‘Lo que quiere Evo Morales es eliminar la segunda vuelta’

Son días en los que la figura del voto se estremece de nuevo en América Latina. En esta ocasión por cuenta de Bolivia.  Las elecciones presidenciales del domingo pasado no cumplieron los requisitos básicos para ser consideradas legítimas por la comunidad internacional.

Y con el paso de las horas surgen varias preguntas: ¿hasta dónde puede llegar el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA)? ¿El presidente de Bolivia, Evo Morales, debió acatar la recomendación de la OEA de realizar una segunda vuelta, sea cual fuese el escrutinio final?

(Lea también: Conteo oficial da victoria a Evo, mientras crece presión para balotaje).

Y si a pesar de los cuestionamientos, la decisión ha sido que Morales resulte victorioso y se proclame como tal, entonces surge otra pregunta: ¿por qué después de las elecciones el Gobierno invita a la OEA a realizar una auditoría del proceso electoral?

Lo cierto es que hasta el momento, el Gobierno de Bolivia no ha admitido que las conclusiones del Análisis de Integridad Electoral
que realizaría la OEA sean de carácter vinculante para ambas partes actuantes en el proceso.

Es más, el presidente Morales se apega a los resultados oficiales, dejando a un lado, al parecer, la auditoría solicitada, cuando dice: “Si el resultado dice que vamos a segunda vuelta, vamos a ir; y si dice que no, vamos a defender”.

Evo Morales, presidente de Bolivia

El presidente de Bolivia, Evo Morales.

Foto:

Marcelo Perez del Carpio. Bloomberg

Y es que Morales, haciendo uso de lo que podría ser una receta de su mentor –el expresidente de Venezuela Hugo Chávez–, luego de declararse ganador en los comicios del pasado domingo, denunció que está en marcha un “golpe de Estado” ante las acusaciones de fraude. “Lo preparó la derecha con apoyo internacional”, afirmó.
 
“Son cuatro elecciones consecutivas que ganamos. Y lo más importante, hermanas y hermanos, nuevamente tenemos mayoría absoluta en las Cámaras de Diputados y Senadores (…)”, escribió Morales en su cuenta de Twitter.

Mientras tanto, en las calles, el pueblo opositor dirigido por el candidato Carlos Mesa defendía su voto con el clamor: “No tenemos miedo, carajo”.

Megáfono en mano, Mesa exhortó a sus seguidores: “Estamos hoy en uno de los días más importantes de la historia democrática reciente del país. Vamos a hacer respetar el voto popular. No se repite el 22 de febrero del 2016. No tenemos miedo, carajo”.

Hace unos días, el pasado 10 de octubre, en una reunión con periodistas y partidos políticos, el Gobierno boliviano se habría comprometido a dar a conocer el conteo del Trep (sistema preliminar en el que toman foto al acta desde el recinto de votación y esa imagen llega al Tribunal Nacional) al 100 por ciento.

Al contrario de lo afirmado por el embajador de Bolivia ante la OEA, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) solo se comprometió a transmitir el 80 por ciento de los resultados. Además, se subestimó la renuncia de Antonio Costas, vicepresidente de ese organismo.

El caso es que el 20 de octubre, día de las elecciones, se prendieron las alarmas cuando cerca de las 8 p. m. (hora local), sorpresivamente, el TSE suspendió el conteo preliminar y argumentó que se debía a problemas de transmisión de datos.

De inmediato, los líderes de oposición, encabezados por el candidato Carlos Mesa, anunciaron que el Gobierno estaba utilizando al Tribunal Electoral para impedir el camino a la segunda vuelta. Una segunda vuelta que, según los entendidos, Morales perdería.

En medio de estos sucesos hablé con el expresidente de Bolivia Jorge Fernando ‘Tuto’ Quiroga.

“Claramente está intentándolo –robarse la elección–, y dependerá de la reacción de la comunidad internacional, en particular las misiones acreditadas de observación internacional y también del pueblo boliviano, que está movilizado en vigilia ante las instalaciones de los tribunales electorales.

Y cuando digo que está intentando, no estoy haciendo una sindicación sin fundamento. Ayer, el conteo rápido autorizado por el órgano electoral servil de Evo Morales mostró que la brecha entre Evo Morales y Carlos Mesa era de cuatro puntos y medio. La ley boliviana dice que si es menos de 10 puntos y nadie obtiene el 51 por ciento, se va a segunda vuelta. Parecido a lo que se tiene en Argentina, Ecuador y otros países.

Carlos Mesa Bolivia

El candidato opositor Carlos Mesa participó en las protestas de este martes en La Paz.

Foto:

David Mercado. Reuters

El conteo rápido autorizado por Morales decía que era cuatro y medio, el otro conteo rápido de un conglomerado de universidades dio aproximadamente lo mismo.

Empezaron a transmitir las actas y llegaron al 83 por ciento de la transmisión, extrañamente mostrando una brecha de 7 puntos, lo cual indica que estaban selectivamente cargando las actas que más le convenían a Morales, y pararon la transmisión.

Al poco tiempo sale Morales diciéndole al país que, con “las actas rurales”, cree que va a ganar en primera vuelta y anuncia al mundo que tiene mayoría en las dos cámaras.
Los dos temas son totalmente falsos. Si uno ve en medios, está publicado que, en Diputados, la oposición tiene mayoría 68-62, y en el Senado hay un empate a 18.

Uno diría que está mintiendo. No, lo que está es anunciando que va a intentar robar la elección y, por eso, para la transmisión usa la trillada excusa de un supuesto mítico voto rural donde él tendría enorme fortaleza.

Lo que quiere es eliminar la segunda vuelta, decir que la brecha creció a más de 10 por ciento ¿Cómo? Haciendo un conteo en tribunales departamentales, anulando actas, fraguando actas, hay denuncias por doquier.

¿Hasta cuándo se quedan las misiones internacionales en Bolivia?

No lo sé, pero espero que se queden hasta que se haga la transmisión completa.
Yo cuando tuve que presidir la Misión de Observadores de la OEA en Honduras en 2017, me quedé un mes; casi paso Navidad allá.

Hice el informe, el único en la historia de la OEA que no reconoció los resultados de una elección.

Espero que no hagan la de los turistas, que llegan y se van, porque acá nos están intentando robar la democracia, y tienen la obligación de hacerlo, sobre todo por la actitud execrable de Luis Almagro (secretario general de la OEA).

El fraude más grande ya se perpetró. Evo Morales fue candidato violando la Constitución y desconociendo el referéndum que desconoció una elección adicional.

Eso fue tristemente avalado por Luis Almagro, quien, a pesar de que al inicio de 2017-2018, denunciaba este golpe de Morales ( así lo denominó) y , a pesar de que tiene un informe de la Comisión de Venecia que señala que la reelección no es un derecho humano protegido por la OEA, extrañamente en mayo de este año vino acá, borró con el codo lo que escribió con la mano y vino a la proclamación presidencial de Morales en el Chapal, en la zona donde se hace la coca que se va al narcotráfico, y vergonzosamente con gente que se dedica a ese negocio en un acto de proclamación de Evo Morales.

Entonces, acá Luis Almagro es un traidor para la democracia. Si su Misión de Observación calla, será la comprobación total que el señor Almagro traiciona sus supuestos principios democráticos para obtener el voto de Evo Morales en la reelección de la Secretaría General del próximo año.

¿Morales tiene fortaleza en las zonas rurales para hacer trampa?

Claro, tiene el voto comunitario. Más que fortaleza tiene el Gobierno que llega con prebendas, y no hay presencia de delegados de la oposición.

Pero ese no es el tema, ese fraude lo hacen siempre. Lo que están haciendo ahora es mucho más que el fraude normal de rellenar actas en comunidades bajo presión del Gobierno. Quieren cocinar, alterar y fraguar actas, incluso las que han rellenado fraudulentamente.

Donde está el fraude es en pretender que supuestamente no pueden transmitir esas actas. No son los tiempos en que Simón Bolívar tiene que llegar a caballo y tarda cuatro días. ¡No!

¿Ha tenido apoyo del sistema electoral venezolano?

Hace 15 años que el sistema político de acoplamiento institucional de fraude es el mismo de Venezuela.  Tibisay Lucena (presidenta del Consejo Nacional Electoral venezolano) se quedó pequeña al lado de la pandilla que tenemos acá».

El hueso duro

A pesar de que Quiroga cuestionó al secretario general de la OEA por haber avalado la reelección inconstitucional de Morales en el referendo del 2016, este organismo se ha levantado como un hueso duro en la defensa del voto en estas elecciones presidenciales de Bolivia.

Ciertamente, varias instancias internacionales encabezadas por la OEA, la Unión Europea y la administración del presiente de EE. UU., Donald Trump, han cuestionado el proceso electoral.

De esta forma, se reafirma la importancia del rol de las misiones de observadores internacionales en elecciones, cuando se tiene al voto como un principio fundamental de los derechos humanos.

La mejor forma de resolver la crisis actual sería ir a una segunda vuelta sin que importe el resultado oficial.

Según la Misión de Observación enviada al país suramericano, “debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta”.

Bolivia posee reservas de 48,7 billones de pies cúbicos de gas, los segundos en importancia de América después de los de Venezuela.

Como ejemplo, actualmente Bolivia es para Repsol –petrolera española– uno de los países importantes, donde prevé invertir 300 millones de euros para nuevas exploraciones de gas.

MARÍA ANGÉLICA CORREA 
Especial para EL TIEMPO 

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