Ovidio Guzmán López: la lujosa mansión donde lo detuvieron durante el Culiacanazo
En una tranquila calle del fraccionamiento privado Lomas de Culiacán en Sinaloa, México, se esconde una lujosa mansión que una vez sirvió como el escenario de uno de los episodios más controvertidos y violentos en la lucha contra el narcotráfico. Esta opulenta residencia de dos pisos, que abarca aproximadamente 1.000 metros cuadrados de terreno, se convirtió en el centro de atención cuando las fuerzas militares mexicanas intentaron capturar a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, el 17 de octubre de 2019.
La mansión se destaca por su diseño moderno y su gama de lujosas comodidades. Entre las características más notables se encuentran una piscina, un gimnasio completamente equipado, una cancha de tenis y un amplio garaje para varios vehículos. La casa, que ocupa un terreno de alrededor de 2.000 metros cuadrados, cuenta con 10 habitaciones y 12 baños. Su construcción se llevó a cabo con materiales de alta calidad, que incluyen mármol, madera y granito.
Ubicada en un fraccionamiento privado de alta seguridad, esta vivienda parecía ser el lugar ideal para aquellos que desean mantener un perfil bajo. Sin embargo, la tranquilidad de esta residencia se vio interrumpida cuando las fuerzas del gobierno mexicano la rodearon en un intento de capturar a Ovidio Guzmán López.
El Culiacanazo: operación fallida
El 17 de octubre de 2019, las fuerzas del gobierno mexicano, incluyendo elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Guardia Nacional, llevaron a cabo una operación para detener a Ovidio Guzmán López en la mansión de Lomas de Culiacán. La operación, conocida como «Culiacanazo», se convirtió en un episodio infame en la lucha contra el narcotráfico.
Tras un enfrentamiento inicial, Guzmán López fue capturado y trasladado a una base militar. Sin embargo, lo que siguió fue una serie de ataques violentos por parte del Cártel de Sinaloa, que incluyeron bloqueos de carreteras, secuestros y enfrentamientos armados. Estos ataques se extendieron por toda la ciudad de Culiacán y dejaron un saldo trágico de ocho muertos y más de una decena de heridos. La intención de los delincuentes era hacer presión al gobierno mexicano.
En medio de la violencia desatada, y en un intento por calmar la situación, las autoridades tomaron la sorprendente decisión de liberar a Ovidio Guzmán López. Esta liberación fue ampliamente cuestionada por la opinión pública y la comunidad internacional. Hoy, la mansión de Lomas de Culiacán, que una vez fue el epicentro de esta operación fallida, permanece incautada por el gobierno mexicano. Se espera que la propiedad sea valuada y puesta a la venta en un futuro cercano.