Libro de Bolton pone patas arriba el juicio político contra Trump
El fantasma de John Bolton, o para ser más exacto, el manuscrito de un libro que está por salir de este exasesor de Seguridad Nacional, se tomó por sorpresa el juicio que adelanta el Senado contra el presidente Donald Trump y que se encuentra ya en su última fase.
(Le puede interesar: El viernes se sabe si a Trump lo exoneran o se prolonga el juicio)
De acuerdo con varios medios de comunicación Bolton, que trabajó para Trump hasta septiembre de 2018, sostiene en uno de los partes de su libro que el presidente mismo le pidió retener casi de 400 millones de dólares en ayuda militar que el Congreso había aprobado para Ucrania hasta que el gobierno de este país aceptara abrir investigaciones contra el ex vicepresidente y rival político Joe Biden, su hijo Hunter y el partido demócrata.
Fue esa, precisamente, una de las razones por la que la Cámara de Representantes aprobó a finales del año pasado dos artículos de destitución contra Trump y que lo convirtieron en el tercer presidente en toda la historia de EE.UU. al que se somete a un proceso de esta naturaleza.
La revelación cayó como un bomba. Y no solo por que contradice la versión que han venido defendiendo tanto Trump como sus aliados en el Congreso y según la cual la ayuda nunca estuvo amarrada a la apertura de esas investigaciones.
Hasta ahora, los republicanos venían imponiendo su mayoría en la cámara alta para evitar la convocatoria de nuevos testigos y evidencia durante el juicio que adelanta el Senado. Pero la filtración de los apartes del libro de Bolton ha desatado una inmensa presión contra los miembros más moderados de este partido para que al menos acepten escuchar la versión del exasesor de Seguridad Nacional.
Dado que se requiere de una mayoría simple (51 votos) para aprobar su comparecencia, los 47 demócratas del Senado necesitan que al menos 4 republicanos los respalden. Y desde que comenzó a circular el contenido del libro, ya van tres que han indicado que lo harían: Mitt Romney (Utah), Susan Collins (Maine) y Lisa Murkowski (Alaska).
Esa decisión la tendrán que tomar este viernes durante el último día oficial del juicio. Si no se aprueba Trump podría ser exonerado ese mismo día pues no existen -ni cerca- los 67 votos que se requieren para destituirlo (las dos terceras partes de 100 senadores). Pero si lo hacen, el juicio podría entrar en una nueva e impredecible fase.
El presidente estadounidense, Donald Trump, tras asistir al Foro Económico en Davos, Suiza.
Tan trascendental es el tema, que terminó robándose buena parte de los dos últimos días de la defensa de Trump en el Senado, que concluyó este martes en la tarde.
El presidente, a través de su cuenta de Twitter, negó tajantemente haberle dicho a Bolton que frenara la ayuda para Ucrania. Dijo, de paso, que es una simple treta para dispara las ventas de su libro.
(Además: Estados Unidos restringirá visas a mujeres embarazadas)
El problema para Trump es que la supuesta versión del ex Asesor de Seguridad Nacional coincide con la de otras figuras de su administración que testificaron en el proceso que adelantó la Cámara el año pasado. Y si bien Bolton siempre ha sido una figura polémica por sus posiciones de extrema derecha en materia de seguridad nacional, goza de credibilidad al interior del partido republicano.
De allí, probablemente, el «ajuste» en la estrategia que utilizaron los abogados de Trump en las últimas horas de su defensa. «Nada en las revelaciones de Bolton, aún si fueran ciertas, constituyen un abuso de poder o se elevan al nivel de una ofensa que amerite la destitución«, dijo Alan Dershowitz, uno de sus abogados.
I NEVER told John Bolton that the aid to Ukraine was tied to investigations into Democrats, including the Bidens. In fact, he never complained about this at the time of his very public termination. If John Bolton said this, it was only to sell a book. With that being said, the…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 27, 2020
La teoría es que el presidente estaba en su derecho de reclamar una investigación para determinar si Biden y su hijo Hunter cometieron un delito cuando este último aceptó un jugoso contrato con una empresa ucraniana que probablemente buscaba acceso a su padre, entonces vicepresidente de Barack Obama.
Si bien es claro que nada impedía a Hunter aceptar ese contrato, también lo es que fue una decisión polémica que se prestó para acusaciones de nepotismo. Pero ni en Ucrania ni en EE.UU. se han hallado motivos para abrir una investigación.
Eso quiere decir que un presidente tiene el derecho alterar el proceso electoral buscando la intervención de otro país en su favor y no sufrir consecuencia alguna
Para los demócratas es claro que el objetivo final de Trump era debilitar a un rival político y afectar con ello el resultado de los elecciones del 2020 pues Biden, a esas alturas, era el más opcionado para ganar la nominación demócrata a las presidenciales.
«Lo que ha dicho Dershowitz es una vergüenza por que eso quiere decir que un presidente tiene el derecho alterar el proceso electoral buscando la intervención de otro país en su favor y no sufrir consecuencia alguna. Cómo es posible que eso no sea una ofensa que amerite una destitución cuando es precisamente ese tipo de intervención la que previeron los fundadores cuando redactaron las causales de una destitución», sostuvo el senador Demócrata Jeff Merkley.
Joe Biden juno a su hijo Hunter Biden.
Reuters
Ken Starr, otro de sus abogados, también dejó arado el terreno para prevenir o al menos postergar un posible testimonio de Bolton y otros. Según este, Trump también estaría en todo su derecho de bloquear la comparecencia del exasesor o la entrega de documentos pues la ley protege la reserva de sus conversaciones con sus asesores.
Y en caso de existir un choque entre el Congreso y la Casa Blanca entorno a ese tema, la última palabra le corresponde a las cortes. En otras palabras Starr, el fiscal que llevó adelante la investigación con fines de destitución del expresidente Bill Clinton en 1998-1999, aún si el Senado aprueba el testimonio de Bolton, la decisión final la tendría que tomar la rama judicial y eso tarda tiempo.
Este miércoles y jueves, los senadores dedicaran 16 horas a la sesión de preguntas y respuestas. Como en un juicio regular, las preguntas del jurado (en este caso los 100 legisladores de la cámara alta) se harán por escrito y luego leídas por John Roberts, el presidente de la Corte Suprema de Justicia que opera como juez durante este proceso de destitución,
Pero mientras eso sucede la pregunta de fondo, como en el drama Shakespeare, seguirá siendo la misma: Bolton o no Bolton.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En twitter @sergom68