Policía de Nueva York ingresa a la Universidad de Columbia para desalojar a manifestantes propalestinos
La policía de Nueva York entró este martes por la noche en el campus de la Universidad de Columbia, en el corazón de Nueva York, y empezó a desalojar un edificio que había sido tomado por estudiantes en protesta por la intervención militar de Israel en la Franja de Gaza.
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Decenas de personas estaban alrededor del edificio ocupado, el Hamilton Hall, en el campus de esta universidad situada en el centro de Nueva York, cuando llegó la policía.
Los uniformados subieron a través de una plataforma instalada en un camión hasta el segundo piso del Hamilton Hall e ingresaron en el edificio. El periódico estudiantil Columbia Spectator informó que se están realizando arrestos.
Los manifestantes claman por el fin de la guerra en Gaza y de la ocupación israelí en los territorios palestinos. También exigen que la universidad rompa sus vínculos con Israel y quieren el regreso del centenar de estudiantes suspendidos tras una fuerte intervención policial hace unas semanas, cuyas imágenes le dieron la vuelta al mundo.
La mayoría de los centros educativos, no obstante, han intentado impedir que los estudiantes formen campamentos en sus campus, acudiendo incluso a la ayuda de la policía local y estatal.
Legisladores de los dos partidos (Republicano y Demócrata) han condenado las protestas y el Gobierno de Joe Biden ha tildado de «antisemitas y violentas» ciertas consignas de los estudiantes y algunas de sus estrategias, como ocupar edificios de las universidades.
Los organizadores de la protesta niegan las acusaciones de antisemitismo, y defienden en cambio que sus acciones están dirigidas al gobierno de Israel y su manejo del conflicto en Gaza.
La toma del edificio Hamilton desató la intervención
El despliegue policial en Columbia ocurrió luego de que las autoridades educativas afirmaron este martes que estaban «explorando opciones» después de que los estudiantes ocuparon el Hamilton, uno de los edificios de ese centro docente. Jóvenes con el rostro cubierto rompieron ventanas y bloquearon con mesas las entradas del edificio, según imágenes compartidas en las redes sociales.
El edificio fue tomado al filo de la medianoche, hora local, tras lo cual la universidad limitó el acceso al campus al personal necesario y a los estudiantes que viven ahí.
El Hamilton cuenta con un gran simbolismo porque también fue ocupado en 1968 en protesta por la guerra de Vietnam.
La toma del edificio se produjo pocas horas después de que la dirección de Columbia anunció que había comenzado a aplicar suspensiones a estudiantes involucrados en el campamento de apoyo a los palestinos, presente en el campus desde hace dos semanas, e incluso les prohibirá graduarse a los de último curso.
Ben Chang, vicepresidente de Comunicaciones de la universidad, destacó que los estudiantes que ocupaban el edificio eran decenas en contraste con una población de 37.000 alumnos en ese campus en Manhattan y los 15.000 que se gradúan el 15 de mayo.
Sin embargo, pese a la amenaza, los universitarios siguieron firmes y desde el interior del campus reiteraron sus reclamos de que la universidad deje de invertir en corporaciones vinculadas a la acción bélica de Israel en la Franja de Gaza, que se den a conocer los nombres de esas empresas y amnistía para los estudiantes que lideran el movimiento propalestino.
«Permaneceremos aquí, aprovechando las lecciones de nuestro pueblo (Gaza), que se queda quieto y firme incluso en las peores condiciones», dijo desde el edificio a los periodistas una manifestante que no quiso dar su nombre.
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Los estudiantes de Columbia colocaron una pancarta sobre el edificio, renombrándolo ‘Hind Hall’, en honor Hind Rabaj, una niña palestina de 6 años que murió en un ataque de las fuerzas militares israelíes a finales de enero.
A su vez, los manifestantes denunciaron las acciones «desproporcionadas» por parte de la universidad, a la que acusan de «militarizar el campus con retenes, reprimir y aislar a los estudiantes y llamar a policías antidisturbios para que lleven a cabo arrestos masivos».
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó este martes su preocupación por las medidas de mano dura adoptadas para dispersar las protestas y dijo que «la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad».
Turk añadió que «la incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente».
La represalia de Israel ha matado al menos a 34.535 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio dirigido por Hamás.
EFE y AFP