El hombre que fue condenado por vender bebés robados tras una investigación en África

Un empleado de un hospital de Kenia, que fue sorprendido por la BBC vendiendo un bebé en el mercado negro, fue declarado culpable de tráfico de menores.

Fred Leparan, que trabajaba en el hospital Mama Lucy Kibaki de la ciudad de Nairobi, fue filmado recibiendo US$2.050 por un bebé que estaba bajo el cuidado del sanatorio.

El hombre fue arrestado en 2020 tras una investigación de BBC Africa Eye.

Leparan fue acusado junto con otra empleada del hospital, Selina Awour, de robo de niños. Awuor fue declarada culpable de tres cargos de negligencia infantil, pero absuelta del delito de trata de niños.

La pareja será sentenciada el 26 de septiembre.

En un inicio, una reportera de Africa Eye contactó a Leparan haciéndose pasar por una potencial compradora, después de escuchar de una fuente que el trabajador social estaba involucrado en el tráfico ilegal de niños al interior del hospital administrado por el gobierno.

Ambas partes acordaron una reunión. La periodista encubierta le dijo que ella y su esposo habían tenido dificultades para concebir. Leparan se limitó a hacer unas preguntas superficiales sobre su situación antes de aceptar venderle el bebé.

El día que se suponía que el infante sería trasladado del hospital a un hogar infantil administrado por el gobierno junto con otros dos niños, Leparan fue filmado falsificando la documentación de transferencia para que el hogar esperara dos niños en lugar de tres.

El equipo de la BBC se aseguró de que los tres niños fueran entregados directamente al hogar infantil y también se aseguró de captar la evidencia de Leparan modificando la documentación y diciendo que el niño podía ser tomado por los presuntos clientes.

A pesar de las pruebas en su contra, el caso se prolongó durante más de dos años. Leparan pudo contratar una de las mejores defensas legales en Kenia, pero su testimonio en el estrado fue inconsistente y evasivo.

Obligado a reconocer que era él en las imágenes grabadas de incógnito, insinuó que la voz pertenecía a otra persona, aun cuando su boca se movía en concordancia con las palabras. Más tarde, admitió que algunas de las palabras eran suyas.

Leparan también afirmó que no reconocía varias partes del hospital donde había trabajado durante tres años, a pesar de que se mostraron al tribunal imágenes del hombre organizando en secreto el robo y traslado del bebé.

La investigación de la BBC evidenció la venta del bebé del hospital Mama Lucy, pero un antiguo empleado que habló con Africa Eye bajo condición de anonimato dijo que tenía conocimiento de 12 niños de ese sanatorio que habían desaparecido en un lapso de tan solo dos meses.

«Hay mucha gente corrupta. En cuanto se les da alguna suma pequeña, se callan y nunca hablan», dijo, refiriéndose a los sobornos entregados al personal.

Miles de casos más

La compra de niños robados sigue siendo considerable en Kenia, un fenómeno impulsado por el estigma cultural en torno a la infertilidad y la adopción, así como por la dificultad para seguir el proceso de adopción de manera legal.

La estafa hospitalaria operada por Leparan representa solo un aspecto de este complejo problema. Africa Eye también filmó a traficantes organizando la compra y venta de bebés en clínicas callejeras ilegales, así como el descarado robo y venta de bebés de madres vulnerables y sin hogar que viven en las calles de la ciudad.

Mary Auma, que dirigía una clínica donde madres vulnerables daban a luz y le vendían sus bebés para poder comercializarlos y obtener ganancias, desapareció después de que el equipo encubierto la filmara.

En una nueva investigación en Nairobi, no se encontraron señales de Auma y su clínica estaba cerrada.

Pero en Nairobi los bebés todavía son raptados. Cerca de las escaleras de la clínica ahora cerrada, una mujer se acercó al equipo sosteniendo un folleto que mostraba la foto de su nieta de 5 años, Chelsea Akinye.

La menor fue raptada un año y seis días antes, dijo su abuela Rosemary, quien contó que ha estado buscando a Chelsea sin parar desde entonces, repartiendo volantes por su barrio y otros.

Describió a la menor como una niña feliz y con un futuro prometedor.

«Cuando regresaba de la escuela, pedía a alguien cercano a ella que la ayudara con la tarea antes de salir a jugar», dijo Rosemary.

«He buscado a Chelsea hasta Busia. Desde ese día, salgo muy temprano por la mañana, a veces a las 4 de la mañana, para buscarla».

Al igual que otros padres o abuelos que han sido sometidos a la terrible experiencia de que les arrebaten un hijo, Rosemary a veces anhela cualquier forma de cierre para su pérdida.

«Me imagino que alguien la abandonó en algún lugar, o que la mataron y la dejaron en algún lugar. Y voy y la entierro, y se me rompe el corazón», dijo.

¿Qué hace la autoridad?

Hay pocas estadísticas fiables sobre el alcance de la trata de niños en Kenia. Según la secretaria del Gabinete de Trabajo y Protección Social, Florence Bore, entre julio de 2022 y mayo de 2023 se reportó la desaparición de 6.841 niños. Solo 1.296 han vuelto cono sus familias.

Mueni Mutisya, de la Unidad de Trata de Niños de la Dirección de Investigaciones Criminales, le dijo a la BBC que la unidad actualmente recibe en promedio alrededor de cinco nuevos casos de sustracción de niños por semana. La mayoría afecta a las familias de ingresos más bajos, afirmó Mueni.

El día después de que se publicara la investigación inicial de la BBC, en 2020, el entonces ministro de Trabajo y Protección Social de Kenia, Simon Chelugui, prometió aplicar duras medidas gubernamentales para combatir el comercio de niños robados, y que los culpables se enfrentarían a «todo el peso de la ley».

El año pasado entraron en vigor nuevas leyes que reforzaron la protección de los niños en el país, pero según Mueni aún queda mucho por hacer. Reclamó nuevas normas que obliguen al público en general a informar de las sospechas de que un niño puede haber sido abusado o secuestrado.

«Tengamos el objetivo común de proteger a los niños», dijo.

Los menores más vulnerables siguen siendo los criados por las familias más pobres, según Maryana Munyendo, directora de la organización benéfica Missing Child Kenya, que opera una línea gratuita para que las personas denuncien los raptos.

«En Nairobi, todavía recibimos muchos casos de los barrios marginales», dijo Munyendo.

Su línea telefónica todavía recibe un promedio de tres reportes de niños desaparecidos cada día.

Con la colaboración adicional de Peter Murimi.

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Créditos: BBC Mundo

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