Evo Morales iría a histórica segunda vuelta en Bolivia
Evo Morales encabezaba en la noche de este domingo las elecciones presidenciales en Bolivia con el 45,28 por ciento de los votos, seguido por el exgobernante opositor Carlos Mesa, con el 38,16 por ciento, lo que vislumbraba una segunda vuelta por primera vez en la historia del país, prevista para el próximo 15 de diciembre.
Con casi el 84 por ciento de actas escrutadas, la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Choque, ofreció el primer informe del conteo de la institución.
Elegido el primer presidente indígena de Bolivia en 2005, Morales –que busca un cuarto mandato– había ganado todas sus elecciones anteriores en la primera vuelta.
Para evitar el balotaje era necesario que alguno de los candidatos alcanzara la mitad más uno de los votos o el 40 por ciento de los sufragios válidos con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo.
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Los militantes de Comunidad Ciudadana, el partido del centrista Mesa, reivindicaron en La Paz como un triunfo estos resultados. “Hemos librado un triunfo incuestionable que nos permite decir con absoluta certeza y seguridad, tanto por la información de los medios como por nuestro propio cálculo interno: ¡estamos en segunda vuelta!”, dijo Mesa. “Esta no es una elección cualquiera, esta es una elección en la que se juega el futuro de Bolivia”, agregó el opositor.
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Por su parte, el presidente boliviano celebró su victoria en la primera vuelta, pero evitó pronunciarse sobre un eventual balotaje. “El pueblo boliviano se ha impuesto para continuar con el proceso de cambio (política oficialista)”, dijo el mandatario en la casona presidencial en la plaza de Armas, en La Paz.
“Si hay una segunda vuelta, se transforma en referéndum” sobre sus casi 14 años de gobierno, dijo Gaspard Estrada, especialista en América Latina.
Al votar, el mandatario afirmó tener “mucha confianza” en los resultados de las elecciones generales, en medio de llamamientos a la población a participar en los comicios.
“Somos muy optimistas, (tenemos) mucha confianza, pero fundamentalmente confianza en la democracia”, dijo Morales a los medios en una escueta declaración tras votar en un colegio de Cochabamba.
Por su parte, Mesa afirmó después de votar en un barrio en el sur de La Paz que no confiaba en la transparencia del proceso. “El Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta”, afirmó.
El actual mandatario hizo campaña sobre su éxito económico, al mantener un alto crecimiento, una fuerte reducción de la pobreza y un nivel récord de reservas internacionales, que convirtió a Bolivia en uno de los países con la mejor tasa de crecimiento de la región.
Pero “el modelo económico boliviano (basado en la explotación de materias primas), que ha funcionado durante años, ya no es sostenible”, advirtió Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.
Además, los enormes incendios que devastaron un área casi del tamaño de Suiza en agosto y septiembre provocaron la indignación de los pueblos indígenas, que acusan a Morales de haber sacrificado la Pachamama (Madre Tierra en quechua) para extender la frontera agrícola y aumentar la producción de carne destinada a China.
Evo también es señalado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. De hecho, su decisión de postularse para un cuarto mandato es fuertemente criticada por la oposición, que cree que el país podría caer en la autocracia.
En febrero de 2016, los bolivianos le dijeron “no” a una nueva reelección de Morales en un referéndum para cambiar la Constitución, que solo permite dos mandatos. Sin embargo, un año después esa decisión fue anulada por una polémica sentencia de la Corte Constitucional.
AFP