Los misterios que siguen rondando la aterradora muerte de Khashoggi
Se cumple un año del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, considerado uno de los sucesos más comentados del año pasado y que aún sigue rodeado por el misterio y los interrogantes. No es para menos, si se tiene en cuenta que lo único que se sabe con certeza de su muerte es que fue ejecutada en el interior del edificio del consulado de Arabia Saudí el 2 de octubre de 2018, lugar al que fue para recoger unos documentos que necesitaba para casarse con su novia turca, Hatice Cengiz.
¿Quién era Jamal Khashoggi?
Jamal Khashoggi era un reportero saudí y exasesor gubernamental nacido en 1958, padre de cuatro hijos y divorciado. En sus últimos años vivió en los Estados Unidos y entre sus labores estuvo el trabajo como columnista del ‘The Washington Post’. Crítico del gobierno de su país, aprovechó el espacio en dicho medio para hacer oposición al príncipe heredero Mohamed Bin Salman.
El periodista inicialmente fue reportado como desaparecido por su novia, diecisiete días después se confirmó su asesinato el 2 de octubre de 2018.
El periodista disidente saudí Jamal Khashoggi fue estrangulado y descuartizado como parte de un plan premeditado. Esa es conclusión de la Fiscalía de Estambul.
Yasin Akgul, AFP
¿Qué pasó con su cuerpo?
Otro de los interrogantes es lo que sucedió con su cuerpo, o lo que quede de él, ya que sigue sin aparecer. Una de las hipótesis que se oyen en Turquía es que fue desmembrado. De hecho, en un artículo publicado en ‘The Washington Post’, con el que había colaborado el periodista saudí, Erdogan asegura que el equipo de 15 sicarios que voló desde Arabia Saudí a Turquía para matar a Khashoggi «cortó su cuerpo en trozos», pero insiste en que Riad debe aclarar «dónde están los restos».
Fue así que la versión del descuartizamiento se oficializó sobre otras difundidas en la prensa turca: que el cuerpo había sido disuelto en ácido o incinerado en un horno subterráneo que se descubrió en el jardín del edificio diplomático.
El diario turco ‘Sabah’, cercano al Gobierno, publicó una transcripción de unos diálogos que supuestamente habían sido grabados en el edificio y obtenidos por los servicios de seguridad. Las conversaciones registradas confirmarían que el equipo saudí ya había planificado matar al periodista, lo que contradice la versión saudí de que se trataba de un intento de secuestro «que se les fue de las manos» a los sicarios.
Según la versión de ‘Sabah’, se oye como habrían intentado convencer a Khashoggi de que enviara un mensaje a su hijo, residente en el reino wahabí, pero al negarse lo «drogaron» para sedarlo y luego lo asfixiaron con una bolsa de plástico en la cabeza, siempre. «No me tapéis la boca, tengo asma, no me asfixiéis», habrían sido las últimas palabras del disidente.
La Nobel de Paz Yemení, Tawakkol Karman, da declaraciones a la prensa en el consulado saudí para exigir la aparición del periodista Jamal Khashoggi.
¿Quiénes han sido investigados?
A día de hoy, pese a un caso abierto por el crimen en Arabia Saudí contra once personas en el que la Fiscalía ha pedido pena capital para cinco acusados, los coletazos están lejos de terminar.
¿Qué relación tiene el príncipe Mohamed bin Salmán con este caso?
Mohamed bin Salmán se ha autoproclamado reformista al asegurar que ha transformado su reino ultraconservador sacándolo del anacronismo. Permitió a las mujeres conducir o viajar sin permiso del marido o padre, se abrieron la apertura de espacios a la inversión y más recientemente se han aprobado por primera vez visados para turistas.
Aunque inicialmente fue acogido con elogios en todo el mundo, tras el asesinato de Khashoggi se convirtió en un personaje poco presentable ya que, según informaciones de la prensa, la CIA cree que fue el príncipe heredero quien ordenó la muerte del periodista.
Es mi responsabilidad porque estaba al mando, pero yo no sabía nada
Él repite a cuanto entrevistador se le cruza una frase que ya se ha convertido en la línea argumental sobre su actuación: «es mi responsabilidad porque estaba al mando, pero yo no sabía nada».
Una experta de la ONU, Agnés Callamard, en el mes de junio afirmó que existían pruebas suficientes para abrir una investigación sobre la responsabilidad Salmán en el polémico caso. Pero son muchas las preguntas que siguen en el aire.
Luego de lo sucedido, se ha tenido que enfrentar a las dudas sobre sus reformas y la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita, por lo que ha tratado de restablecer su reputación lanzando campañas de relaciones públicas, y acelerando lo que los analistas llaman «la orientación al Este», en dirección de aliados menos críticos como China o India.
El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman.
Bandar Algaloud / EFE
¿Qué pasó con el consejero real Qahtani?
Uno de los sospechosos es Saud al-Qahtani, quien era consejero real y confidente del príncipe heredero. Sin embargo, está ausente del proceso que se inició el enero de 2019 y que se celebra a puerta cerrada.
En la última audiencia a finales de julio, un familiar de Jamal Khashoggi criticó la ausencia de este sospechoso y pidió que fuera convocado para declarar, según indicaron a la AFP responsables occidentales. Se ignora la respuesta dada por el tribunal a esta solicitud.
Saud al-Qahtani inspiró durante mucho tiempo temor en Arabia Saudita, pues dirigió una campaña mediática en las redes sociales para defender la imagen del príncipe heredero e intimidar a sus críticos.
Extrañamente,. el mes pasado Twitter suprimió su cuenta y él no ha vuelto a aparecer en público desde el asesinato, lo que suscita especulaciones sobre su paradero.
¿Qué consecuencias ha tenido para el gobierno saudí?
El caso Khashoggi ha afectado al Gobierno saudí de diferentes maneras. La captación de inversión para el desarrollo de proyectos se ha resentido, especialmente para Vision 2030, el faraónico programa de cambios económicos con el que Arabia Saudí pretende revolucionar sectores como el tecnológico, el turístico, el desarrollo urbanístico y, sobre todo, reducir la dependencia de la comercialización de hidrocarburos.
Los efectos no se hicieron esperar: el foro de inversiones saudí, conocido como el Davos del Desierto, vivió la «espantada» de representantes de países, empresas y organismos internacionales.
Estas relaciones, al menos con Occidente y parte de la comunidad mundial de negocios sigue dañada y frenada
A eso se suma el incremento de la tensión en el Golfo Pérsico, la guerra en Yemen y la espiral de tensión con Irán, que llevaron a la calificadora de riesgo Fitch a rebajar de A+ a A la nota de Arabia Saudí.
Para Gerd Nonneman, profesor de la Universidad Georgetown de Catar, es cierto que por razones «de Estado» económicas y pragmáticas, algunas compañías y gobiernos han mantenido y reconstruido las relaciones con Riad. «Pero también es cierto que estas relaciones, al menos con Occidente y parte de la comunidad mundial de negocios sigue dañada y frenada», dijo.
En opinión de Nonneman, varios factores influyen en esa postura: por una parte «fuera se ve a MBS y al régimen saudí como culpables del crimen», por otra el incidente es síntoma de un «clima problemático» y en tercer lugar las reforma económicas se ven constreñidas por la «muy impredecible» política regional y nacional del príncipe heredero.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de EFE, REUTERS y AFP.