‘Nivel hospitalario de Venezuela está en su peor momento desde 1936’

El pasado 12 de marzo, un día antes de que se confirmaran los primeros dos casos de Covid-19 en Venezuela, el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de este país por Colombia y medio centenar de naciones del mundo, instruyó la creación de una comisión con los más reputados especialistas locales, con la intención de que aportaran sus visiones académicas y científicas para la inminente llegada del virus a Venezuela.

Ahora, cuando oficialmente se han confirmado 36 casos, trabajan junto a organismos multilaterales en territorio venezolano para conocer las necesidades del país en medio de la contingencia.

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El nombre del doctor Gustavo Villasmil, de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna, figura entre los doce miembros iniciales de un grupo que ha ido creciendo. Que esté allí no es casualidad. Como secretario de Salud del estado Miranda –al centro norte del país y en el que se encuentran cuatro de los cinco municipios que conforman la capital venezolana– a principios de la década pasada fue quien anunció el primer caso en este país de Influenza AH1N1. También le correspondió anunciar la primera fatalidad, en la misma región.

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Para esta nueva amenaza, desempolvó las memorias adquiridas de colegas de Taiwán en 2007, y que tanto le ayudaron en aquella contingencia. “Nunca les mienta a los medios, porque usted, funcionario a cargo del manejo de la gestión de una contingencia epidémica, dice una cosa incierta, un periodista en cualquier parte del mundo obtiene el dato, lo muestra y usted inmediatamente queda desarmado, desnudo, pierde la única arma que tiene usted para enfrentarse al desafío desconocido que es la epidemia, que es la credibilidad del público”, recuerda que le dijeron. Ahora espera que esas y otras lecciones aprendidas prevalezcan en el abordaje de la enfermedad en Venezuela.

(Lea también: ¿Está preparada Venezuela para llegada del coronavirus?)Esta es la conversación que sostuvo con EL TIEMPO, desde Caracas.

Se ha cuestionado la cuenta oficial, ¿es posible determinar cuántos casos de Coronavirus podría haber realmente hoy en Venezuela?

Son muchos más casos, sin duda alguna. Por cada uno de esos casos (confirmados) debe haber muchos más. Nosotros no podemos saber porque estamos todavía a la espera de algunas cifras, sobre todo provenientes de las instancias médicas que están atendiendo a estos pacientes, que son ambulatorios y hospitales centinelas. Ya sabremos esos números y esperemos que los responsables de la administración de esta contingencia sanitaria, en el ejercicio de la responsabilidad a la que están llamados, sobre todo aquellos que son de formación médica, salgan a decirle la verdad al país.

Chile está esperando este mes 100.000 enfermos, de los cuales 40.000 esperan ellos que haya que hospitalizarlos. Si los países, incluso de la región, están esperando números por este orden de magnitud, yo espero que aquí no haya ningún soquete pensando que aquí se van a enfermar nada más 200 personas.

Aun tomando como ciertas las cifras oficiales, resulta llamativo para algunos la manera en la que han ido aumentando los casos con el paso de los días: de 2 a 10, de 10 a 17, de 17 a 33… ¿Ha sido una evolución normal?

Eso es así porque este virus es así. La biología de este virus determina ese comportamiento. Lo mismo pasó en China, países de Europa del Este, España e Italia, y lo mismo va a pasar en Iberoamérica, con matizaciones que no podemos saber en este momento cuáles serán porque nadie en Venezuela había visto antes un Coronavirus.

Falta de medicinas en Venezuela

En Venezuela no hay suficientes camas y equipos para tratar a los pacientes que necesiten ser internados en medio de la emergencia del coronavirus.

¿Es adecuada la medida de cuarentena que ha impuesto el régimen en todo el país?

Creo que en Venezuela se ha tomado la decisión correcta al promover que la gente se quede en sus casas. Lo que pasa es que hay un detallazo: esto no es Italia, China o España. Esta es una economía pobre, derruida, destruida, donde la gente vive del diario. Entonces ya hemos empezado a ver gente tratando de salir, los comerciantes informales que están en la calle, los transportistas, la gente que vive del día a día, y que prefiere asumir el riesgo de contagiar o ser contagiada, al riesgo de quedarse sin nada que comer en su casa.

Estos 15 días de ralentización, de cortesía que nos va a dar la epidemia, son para ponernos los patines para movernos como país en la construcción de fortalezas de las que carecemos y que han sido denunciadas por muchos años en las dos puntas del sistema que van a permitir amarrar esto: que es el nivel ambulatorio y el nivel hospitalario de alta complejidad, ambos en su peor momento desde 1936.

Es que hay un detallazo: esto no es Italia, China o España. Esta es una economía pobre, derruida, destruida, donde la gente vive del diario.

Desde la dirigencia opositora se anunció que se entregarán 3.500 kits de protección para el personal de emergencia de cinco hospitales de Caracas. ¿Son suficientes para atender la situación?

El 90 y más por ciento de estos casos cursa de manera benigna. Esos pacientes no tienen que ir a un hospital, pueden ser adecuadamente vistos, diagnosticados, seguidos en un ambulatorio. Pero tú vas a un ambulatorio en Venezuela y tú tienes que pedirle a Dios que esté abierto, que haya personal y que no trabaje en horas de oficina. Pero, además, tienes que pedirle a Dios que tenga agua, y que tenga un personal que esté equipado con los equipos de protección que se requieren.

¿Qué está esperando la administración a cargo, el Ministerio de Salud, para salir a dotar esos ambulatorios, que son los llamados a ser la primera línea de contención de los enfermos cuando se vayan produciendo?

Tenemos que, al mismo tiempo, irnos a la otra punta del espectro (la de los hospitales). Vamos a poner que un adulto mayor se complica en San Cristóbal (estado Táchira, fronterizo con Colombia). ¿Cuántas camas de cuidados intensivos, con respirador mecánico, hay disponibles en el Hospital Central de San Cristóbal? El número lo dio el presidente Guaidó: en toda Venezuela no llegan a 100 las unidades o las camas de cuidados intensivos disponibles, para un país de 30 millones de habitantes.

Hospitales en Venezuela

Médicos y enfermeras no cuentan con equipos de protección para poder tratar a los pacientes.

Foto:

Andreína Itriago

En el año 2013, en un estudio que hizo la Red de Sociedades Científicas de Venezuela, se decía que ese año, corriendo, había que proveer a Venezuela de 1.000 camas de cuidados intensivos. Han pasado 7 años y no solo no se han provisto, se han ido desapareciendo. Entonces si tú estimas que se te enferme la mitad de la población y que de esa mitad de la población resulta que tengas que meter en el hospital al 15 por ciento de esos enfermos, y si tú estimas que de ese 15 por ciento, como ocurrió con los chinos, entre el 2 y 4 por ciento necesitas meterlo en terapia intensiva, te das cuentas de que tú puedes tener varios cientos de miles de enfermos en esa situación, en Venezuela, en una semana. ¿Dónde los metes?

¿Quién está montado en la contención y manejo de ese riesgo? Yo quisiera saberlo para ofrecerle mi apoyo, mi mano y mi modesta experiencia porque, si esto sale mal, sale mal para el gobierno y sale mal para la oposición.

¿Ya se tienen esos insumos que planean repartir a través del Colegio de Enfermeras o todo vendrá después de conversaciones con otros países y organismos multilaterales?

Se consiguieron unos equipos de protección individual para el uso de enfermeras y médicos. Básicamente son guantes, batas especiales, tapabocas especiales que se requieren. El problema es que se necesita un suministro permanente de esto, pero, ¿quién lo provee? ¿Quién está montado en esta operación? Hay gestos simbólicos, que se agradecen.

Cada uno de esos dos focos (ambulatorio y hospitalario) requieren diseños de políticas públicas que en 360 grados permitan enfocar esfuerzos, buena voluntad, ganas de colaborar de mucha gente y dejar de alguna manera construir una política en cada uno de esos focos que genere capacidad de contener el riesgo que estamos corriendo.

Repito: ¿Quién está en eso, en esa contención? Mi temor es que pueda no estar nadie.

El problema es que se necesita un suministro permanente de esto, pero, ¿quién lo provee? ¿Quién está montado en esta operación?

Se ha vuelto a traer a colación la necesidad de ayuda humanitaria en Venezuela, sobre todo alimentaria y de productos de higiene. Tomando en cuenta el antecedente del año pasado, cuando se impidió el ingreso de la misma, ¿se ha evaluado desde la oposición cómo pudiera hacerse esta vez? O, ¿es aún muy pronto para hablar de eso?

Es tarde para hablar de eso. Hemos debido hablar desde el año pasado. En Venezuela no hay capacidad para esto. Los países que siempre han estado dispuestos a ayudarnos, hoy mismo ellos están pasando situaciones muy complicadas. Aquí tú no consigues una mascarilla de esas desechables de fabricación china, ni que la busques con lupa, porque los propios chinos tienen un problema en casa. No se crea que el problema es nuestro. No, todo el mundo está en esto, entonces la capacidad que tienen los países de ayudarnos está en sí misma ya comprometida.

Sin ayuda de afuera este problema no es superable porque no tenemos ninguna capacidad endógena para enfrentar esto y mucho menos de esto.

ANDREÍNA ITRIAGO
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas

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