Los carnavales dan un respiro a la agobiada economía de Ecuador

A pesar de generar 23 millones de dólares menos en gastos en comparación con 2023, cuatro días de feriados por carnavales trajeron un respiro necesario a la economía ecuatoriana, que ha enfrentado desafíos significativos en medio de un estado de excepción declarado a principios de año por el presidente Daniel Noboa.

Datos del Ministerio de Turismo revelan que durante las festividades, del 10 al 13 de febrero, se generaron 70 millones de dólares en todo el país sudamericano. A inicios de enero, las medidas tomadas por el presidente, como el toque de queda y la suspensión de eventos masivos debido al conflicto armado interno, sembraron dudas sobre la posibilidad de que los ecuatorianos pudieran disfrutar del carnaval.

Tras negociaciones con autoridades municipales y diversos gremios, la Presidencia implementó un sistema de semaforización que permitía a cada cantón ajustar el toque de queda y los eventos masivos según su nivel de peligrosidad.

A partir del 23 de enero, 38 cantones fueron declarados de alto riesgo, y se impuso un toque de queda desde la medianoche hasta las 5:00 de la mañana, mientras que en otros dejó de estar vigente debido a su nivel bajo.

Noboa destacó la importancia de estas medidas para reactivar la economía, afirmando: «De esa manera reactivamos también a la economía, porque si no le damos un golpe al turismo, al pequeño empresario, al emprendedor, a la economía en general».

Aunque muchos municipios reanudaron sus actividades en una escala quizás menor de lo planeado inicialmente, permitieron que la economía del país «respirara» durante estos carnavales.

Según la Policía Nacional del Ecuador, el feriado fue menos violento en comparación con años anteriores, al registrarse 48 asesinatos, casi la mitad de los 92 en 2023. A pesar de la incertidumbre, cientos de miles de personas se desplazaron por todo el país y sus cuatro regiones: costa, sierra, Amazonía y Galápagos.

Karina Velarde, una turista nacional que viajó a Cuenca para el carnaval, se mostró satisfecha con la seguridad.


Karina Velarde, una turista nacional que viajó a Cuenca para el carnaval, se mostró satisfecha con la seguridad.

Karina Velarde, quien viajó al sur del país junto a su hermana, específicamente a Cuenca, expresó su satisfacción: «Me encantó, súper seguro». Cecibel Oviedo eligió la playa en Esmeraldas, una de las provincias más peligrosas del país, pero señaló que estuvieron fuertemente vigiladas con policías, militares y helicópteros.

En la capital, Quito, los que optaron por quedarse aprovecharon lugares cercanos como cascadas o el centro histórico, donde disfrutaron del tradicional «juego de carnaval». Johanna y Monia, visitantes de Alemania, se unieron a la festividad, lanzando espuma, huevos y participando en la animada guerra de carnaval que atrajo a cientos de familias.

Vanesa Lanas, participante en una feria para emprendedores organizada por el Municipio, vendió yogurt griego y, aunque las ventas no alcanzaron los niveles de años anteriores, se mantiene positiva: «Poco a poco se han ido reactivando estos espacios. Lamentablemente, la afluencia de gente, comparada con el año anterior, no fue al 100 %. Esperamos que poco a poco se vaya reanimando».

El carnaval, más que una celebración, se convierte así en un bálsamo para una economía en busca de recuperación.

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