Indígenas de Ecuador piden ‘inmediata’ destitución de dos ministros
Los indígenas de Ecuador solicitaron este domingo al presidente Lenín Moreno la «inmediata» destitución de los ministros de Gobierno y de Defensa por la «violencia desmedida» durante protestas sociales, que dejan siete muertos y 1.340 heridos.
«Como un gesto de paz social al país, pedimos señor presidente (…) su inmediata separación de estos dos ministros», dijo el titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Jaime Vargas, en un diálogo que sostienen en Quito y que es transmitido en vivo por televisión.
El líder indígena responsabilizó a los ministros de Defensa, Oswaldo Jarrín, y de Gobierno (Interior), María Paula Romo, de la «violencia desmedida contra el pueblo y el terrorismo de estado» durante las protestas sociales que estallaron hace 12 días a raíz de la eliminación de subsidios a combustibles.
Las manifestaciones contra esa medida presidencial, que desató alzas de hasta 123%, dejan siete muertos, 1.340 heridos y 1.152 detenidos según la Defensoría del Pueblo.
Vargas manifestó ante Moreno que «ha habido una convulsión social y el irrespeto a los derechos humanos».
Agregó que «aquí sus ministros no midieron, nunca analizaron, para tomar decisiones» ante las manifestaciones encabezadas por los aborígenes, que desde el interior del país se movilizaron hacia Quito durante esta semana.
Ante el descontento expresado en las calles, el gobierno decretó el estado de excepción el 3 de octubre para que las Fuerzas Armadas intenten restablecer el orden.
Tras violentos disturbios del sábado en la capital ecuatoriana, Moreno también ordenó el mismo día el toque de queda y la militarización de la convulsionada ciudad.
Entre sus pedidos para negociar una salida a la crisis, la Conaie planteó la destitución de los dos ministros «como un gesto de paz social al país».
Enfrentamientos en Quito continúan pese al toque de queda militar
Mientras tanto, La policía ecuatoriana se enfrentó a manifestantes que les lanzaron proyectiles caseros en el centro de Quito, convulsionado de nuevo a pesar del toque de queda impuesto por el presidente Lenin Moreno, que intentaba calmar las protestas contra sus planes austeridad.
Lugares de la ciudad de casi 3 millones de personas parecían una zona de guerra, con vehículos militares blindados y sonidos de explosiones. En el centro histórico, manifestantes se refugiaban tras barricadas en medio de nubes de gas lacrimógeno, según testigos de Reuters.
Los ecuatorianos publicaban en las redes sociales algunos videos mostrando bloqueos de calles con quema de objetos y enfrentamientos entre multitudes y fuerzas de seguridad en el centro de Quito, que amenazaban con impedir una primera ronda de conversaciones destinada a terminar con 11 días de disturbios.
La ronda inicial de diálogo entre el gobierno y los líderes de protesta se retrasó tres horas debido a «dificultades operativas», dijo Naciones Unidas en Ecuador, uno de los mediadores.
Los incidentes han sido los peores en el pequeño país sudamericano en más de una década y la más reciente ola de oposición a las políticas del Fondo Monetario Internacional en Latinoamérica.
Moreno firmó un acuerdo de 4.200 millones de dólares con el FMI este año, enfureciendo a muchos de los que lo votaron como sucesor del izquierdista Rafael Correa.
El presidente ha defendido su decisión la semana pasada de recortar los subsidios a los combustibles como una parte clave de su plan para sanear las cuentas del país, y ha negado que haya sido una exigencia del FMI.
Los disturbios comenzaron primero con protestas encabezadas por los camioneros. Desde entonces, los manifestantes indígenas han tomado la iniciativa, pero dicen que extremistas ajenos han tratado de instigar enfrentamientos y han criticado al gobierno por lo que califican como una represión desproporcionada.
Críticas a fuerzas de seguridad
Moreno, que trasladó el gobierno a Guayaquil a principios de esta semana, ordenó el sábado un toque de queda en Quito y los valles circundantes e instruyó a los militares para que usen la fuerza si es necesario para restablecer la calma.
Ante un desafío generalizado al estado de excepción por parte de ciudadanos comunes, el ejército dijo que había levantado parcialmente las medidas de emergencia en la ciudad hasta las 8 p.m. del domingo, pero resaltó que seguirían vigentes cerca de los puntos de conflicto.
El principal organizador de los manifestantes, Jaime Vargas, dijo que los miembros de la organización indígena CONAIE continuarán organizando protestas hasta que Moreno restablezca los subsidios al combustible.
La militarización de la ciudad alentó críticas a la dura reacción del gobierno frente a las protestas. Los grupos de derechos instaron a las fuerzas de seguridad a limitarse.
Al menos siete personas murieron, cientos resultaron heridas y más de 1.000 fueron arrestadas en los disturbios desde que comenzaron el 3 de octubre, de acuerdo con la oficina del ombudsman, que monitorea los conflictos.
AFP Y REUTERS