Colombia, en los ojos de la embajadora de Alemania que termina su misión

Con mis ojos de una extranjera que tuvo la oportunidad de vivir un año en este bello país, es decir, una mirada desde fuera, quisiera compartir con ustedes algunas de mis impresiones. A mi arribo a Colombia, en agosto del año pasado, había muchas voces críticas, negativas, diría incluso que casi catastróficas, de personas cuyos temores las hacían hablar hasta de irse del país. Eso realmente sigo sin entenderlo.

Desde mi punto de vista, Colombia se encuentra claramente en una tendencia ascendente. En realidad solo me queda la duda de qué tan rápido va este proceso y hacia dónde apunta exactamente. Esa es una pregunta central para Alemania en lo que tiene que ver con nuestro compromiso en Colombia y con Colombia.

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Uno de los objetivos de la política exterior alemana es contribuir a lograr una vida digna y una prosperidad estable para todas las personas en el mundo. Para ello, la humanidad primero tendrá que superar el cambio climático en el planeta. Por eso, Alemania busca aliados fuertes, y esto no se mide en primer lugar según la cantidad de aviones de combate F-16, sino en la fortaleza de la sociedad.

Quisiera rescatar algunos aspectos que durante el último año me llamaron la atención y que parecen tener menos protagonismo tanto en la discusión mediática como en el debate público que los temas omnipresentes de seguridad, presencia de grupos armados, cantidad de homicidios, crimen organizado, corrupción.

En lo pertinente al tema de la confianza, me parece muy significativo el escalafón del Índice de sistemas rotos de Ipsos, en el cual Colombia se encuentra ocupando el primer puesto en el mundo. Este índice refleja la falta de confianza de los votantes en el sistema político de su país. También los Estados Unidos de América están por debajo del promedio global. Pero lo anterior no solo hace referencia a la clase política, sino también al tejido social. De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 2022, en América Latina solo el 9 por ciento de las personas confían en los demás, de lejos el nivel más bajo en todo el mundo.

Marian Schuegraf

Marian Schuegraf es la embajadora de Alemania en Colombia.

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Twitter: @AlEmbajadora

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Por lo tanto se trata de construir la confianza social. Eso empieza con los gobiernos, que deberían confiar en los expertos, y no solo en sus seguidores. También implica confiar en cierta medida en un gobierno de un tinte ideológico distinto, siempre y cuando este haya sido elegido democráticamente. De la misma manera, implica confianza entre los diferentes estratos sociales –para ello estos se deben encontrar en el colegio, en la universidad, en la vida real–.

Así, por ejemplo, para mí fue muy valioso conocer la vida de la recicladora Bibiana, con quien tuve la oportunidad de intercambiar el puesto de trabajo durante un día.

Llama la atención gratamente la manera positiva como Colombia aborda el tema de la desigualdad de género, entre las etnias, etc.

Respecto al tema de la impunidad, encontramos que en América Latina sigue siendo un problema muy generalizado, aunque hay que reconocer que Colombia en el último tiempo ha hecho avances en este aspecto. El Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas de Leipzig averiguó que los castigos son un elemento imprescindible en el surgimiento de estructuras sociales complejas. Según la explicación de la psicología evolutiva, las penas ayudan a imponer valores como la justicia y a fomentar la cohesión social dentro de un grupo.

En cuanto al tema de la desigualdad, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo, y entre los latinoamericanos Colombia ocupa el segundo lugar. Once de los veinte países más desiguales del mundo se encuentran en América Latina. Lo anterior vale de manera especial para Colombia, donde por ejemplo la distribución de tierras es extremadamente desigual incluso en comparación con otros países latinoamericanos (véase el índice ‘Gini de tierras’).

Llama la atención gratamente la manera positiva como Colombia aborda el tema de la desigualdad de género, entre las etnias, etc., por ejemplo, con el nuevo Ministerio de Igualdad y Equidad, cuya creación representa un avance significativo. Para la reducción de la pobreza es de particular importancia el apoyo a pequeñas y medianas empresas innovadoras, pero también es vital el fortalecimiento socioeconómico de la clase media.

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Brecha entre ricos y pobres

Con la así llamada ‘Ley de compensación de cargas’, después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania redujo sistemáticamente, a través de aportes financieros relativamente bajos durante décadas, la brecha entre ricos y pobres, creando así la clase media alemana, que hoy es nuestra locomotora económica. Entre tanto, numerosos estudios han evidenciado que la clase media latinoamericana ha crecido como producto de una combinación de crecimiento económico y reducción de la desigualdad del ingreso. Por lo tanto, el pastel económico ha aumentado y su distribución se ha vuelto más equitativa: la prosperidad nacional no es un juego de suma cero.

Está igualmente el tema del consenso. En Alemania, en las últimas décadas, el consenso social y político ha sido muy importante para el desarrollo continuo.

Angela Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel.

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EFE / EPA / FILIP SINGER / POOL

De los cuatro gobiernos presididos por la excanciller federal Angela Merkel, tres se basaron en alianzas amplias en las cuales ella, a quien llamaron la canciller del centro, buscaba acuerdos con posiciones ideológicas distintas. Sin esta propuesta de “pescar en el centro” es cuestionable si se hubiera mantenido en el poder durante dieciséis años. ¿Y cómo se supone que funcione la cooperación internacional si ni siquiera hay cooperación a nivel nacional? Por eso, independientemente de su contenido concreto, un ‘acuerdo nacional’ me parece ser la propuesta adecuada, por ejemplo, para unir al mayor número posible de colombianos en torno al proyecto actual de paz con el Eln y otros grupos armados, así como para implementar proyectos de reforma duraderos percibidos por una amplia mayoría como un paso adelante.

¿Cuál es la visión de Colombia en política exterior? Este es un voto a favor de América Latina y el Caribe como un actor internacional fuerte y operativo. Porque América Latina y el Caribe ha sido un actor global influyente en la creación de un orden mundial liberal y últimamente una fuerza impulsora para acuerdos internacionales trascendentes como la agenda 2030 y el acuerdo de París de 2015.

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Marian Schuegraf

Marian Schuegraf, la embajadora de Alemania en Colombia, y el canciller Álvaro Leyva.

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Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia

Como consecuencia de las crisis, la mirada de sus estadistas a menudo se vuelve hacia dentro. Colombia, por ejemplo, se concentra en su proceso de paz. Sin embargo, este país cuenta con todos los insumos para desempeñar un papel activo a nivel regional e internacional. Para ello, la política de acción climática colombiana es un sobresaliente ejemplo positivo. Hay pocos presidentes que hablan tan claramente como Petro del cambio climático como el mayor peligro para la humanidad.

Colombia tiene con qué. En su territorio tiene todo en cuanto a poder duro verde como agua dulce, tierra fértil, biodiversidad, diferentes zonas de vegetación, el mayor potencial de energías renovables/hidrógeno verde después de Brasil, y también tiene capacidad de activar un inmenso poder blando político como vanguardia en la política climática internacional, que en la relación de fuerzas geoestratégicas cada vez se convierte más en el área dura del poder.

Porque entonces, no solo serán los inversores globales y los ecoturistas quienes vean a este país cada vez más atractivo. Un país que produce helado de mojojoy, donde los osos perezosos siempre sonríen amablemente como para una sesión fotográfica y donde se pueden fumar las hojas de los yarumos ancestrales, siempre me resultará fascinante. Y como recuerdo de la infinita variedad de frutas me llevo a Lulo, mi pequeño gato colombiano.

Marian Schuegraf
Embajadora de Alemania en Colombia
*Especial para EL TIEMPO

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