Pagos secretos a portero y a exconejita Playboy: los casos que salpican a Trump

Los reflectores del mundo se posaron este martes en la tarde en el número 100 de Centre Street, sede de la Corte Criminal de Manhattan, en donde Donald Trump se convirtió en el primer exmandatario en la historia de Estados Unidos en ser acusado y procesado por un delito. Para ser más precisos, por 34 delitos.

En medio de un alto dispositivo de seguridad y rodeado por sus escoltas del Servicio Secreto, el expresidente se presentó ante la justicia pasadas las 12:30 del día (hora colombiana), ante la oficina del fiscal del Distrito, Alvin Bragg, donde se le leyeron sus derechos y se tomaron sus huellas dactilares antes de que se dirigiera rumbo a la corte, donde lo esperaba Juan Merchán, el juez de origen colombiano al que se le encomendó el proceso contra el líder republicano.

Expresidente Trump se declara inocenteEl expresidente de Estados Unidos Donald Trump se declaró este martes no culpable de los 34 cargos de los que fue acusado, relacionados con el pago irregular a la actriz porno Stormy Daniels.

El expresidente se declaró inocente este martes.

Si bien el juez se negó a que la audiencia fuera transmitida en vivo por medios de comunicación, sí permitió imágenes fotográficas que de inmediato recorrieron el planeta entero.

Durante la sesión, Merchán leyó los 34 cargos en contra de Trump –hasta ahora desconocidos–, de los cuales el expresidente se declaró inocente.

El juez, a manera de advertencia, le pidió al exmandatario abstenerse de hacer comentarios que inciten a la violencia o pongan en riesgo la vida de las personas. Un recordatorio, entre otras cosas, de que de aquí en adelante su retórica tendrá relevancia durante el proceso.

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El expresidente dio un discurso en el que afirmó que su caso es infundado y que pretende afectar la elección de 2024.

Tras fijar la próxima audiencia presencial para el próximo 4 de diciembre (justo cuando estarán por arrancar las elecciones primarias en Estados Unidos), Trump abandonó la corte rumbo a Mar-a-Lago, su residencia en Florida, desde donde realizó un mitin político para denunciar lo que, insiste, es una persecución política en su contra.

En su discurso, que duró alrededor de 25 minutos, aseguró que Estados Unidos “se está yendo al infierno” y que nunca pensó que “algo así ocurriría” en su país. Además, aseguró que el caso en su contra es infundado, que “se hizo para interferir en las elecciones de 2024” y que el único delito que cometió fue defender a su nación.

El foco de su discurso fueron, además, el presidente Joe Biden, a quien llamó “lunático”, y el fiscal Bragg, que –según dijo– es “el único criminal” en el caso.

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Una conspiración ilegal

Pese al temor de que se repitieran hechos similares a la violenta toma del Capitolio del 6 de enero de 2021, las protestas entre simpatizantes y detractores fueron relativamente menores, bajo un estricto control del perímetro que incluyó hasta el sobrevuelo de helicópteros.

Con Trump por fuera del mismo edificio donde el año pasado se condenó a su empresa y tesorero por evasión de impuestos, el fiscal Bragg –que es afroestadounidense y a quien el expresidente ha llamado “animal”– procedió a una rueda de prensa para explicar los cargos.

Según Bragg, el exmandatario falsificó registros comerciales “con la intención de defraudar y de ocultar otro delito. Treinta y cuatro declaraciones falsas hechas para encubrir otros delitos. Estos son delitos graves en el estado de Nueva York. No importa quién sea, no vamos a permitir que se normalice una conducta delictiva. Nadie está por encima de la ley”, dijo Bragg.

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El ex presidente de EE. UU. Donald Trump camina hacia la sala del tribunal penal de Nueva York.

Foto:

EFE/EPA/JUSTIN LANE

Los registros comerciales falsos que se procesaron a través de su empresa eran pagos para comprar el silencio de tres personas en la recta final de la campaña presidencial del 2016.

En ese sentido, afirmó el fiscal, Trump hizo parte de “una conspiración ilegal para socavar la integridad” de esos comicios. Cada uno de los delitos, en caso de ser hallado culpable, acarrea una condena máxima de 4 años. Pero, dado que emanan de una misma acusación, serían unificados en una sola sanción no superior a los 48 meses de prisión. Que son, además, excarcelables por una pena alternativa como el arresto domiciliario.

Los cargos, como se especuló, emanan del pago de 130.000 dólares a la actriz de cine porno Stormy Daniels para evitar que hiciera pública una relación sexual con Trump algunos años atrás, algo que él niega.

Michael Cohen, su entonces abogado, hizo el desembolso de su propia billetera, dinero que luego le fue restituido como “gastos de representación”. Para 2018, Cohen se declaró culpable de haber mentido sobre el verdadero fin de esos pagos, y hoy es uno de los testigos centrales en el caso de la Fiscalía. Bragg alega que Trump, a su vez, falsificó los registros para camuflar los desembolsos.

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Más allá de eso, el documento de encausamiento o indictment también trajo consigo varias sorpresas. Según el texto, el expresidente hizo también otros dos pagos con ese mismo objetivo. Uno por 150.000 dólares a la ex conejita de Playboy Karen McDougal (a través del tabloide National Enquirer), con quien Trump también habría sostenido una relación sexual, y otro por 30.000 dólares a un portero del edificio Trump Tower (antigua residencia del expresidente), quien decía que Trump había tenido un hijo fuera de su matrimonio.

No importa quién sea, no vamos a permitir que se normalice una conducta delictiva

El documento también señala que Trump había tratado de postergar los desembolsos hasta después de las elecciones, pues, una vez culminaran, “ya no tendría que pagarles”, ya que sus historias perderían interés o serían irrelevantes.

Se trata de un argumento clave en la acusación de la Fiscalía, dado que una de las posibles líneas de defensa es que los pagos no se hicieron para influir en las elecciones, sino para evitar una humillación a su familia.

Concentraciones de simpatizantes de Trump se presentaron ayer en Florida y Nueva York.

Cronológicamente, la negociación con Daniels, McDougal y el portero se dio entre julio y noviembre de 2016, la recta final de la campaña presidencial y justo cuando Trump estaba contra las cuerdas tras la aparición de un video en el cual se jactaba de acosar y abusar de mujeres.

Aunque la lista de testigos se desconoce, todo indica que Daniels, McDougal y el portero podrían ser llamados a declarar.

“Trump, junto a Cohen y American Media Inc. (dueños del Enquirer), participaron en un complot que buscaba facilitar una victoria de Trump en las elecciones”, puntualizó el Fiscal.

Participaron en un complot que buscaba facilitar una victoria de Trump en las elecciones

Pero demostrarlo ante un juez y luego ante un jurado –si llega a esa etapa– no será fácil, pues requiere confirmar, más allá de toda duda razonable, que la intención de Trump era electoral y no personal.

En todo caso, de aquí en adelante, el proceso contra el expresidente avanzará por vías paralelas. La primera, según Eric Langer, historiador de la Universidad de Georgetown, ante la opinión pública, donde competirán dos narrativas: que esto es una persecución política contra Trump, algo que ya alegan prácticamente todos en el partido Republicano, y la defensa de un sistema judicial que es independiente y frente al cual nadie debe estar encima.

La segunda será en el estrado del juez Merchán, donde este ruido poco cuenta y lo que valdrá será la evidencia y la ley.

SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL EL TIEMPO
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68

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