Paraguay: Logran retomar control de prisión, 10 muertos y 17 heridos
Unos 2.200 policías y militares ingresaron el lunes a la cárcel de Tacumbú, en la capital paraguaya, y con disparos y gases lacrimógenos lograron retomar el control del penal que estaba tomado por el grupo criminal Clan Rotela.
La Policía Nacional informó que en el operativo hubo 10 fallecidos —entre ellos un suboficial— y 17 heridos que fueron derivados al Hospital de Policía.
En la operación también extrajeron al líder del grupo, Armando Rotela, quien cumple 27 años de condena por tenencia y tráfico de drogas y asociación criminal y a su vez se encuentra a la espera de un juicio por liderar un motín en dicha prisión en 2021.
Luego de varios minutos de fuego cruzado, los reos, en su mayoría leales a Rotela, se rindieron blandiendo toallas y camisetas.
El presidente Santiago Peña calificó la operación como “histórica” y sostuvo que la lucha contra el crimen organizado en las cárceles de Paraguay no será fácil ni breve. “Basta de privilegios, basta de complicidad y descontrol. Pero por sobre todo basta a un modelo que convertía a las cárceles en verdaderas escuelas de delito y crimen”, dijo el mandatario en un mensaje emitido desde la casa presidencial.
Según las autoridades paraguayas, al momento de la incursión de las fuerzas del orden Rotela se encontraba atrincherado en un pabellón y en su celda se encontraron armas largas y explosivos en gel.
De acuerdo con el comisario Nimio Cardozo, de la Policía Nacional, para evitar ser atrapado Rotela ocupó un área del penal destinada a la práctica religiosa e intentó tomar de rehén a una mujer embarazada que se encontraba en el lugar.
Además de Rotela, quien fue trasladado a un penal de máxima seguridad en la ciudad de Villarrica —unos 131 kilómetros al suroeste de la capital paraguaya— fueron extraídos otros 600 reclusos “a modo de descomprimir la superpoblación”, indicó a The Associated Press el coronel Víctor Urdapilleta, jefe de la Dirección de Comunicaciones de las Fuerzas Militares.
La cárcel de Tacumbú alberga a alrededor de 3.000 reclusos aunque su capacidad es de 1.000. La superpoblación y las condiciones de hacinamiento fueron mostradas en la serie de Netflix ‘Las cárceles más duras del mundo’.
En octubre los guardiacárceles realizaron una huelga de hambre debido a la falta de seguridad por el avance del Clan Rotela y en reclamo de mejoras salariales ya que su sueldo ronda los 250 dólares mensuales.
El Clan Rotela tenía prácticamente bajo control a la cárcel, según las autoridades paraguayas. “El objetivo principal de la operación… fue devolver al Estado paraguayo el control efectivo de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú”, dijo el coronel Urdapilleta.
Agregó que los traslados de reclusos a diversas cárceles se hicieron en autobuses de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.
A las afueras del penal, que era custodiado por militares y monitoreado por un helicóptero de la Policía Nacional, se registraron incidentes entre algunos familiares de reclusos y las fuerzas del orden. Los primeros arrojaron piedras contra los autobuses que trasladaban a los reos y fueron reprimidos con golpes y gases lacrimógenos dejando con heridas a algunos familiares, en su mayoría mujeres.
El ministro de Justicia, Ángel Ramón Barchini, declaró en conferencia de prensa que “se respetarán los derechos humanos de los internos trasladados y de los que quedaron en Tacumbú”, en respuesta a los reclamos de los familiares.
Asimismo el Ministerio de Justicia comunicó que se logró la “erradicación de los privilegios y potestades de las bandas criminales en la operación de este penal, una mejor distribución de internos y la presencia institucional y efectiva del Estado en un territorio parcialmente secuestrado por la criminalidad hace años”.
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