La estrategia de EE. UU. es continuar aplicando presión en militares
Nicolás Maduro y otros altos funcionarios de su entorno estaban listos para abandonar Venezuela este martes en la mañana, pero fueron persuadidos por Rusia para que se quedaran e hicieran frente a la sublevación.
Eso, al menos, fue lo que contó el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, durante una entrevista con la cadena CNN, en la que habló sobre el caótico día que se vivió en el país vecino luego de que un grupo de uniformados ofreció su respaldo al presidente interino, Juan Guaidó, y se desataron airadas manifestaciones en todo el territorio nacional.
“Él tenía un avión en la pista, estaba listo para irse esta mañana, por lo que sabemos, y los rusos le dijeron que debería quedarse”, dijo Pompeo tras indicar que su destino era La Habana.
Maduro, en su intervención de este martes en la noche, desmintió está versión. “Señor Pompeo, qué falta de seriedad”, apuntó.
En la conversación con el periodista Wolf Blitzer, Pompeo dijo también que desde hace semanas estaba al tanto sobre los planes de otros altos funcionarios del gobierno de abandonar el país. El funcionario no precisó de dónde había obtenido su información o si había sido alertado previamente sobre los planes de la oposición.
“Tenemos muy buena información sobre lo que pasa en Venezuela”, dijo el diplomático, que de nuevo se quejó por la interferencia indebida de Cuba y Rusia.
Por otra parte, Washington dejó claro a lo largo del día que su estrategia es aplicar la máxima presión posible contra los militares venezolanos para que terminen de abandonar a Maduro y respalden de manera abierta a Guaidó.
Desde distintos flancos y utilizando diversas plataformas, EE. UU. le lanzó un ultimátum a la cúpula que hasta este martes seguía respaldando al régimen. “Les llegó la hora. Este es su último chance. Acepten al presidente interino Guaidó, protejan la Constitución y destituyan a Maduro y los sacaremos de nuestra lista de sancionados. Quédense con Maduro y se hundirán con el barco”, dijo el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, en un trino que incluía los nombres del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y el comandante de la Guardia de Honor Presidencial, Iván Hernández.
Casi en simultánea, el Departamento del Tesoro de EE. UU. publicó un comunicado en el que le dice al entorno de Maduro, incluidos también los militares, que el único camino para el levantamiento de las sanciones económicas contra el país pasa por la destitución del mandatario.
La idea es que si abandonan a Maduro, no solo tendrán un espacio en la nueva Venezuela y no serán procesados por sus delitos, sino que EE. UU. también les perdonará sus transgresiones
Y fue el mismo mensaje que envió el senador de la Florida Marco Rubio tan pronto comenzaron a conocerse los primeros detalles de la situación en Caracas. De acuerdo con fuentes del gobierno, la idea con los anuncios fue generar un efecto dominó a la luz de la aparente sublevación de un grupo de militares en favor de Guaidó.
Se trata de una estrategia en la que EE. UU. viene trabajando desde hace meses y que incluye una especie de “amnistía” estadounidense para aquellas personas que han ido a parar a la lista de sancionados que produce el Departamento del Tesoro y que prevé el congelamiento de activos, la cancelación de visas y el bloqueo de transacciones económicas con entidades financieras de EE. UU.
Este último esfuerzo, de hecho, fue anticipado por el representante especial del Departamento de Estado para Venezuela, Elliott Abrams, durante una entrevista con EL TIEMPO en la que dijo que había que incluir a los militares y chavistas en los planes de transición para asegurar su éxito.
“La idea es que si abandonan a Maduro, no solo tendrán un espacio en la nueva Venezuela y no serán procesados por sus delitos, sino que EE. UU. también les perdonará sus transgresiones”, sostiene una fuente del Gobierno estadounidense. El problema hasta ahora ha sido convencerlos de que la oferta es genuina y no incluye trampas.
Dudas entendibles porque si bien el presidente Donald Trump tiene el poder de ordenarle al Departamento de Estado que los eliminen de sus listas negras, no puede interferir con los posibles procesos que estos tengan ante la Justicia de este país. En otras palabras, todo aquel que esté acusado de narcotráfico (o pueda ser acusado) podría terminar en una cárcel de EE. UU.
Así mismo, la oferta de amnistía de Guaidó no contempla a aquellos que hayan cometido graves violaciones a los derechos humanos. Y aunque los incluyera, también estarían en la mira de cortes internacionales como la CPI. En ese sentido, la oferta de Bolton es más un “saquen algo ahora que pueden porque en 48 horas podrían quedarse sin nada”.
En cualquier caso, la escalada generó alto interés en Washington. De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, Trump fue mantenido al tanto a lo largo del día. En el Congreso, tanto demócratas como republicanos se sumaron a un coro de voces que le pidieron a Maduro dar un paso al costado. A su vez, centenares de venezolanos se congregaron a las afueras de la embajada de Venezuela en Washington para reclamar “el fin de la usurpación”.
SERGIO GÓMEZ MASSERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO – WASHINGTON@sergom68