Luego de 13 años en el poder, Evo busca un nuevo mandato en Bolivia
Bolivia enfrenta este domingo uno de los momentos más decisivos en su historia política, en unas elecciones en las que el presidente Evo Morales –quien lleva más de 13 años en el poder– busca un cuarto mandato consecutivo para gobernar el país por cinco años más.
Morales, de 59 años, se enfrentará en las urnas con el centrista Carlos Mesa, quien sería el único candidato que podría forzar al líder indígena a una segunda vuelta y, por ende, es su principal amenaza.
Evo –criticado por querer perpetuarse en el poder y, según sus críticos, haber forzado las leyes para poder reelegirse– dijo que su objetivo en los comicios de hoy es conseguir el 70 por ciento de los votos.
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Pero según los datos comparativos de la fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) de Bolivia, el mandatario recogería el 44 por ciento de los votos, mientras que Mesa, el 32 por ciento. Para evitar el balotaje, Morales necesitaría el 50 por ciento de los sufragios o el 40 por ciento más una ventaja de 10 puntos frente a su rival más cercano.
Pero los medios locales aseguraron esta semana que el mandatario no podrá alcanzar esa diferencia en la primera vuelta. Por eso, los indecisos –cerca de 11 por ciento del padrón electoral– tendrán un papel clave.
“Esta elección es absolutamente diferente a todas las anteriores. Para ponerlo en retrospectiva, Evo Morales en la última elección tenía más del 50 por ciento de intención de voto”, dijo a Reuters el politólogo Franklin Pareja.
Los analistas consideran que, pese a los escándalos de corrupción y otros reveses que ha tenido el gobierno de Morales, es altamente probable que el mandatario gane las elecciones si se tuviera que disputar la presidencia en una segunda vuelta el 15 de diciembre con Mesa, del partido Comunidad Ciudadana (CC) y quien gobernó a Bolivia entre el 2003 y el 2005.
Evo, dicen los expertos, tiene dos factores a su favor. Por un lado, cuenta con el apoyo de un buen sector del pueblo boliviano, debido a la “estabilidad y el crecimiento económico”, que han caracterizado su administración. Por el otro, la oposición no tiene una propuesta contundente que logre convencer a los votantes.
El partido de Morales es clave (…) porque está integrado por cocaleros, campesinos (…) y otros sectores sociales importantes
Según le dijo a EL TIEMPO Arturo Aleman Menduiña, presidente del Colegio de Politólogos de La Paz, “el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), es clave (…) porque está integrado por cocaleros, campesinos, interculturales, la Central Obrera Boliviana y otros sectores sociales importantes, que hacen un núcleo duro del MAS, que se traduce en un apoyo incondicional al partido de gobierno” y representaría entre “un 30 y 35 por ciento del electorado, lo que ningún otro partido de oposición tiene”.
Asimismo, Ricardo Pérez, licenciado en Ciencias Jurídicas y docente de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, aseguró a este diario que otra parte del apoyo que tiene Evo proviene de la gente de clase media-baja, que “(…) le está apostando a la estabilidad económica que vive el país (…)”, la cual “genera un clima de certidumbre”.
Entonces, afirma el analista, aunque muchos de los bolivianos no comparten aspectos de la administración de Morales, prefieren la garantía de la bonanza económica por encima de otras cuestiones.
Desde que Evo llegó al poder en el 2006, con el 54 por ciento de los votos, la economía boliviana ha crecido un promedio de 4,6 por ciento anual. “Queremos dar cinco años más de nuestra experiencia para que Bolivia siga creciendo económicamente, para terminar nuestras grandes obras”, dijo el presidente al cerrar su campaña en El Alto.
El problema de Mesa, según Aleman, es que sus promesas no parecen suficientes para los bolivianos. El opositor, afirmó el experto, “plantea la transformación democrática para impulsar el desarrollo ético en el país; la anticorrupción; la justicia y un pacto ciudadano; la diversificación productiva para generar empleos de calidad; el impulso del desarrollo sostenible, y la transformación energética y ecológica hacia un cambio de patrón de desarrollo, pero no platea una visión diferente de país”.
Además, Pérez señaló que Bolivia tampoco está preparada para afrontar un gobierno muy diferente al de Morales.
Pero si hay algo cierto en las elecciones de este domingo es que Evo afrontará uno de los retos políticos más grandes desde que llegó al poder, pues su apoyo ha disminuido y está lejos del 64 por ciento que obtuvo en los comicios del 2009, tras la aprobación de una nueva constitución, y del 63 por ciento que obtuvo en los del 2014.
VALENTINA LEUDO MEJÍA
Redacción internacional
EL TIEMPO