Colombia interpretó mal la carta sobre Venezuela: embajada rusa

Según la embajada rusa en Bogotá, el Gobierno y el Congreso colombianos hicieron una interpretación errónea de la carta que el Consejo de la Federación -Senado ruso- envió al Congreso colombiano y al Parlamento Andino sobre la situación en Venezuela, y lamentó la reacción del canciller Carlos Holmes Trujillo.

En declaraciones a Sputnik, agencia multimedia de la Federación de Rusia, una fuente diplomática de la embajada dijo que «la carta lo que refleja es la posición del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de la Federación Rusa y la mala interpretación que ha hecho Colombia de la misma es una pena para nosotros».

También indicó sobre la carta que «en ningún apartado del texto de la declaración se hace la mención específica, directa o indirecta, de la República de Colombia, de la posición expresa de su Gobierno sobre los sucesos dramáticos de Venezuela, ni de su respuesta a la crisis venezolana».

La comunicación, revelada por ELTIEMPO.COM. tiene la firma del embajador ruso en Bogotá, Sergei Koshkin, y está fechada el 28 de marzo. En el texto se dice de forma explícita que cualquier tipo de incursión a Venezuela, que sea respaldada por los países que han apoyado a la oposición al régimen de Nicolás Maduro –como es el caso de Colombia– será interpretada por Moscú como una amenaza a la paz y a la seguridad internacional.

Según el presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Chacón, quien recibió en su despacho la carta, esto es «una amenaza directa» para Colombia.

Además, el canciller Trujillo reaccionó diciendo: «El Gobierno de Colombia rechaza enfáticamente la declaración del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de la Federación Rusa sobre la situación de la República Bolivariana de Venezuela. Las acusaciones contenidas en dicha declaración no corresponden a la realidad y constituyen una distorsión de la posición de Colombia».

Según la fuente diplomática, la carta solo expresa  la posición de los parlamentarios «respecto al intento de distribuir ayuda humanitaria a Venezuela en aquel entonces» y, por tratarse de un documento parlamentario fue remitido a los pares en la región andina.

Su objetivo era que «los parlamentarios locales conocieran mejor la posición de Rusia, pero como intercambio de opiniones y no como una advertencia o una afrenta», subrayó la fuente, que dijo que «nunca hubo una mala intención» con la misiva.

“El diálogo directo entre los parlamentos es una práctica ampliamente reconocida y aceptada que constituye un formato legítimo de la diplomacia parlamentaria y no requiere intermediación alguna del Poder Ejecutivo” añadió el mensaje tras la controversia.

UNIDAD INVESTIGATIVA.

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