con una gorra de camuflaje, respondió con los términos del contrato casi instantáneamente, según el tiempo de los mensajes. La primera línea del texto del mensaje dice: «Este es un contrato con el ejército ruso mediante el cual usted recibe la ciudadanía».
El contrato era por un año y ofrecía un bono de firma de 195.000 rublos seguido de un salario mensual de 200.000 rublos y más 15 días de vacaciones después de los primeros seis meses de trabajo.
Esos términos están en línea con los transmitidos a Reuters por otros reclutas y sus familias.
«Si estás de acuerdo, sólo debes enviar (una copia de) tu pasaporte», decía el mensaje de Dayana.
En dos minutos, Viondi le envió una copia digital de su pasaporte. Una hora después, Dayana respondió en un mensaje de audio escuchado por Reuters: «Perfecto, mañana te puedo decir qué día viajarás», dijo.
Reuters no pudo comunicarse con Dayana para comentar sobre el número utilizado por Viondi y otros, ni para confirmar su nombre completo.
‘Escojo esto y no me muero de hambre en Cuba’
A pesar de su entusiasmo inicial, Viondi sintió ansiedad por ir a Rusia y cortó el contacto con Dayana. Destacó que las personas que se anotaron en La Federal sabían que iban a pelear.
“Aquí se pasa trabajo, aquí se pasan 25.000 cosas. Y por eso todo el mundo dijo, ‘escojo esto y no me muero de hambre en Cuba’. Pero ellos saben para donde van. Ellos sabían perfectamente. Yo sabía perfectamente para dónde iba también”, dijo Viondi, quien aseguró a Reuters que ni Dayana ni nadie más le habían pedido que mantuviera sus interacciones en secreto.
Afirmó también que mantenía contacto con al menos cuatro amigos que habían firmado contratos en Rusia con el ejército y que, hasta donde él sabía, «se encontraban bien». La mayoría, dijo, se encuentran ahora en Ucrania.
Cuba está sumida en su peor crisis económica en décadas, con largas colas incluso para obtener productos básicos como alimentos, combustible y atención médica, lo que provocó un éxodo de cubanos a Estados Unidos, América Latina y Europa el año pasado.
Alina González, presidenta de un comité vecinal de La Federal encargado de movilizar apoyo para el gobierno comunista, recordó el entusiasmo suscitado por el trabajo militar ruso.
Muchos hombres aprovecharon la oportunidad en su vecindario, dijo, incluido su sobrino Danilo: «Se fue con su esposa y sus dos hijos».
Roberto Sabori dijo a Reuters que muchos de los hombres que se marcharon, incluido su hijo Yasmani, de 30 años, lo habían hecho a toda prisa, manteniendo sus planes en secreto incluso ante sus familias.
«Escuché que se iba el mismo día que se fue», dijo el hombre de 53 años, que vive a la vuelta de la esquina de González, y agregó que su hijo lo había llamado mientras se preparaba para abordar un vuelo desde la ciudad turística de Varadero a Moscú.
«Él nunca me dijo nada», afirmó el padre.
‘Mami, ya no puedo más’
Cervantes, la costurera de La Federal, recuerda la desesperación que había sentido su esposo González, ahora en Rusia, en los meses previos a su partida. «Trabaja, trabaja, trabaja», dijo sobre lo que había sido su vida los días previos a su viaje. «Un día me dijo: ‘Mami, ya no puedo más'».
«Un día me dijo: ‘Me voy a Rusia. Me mostró la fotocopia de su pasaporte, y tenía el boleto y todo. Eso fue el 17 (de julio) y se fue el 19».
Si bien Cervantes optó por quedarse en Cuba, Reuters confirmó a través de fotos y videos de WhatsApp que al menos tres esposas residentes de La Federal se habían reunido con sus maridos en Rusia, así como al menos un hijo.
Cervantes dijo que su primo, Luis Herlys Osorio, se había alistado en el ejército ruso semanas después de la partida de su marido, y que su esposa, Nilda, también estaba ahora en Rusia: «Ella fue, y también muchas de las mujeres del barrio».
Reuters revisó fotografías en las redes sociales de Nilda, con otras dos esposas residentes de La Federal, en una casa alquilada en la ciudad de Ryazan, en el oeste de Rusia. Osorio está en Crimea, dijo Cervantes.
Cuba ha enviado mensajes contradictorios este mes sobre sus ciudadanos que luchan por Rusia.
El 8 de septiembre, cuando anunció los arrestos de la red de traficantes, también dijo que era ilegal que sus ciudadanos lucharan para un ejército extranjero. Se trata de un delito en la isla que podría acarrear cadena perpetua.
Sin embargo, días después, el embajador de Cuba en Moscú dijo que La Habana no se oponía a los cubanos «que sólo quieren firmar un contrato y participar legalmente con el ejército ruso en esta operación». A las pocas horas, Cuba contradijo a su enviado, reiterando que a los cubanos se les prohibía luchar como mercenarios de guerra.
González se opone a que lo llamen mercenario. El exalbañil, que había recibido su pasaporte ruso, compara su decisión de luchar con Rusia con la de los cubanos que lucharon en una guerra respaldada por los soviéticos en Angola en las décadas de 1970 y 1980.
En esa guerra en el sur de África, ampliamente vista como un conflicto indirecto de la Guerra Fría, Cuba desplegó decenas de miles de tropas para luchar por un grupo guerrillero comunista apoyado por Moscú contra un movimiento anticomunista rival respaldado por Estados Unidos.
«Estoy siguiendo ese ejemplo», dijo González sobre los combatientes cubanos en Angola, añadiendo que Moscú había sido un firme aliado de Cuba durante décadas y que la Unión Soviética había proporcionado ayuda económica a la isla.
«Rusia ayudó a mantener a mi familia», afirmó.
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