¿Qué significa que a Enrique y Meghan les concedan una ‘transición’?

A regañadientes, pero mostrando su lado más humano y personal, la reina Isabel II fijó este lunes un período de “transición” para que su nieto, el príncipe Enrique, y su esposa, Meghan, los duques de Sussex, se independicen del yugo monárquico británico y armen tienda aparte, gesto que marca un quiebre con el estilo tradicional y cortesano que ha regido en el Reino Unido desde hace más de diez siglos.

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Eso parece haberlo entendido la monarca de 93 años, al aceptar la petición de la pareja, tras un cónclave de la familia real en el que se discutieron las vías para resarcir la crisis generada por los duques de Sussex, a quienes se refirió por sus nombres en vez de usar el título nobiliario.

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A través de un comunicado, la reina despejó el futuro que vislumbra la pareja, después de la montaña de especulaciones desde que Enrique y Meghan declararon sus intenciones de separarse de la casa real a mediados de la semana pasada.

Isabel II y su mensaje de Navidad

La reina Isabel en su mensaje de Navidad. Medios destacaron que sobre la mesa no hay fotos de Enrique, Meghan y su bebé.

Foto:

Steve Parsons, AFP

“Mi familia y yo apoyamos completamente su deseo de forjar una nueva vida como una joven familia”, señaló un comunicado de la jefa de la monarquía más famosa del mundo, tras la histórica cita en el Palacio de Sandringham, al nororiente de Londres.

En medio de expectativas de que hubiera truenos y centellas, Enrique, de 34 años, conocido como el niño rebelde de la Corona, fue recibido por la Reina en sus aposentos privados, adonde también asistieron su padre, el príncipe Carlos, heredero al trono, y su hermano mayor, el príncipe Guillermo.

Meghan, quien regresó a Canadá el pasado viernes para atender a Archie, el hijo de la pareja, estuvo presente en la reunión vía telefónica.

Principe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle presentan a su hijo

El príncipe Enrique (2i) y su esposa, Meghan Markle (d), cuando presentaron a su hijo Archie a la madre de la duquesa de Sussex, Doria Ragland (2d), y a la reina Isabel II (c) y a su esposo Felipe. 

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Chris Allerton / Efe

“El ambiente era tenso”, reveló a los medios un vocero real, quien vio entrar uno a uno a los participantes a la cita que consumió el llamado ‘Megxit, (en alusión a Meghan), una analogía, medio en broma, medio en serio, con el brexit, como se conoce la inminente salida del Reino Unido de la Unión Europea, cuya fecha está fijada para el próximo 31 de enero.

En el texto emitido en Londres por el Palacio de Buckingham, la reina reconoce que se trata de “asuntos complejos” que requieren “un poco más de trabajo por hacer”, pero también establece un calendario, diciendo que espera que a las decisiones finales se llegue en días.

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Hoy mi familia tuvo discusiones muy constructivas sobre el futuro de mi nieto y su familia

La declaración anuncia un “período de transición” para la pareja real y su joven hijo, mientras pasan tiempo en Canadá y el Reino Unido y se mudan para dejar de depender de fondos públicos. Sin embargo, no fueron revelados los detalles de esa transición ni cómo lograrán la autosuficiencia.

El tema del sostenimiento monetario es el que más especulaciones genera, pues los duques de Sussex dependen de los recursos que aporta el príncipe Carlos, por unos 5 millones de dólares, y un 5 por ciento que proviene de los impuestos de los británicos.

En opinión de David McClure, experto en finanzas reales, su deseo de vivir como príncipes pero disfrutando de los privilegios de los ciudadanos anónimos es una “mezcla tóxica”. Y la opinión pública parece mirar con desagrado su decisión: pese a su popularidad, una mayoría estima que deberían renunciar a todo apoyo económico de la realeza y que Enrique ya no debería figurar en la línea de sucesión al trono.

Los comentaristas de la vida de la realeza británica destacaron el significado de la cita considerándola “histórica”, que marca un quiebre respecto a la forma tradicional de manejarse la realeza británica, acostumbrada a reglas muy estrictas de comportamiento, donde solo la soberana decide el destino de su familia, conformada por cuatro hijos y ocho nietos.

“Hoy mi familia tuvo discusiones muy constructivas sobre el futuro de mi nieto y su familia”, señala la monarca en el comunicado, en el que además admite que hubieran “preferido que (ellos) siguieran siendo miembros de la familia real que trabajan a tiempo completo”. Y el documento agregó: “Respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia, mientras siguen siendo una parte valiosa de mi familia”.

“Vaya cómo han cambiado las cosas”, según Jonny Dymonds, un veterano periodista que cubre la vida palaciega, al comentar que con ese comunicado Isabel II muestra su lado más personal, “muy diferente a la estoica y fría reacción” que tuvo hace 22 años tras la muerte trágica de la princesa Diana, madre de Enrique y Guillermo.

Enrique, el sexto en la línea de sucesión de la Corona, encarna los deseos de muchos británicos de que se produzca un cambio con la tradicional sumisión cortesana, y un paso hacia la modernización de una monarquía de carácter constitucional, en la que la reina tiene un papel limitado a labores de representación diplomática y honores, dejando las decisiones políticas a la figura del primer ministro.

MARÍA VICTORIA CRISTANCHO 
Para EL TIEMPO 
LONDRES

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