Juego de presión de Caracas sobre EE. UU. le otorga una ‘victoria’

Desde Venezuela, la llegada Álex Saab fue impensable e inesperada. Los rumores iban y venían, pero los más “afectados” fueron los opositores, en especial los críticos y radicales.

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Para el profesor Carlos Zambrano, de la Universidad Central de Venezuela, más que pensar en una “apuesta” del presidente Joe Biden, hay que verlo como “una política de Estado de Estados Unidos para hacer todos los esfuerzos posibles por alcanzar la liberación de sus ciudadanos prisioneros fuera de su territorio, que finalmente logró a través del proceso regido por Catar”.

 
Zambrano también resalta la polarización exacerbada durante todos estos años, que hace que algunos vean “como una debilidad del gobierno de Estados Unidos este paso, y, por otro lado, los que celebran que finalmente después de mucho tiempo se esté ejerciendo política de verdad”.

Por su parte, para Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, sin duda es un éxito para Biden presentar a sus ciudadanos liberados en Navidad y “sin disparar un tiro”. Todo esto “en el marco de una negociación política que se validó públicamente por la propia oposición con el acuerdo de Barbados”.

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León considera que Biden compra tiempo para evitar el colapso de los acuerdos petroleros y gasíferos que ese país también desea sostener como sea y con esto puede controlar las presiones contrarias de sus adversarios. “Todo esto mientras mantiene viva su lucha por mejores condiciones electorales hacia el 2024” en Venezuela.

Volviendo a Caracas, para Maduro, la liberación de presos en general también es muy positiva. Estabiliza momentáneamente los acuerdos de Doha y Barbados, garantiza un aumento del flujo de caja en divisas de la nación por un tiempo mayor, coloca a su Gobierno en un porcentaje elevado de cumplimiento de sus compromisos reales con EE. UU. y envía un mensaje contundente sobre su disposición a no ceder ni un centímetro a cualquier solicitud política, ni presión sobre temas que no hayan estado explícitos en los acuerdos previos, insiste León.

Para el analista, la liberación de Saab es un símbolo fundamental para el presidente venezolano, pero no “por lo que muchos creen”, que es la supuesta información que Saab maneja porque a “estas alturas es inútil e irrelevante, pues EE. UU. decidió avanzar en una búsqueda de soluciones”.

Por su parte, Luis Aguilar, de la firma Polianalítica, cree que “Maduro no solo vendió que puso en jaque al sistema judicial de EE. UU., logrando la liberación de los sobrinos Flores y ahora de Saab, sino que demostró una vez más sus habilidades diplomáticas y geopolíticas”.
 

ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN 
CORRESPONSAL EL TIEMPO
CARACAS

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