¿Por qué los delitos de índole sexual están quedando impunes en Japón?

Una reciente serie de fallos de inocencia en casos de violación en Japón ha generado polémica y reavivado el debate sobre la ambigüedad de la normativa del país, cuya literalidad interpretativa ha dado lugar a veredictos rocambolescos.

Más de 400 personas se concentraron en Tokio el pasado 11 de abril para protestar unas sentencias en las que los jueces reconocieron relaciones sexuales no consensuadas, pero exculparon a los agresores al considerar que las víctimas podrían haber ofrecido más resistencia o que la intencionalidad del abuso no quedó probada.

En su veredicto del 12 de marzo, un tribunal de Fukuoka declaró inocente a un hombre que mantuvo relaciones sexuales con una mujer tan ebria que intercalaba los vómitos con la pérdida de conciencia, porque «malinterpretó» su actitud. Siete días después, un juez de Shizuoka exculpó a un hombre, de 45 años, de la violación de una mujer, de 25, porque consideró que la agresión «no fue intencional» ante la «falta de resistencia» de ella. Su defensa había argumentado que estaba en estado de «shock».

El caso que más revuelo generó fue el fallo de no culpabilidad el 26 de marzo de un tribunal de Nagoya para un padre que violó varias veces a su hija cuando ésta tenía 19 años. El juez no consideró probado que la situación de la joven hiciera que le resultara «extremadamente difícil resistirse».

Violencia sexual

La activista Akiko Matsuo teme que «estas sentencias fortalezcan la idea de la sociedad japonesa de que las mujeres no tienen derechos humanos».

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Un mensaje difuso

Las sentencias son «misóginas e injustas», dice la activista Akiko Matsuo, de 41 años. «Puede que la cifra sea pequeña comparada con actos celebrados en el extranjero, pero en Japón, que una protesta reúna a 400 mujeres es un hito importante», dice Matsuo sobre un país en el que la violación sigue siendo un tema prácticamente tabú.

«El reconocimiento de que las relaciones sexuales no consensuadas son violación no ha calado en absoluto entre los hombres japoneses», agrega Matsuo, quien teme que «estas sentencias fortalezcan la idea de la sociedad japonesa de que las mujeres no tienen derechos humanos».

Para Yumi Itakura, del bufete de abogados público de Tokio, estos veredictos «pueden tener una influencia muy negativa y disuasoria» en futuras denuncias.
La letrada, de 47 años, cree que el problema principal radica en que son «una interpretación muy literal» de la ley y muestran una falta de formación en los jueces sobre «la realidad de los casos de violación, incluida la situación psicológica de las víctimas».

Violencia sexual

En el país hay 18.544 mujeres víctimas de violencia sexual, de las cuales 3.019 son de Antioquia.

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En Japón, los criminales sexuales no pueden ser condenados sólo por mantener relaciones sexuales sin consentimiento, es necesario probar que la violencia o intimidación usadas por el agresor hizo que fuera «extremadamente difícil resistirse» para la víctima.

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (Cedaw) de Naciones Unidas ya ha recomendado sin éxito al gobierno de Japón que ofrezca educación sobre género a jueces, fiscales y personas involucradas en el manejo de este tipo de casos. La normativa ‘nipona’ hace, además, una distinción entre agresiones, lo que  es considerado como una acción vejatoria para la víctima.

La violación está tipificada como «relación sexual forzada» en el código penal ‘nipón’ desde su enmienda de 2017, la primera en 110 años que permitió, entre otras cosas, reconocer a un varón como víctima.

Si la violación se produce «aprovechando la pérdida de conciencia o incapacidad para resistirse» de la víctima, el término legal es «cuasi relación sexual forzada». Este último fue el cargo levantado en los tres casos mencionados.

Eliminar tecnicismos

Para la experta Itakura, los tecnicismos deberían eliminase, pues favorecen que los requisitos para un fallo de culpabilidad «dependan de la mentalidad del juez». «Si no hay consentimiento, todo debería ser violación», opina.

Según el libro blanco sobre criminalidad de la Agencia Nacional de Policía de Japón, en 2018 hubo 1.307 denuncias por violación en el país y 5.340 casos de delitos sexuales de otro tipo. Itakura considera que las cifras no reflejan los casos reales, «porque la mayoría de las víctimas no denuncian».

El número de procesamientos es menor. Según el último informe anual de la Fiscalía, un 36,6% de los casos de delito sexual
(desde violaciones a incidentes de acoso) acabaron en los juzgados en 2017.

Redacción APP
Con información de Efe

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