Tras medidas por coronavirus, Italia amaneció con las calles vacías
Por las ciudades de Italia circulaban este martes pocas personas. Sobre los 60 millones de habitantes de ese país pesan ya las férreas restricciones aprobadas en la noche del lunes por el Gobierno para tratar de frenar la propagación del nuevo coronavirus, que ya ha dejado al menos 463 muertos y más de 8.000 contagiados.
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Todo el país está en cuarentena o, como dijo el primer ministro, Giuseppe Conte, es una “zona protegida”. El anuncio del premier hizo que a los supermercados abiertos las 24 horas llegaran ciudadanos a comprar grandes cantidades de productos de primera necesidad, lo que llevó a las autoridades a pedir calma porque los suministros están garantizados.
“El futuro está en nuestras manos y deben ser unas manos responsables. Cada uno debe poner de su parte. Por eso extendemos a todo el país las medidas ya predispuestas para la parte septentrional”, dijo el primer ministro al extender a todo el territorio nacional las férreas restricciones al movimiento de personas que estaban en vigor desde el lunes en Lombardía y 14 provincias del norte, la zona más golpeada por esta epidemia, que sumó ese mismo días casi 1.800 nuevos casos y un centenar de muertos adicionales.
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Una de las pocas personas que este martes estaban en las calles era Claudia, una mujer que aseguró que solo salió de casa para ir a la escuela de su hijo a recoger sus libros.
A los estudiantes de todo el país les toca ahora seguir las clases desde sus domicilios hasta el 3 abril, después de que el Gobierno también extendiera el cierre de escuelas y universidades. “Me encontré a una profesora que les mandó emocionada muchos saludos para los niños. Tenemos que ser fuertes ante esta situación”, contaba emocionada Claudia.
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De acuerdo con las nuevas medidas, los ciudadanos solo pueden salir de la casa por motivos laborales, de salud o de emergencia. Los italianos que salgan de forma injustificada se arriesgan a 206 euros de multa y hasta 3 meses de cárcel, que pueden ampliarse hasta los tres años si hay amenaza para la salud pública.
Los ciudadanos tienen por tanto que preparar autocertificaciones para mostrar a las fuerzas de seguridad, que imponen sanciones si consideran que se actúa con irresponsabilidad.
“No cambia nada. Pero los movimientos de los ciudadanos deben seguir estas condiciones y se mantendrán los controles” en los aeropuertos, había dicho Conte al aclarar que las restricciones no suponen el cierre de las fronteras italianas.
El llamamiento a la responsabilidad de la ciudadanía es una constante entre las autoridades. Ayer le tocó el turno a Francesco Boccia, ministro de Asuntos Regionales, al anunciar el cierre de todas las estaciones de esquí del país.
Algunas de ellas rebosaban de jóvenes que decidieron aprovechar en la nieve sus días de las vacaciones después de que, el miércoles pasado, el Gobierno cerró los centros educativos. Incluso, una estación de esquí se anunciaba este fin de semana en los periódicos con este lema: ‘Vive la montaña con los pulmones llenos. Hay una zona blanca donde estar bien es contagioso’.
Boccia consideró este anuncio un insulto y dejó claro que “es evidente que muchas de las medidas aprobadas parten del presupuesto de que las familias y los individuos asumen su responsabilidad. Es el primer compromiso. Cuando esto no sucede interviene el Estado con toda su fuerza”.
Una inesperada ayuda le llegó al Gobierno del popular cantante Vasco Rossi, ídolo de generaciones de italianos, quien escribió en las redes sociales que la epidemia es “una cosa seria” y el país se enfrenta a una “verdadera guerra”. “Deben seguir las directivas para no agravar la situación. Por nuestro propio bien y por el de los demás es el momento de tener un comportamiento inteligente y responsable”, dijo Vasco agradeciendo a los médicos y enfermeros su labor.
DARÍO MENOR TORRES
PARA EL TIEMPO
Roma