Parlamento británico le pone freno al acuerdo de ‘brexit’ de Johnson

En una jugada política inesperada, el Parlamento británico frenó en seco este sábado las intenciones del primer ministro, Boris Johnson,de que se aprobara su acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), conocido como ‘brexit’, que tiene como fecha límite el 31 de octubre.

La humillante nueva derrota sufrida por el premier se dio de manos de una moción estratégica, bautizada como la ‘enmienda Letwin’, que obligó a Johnson a pedir una prórroga para el divorcio del bloque.  Propuesta por el exconservador Oliver Letwin, la moción obtuvo 322 votos a favor y 306 en contra, de los 650 miembros del Parlamento.

Este es un duro revés para el ‘premier’, quien se creía triunfador tras haber logrado el jueves pasado un inesperado acuerdo con Bruselas, que fija los parámetros del ‘brexit’. En el nuevo escenario, el gobierno de Johnson estaba obligado por ley a pedir a la UE una prórroga hasta el 31 de enero de 2020, pese a que había repetido una y otra vez que preferiría morir antes de solicitar una extensión ante la UE.  

(Lea también: Claves del nuevo acuerdo entre Reino Unido y la UE para el ‘brexit’)

Boris Johnson

Boris Johnson, primer ministro británico.

Eso explica la desafiante actitud del primer ministro, quien dejó entrever que no cumpliría con este requerimiento, sino que trataría de pasar toda la legislación, a través del Parlamento, y cumplir su promesa de ‘brexit’ antes de fin de mes.  

Pero al final lo hizo, pidió la prórroga este sábado primero en una carta que no firmó. Después envío una copa de la misma  con una nota para explicar que lo hacía por obligación legal. Y más tarde entregó una segunda misiva, esta firmada, en la que aseguró que no desea tal aplazamiento. 

Johnson había dejado claro que  no negociaría un retraso con la Unión Europea.  «Ni la ley me obliga a hacerlo”, declaró. Antes de retirarse del Palacio de Westminster, sede legislativa en pleno corazón de Londres, el primer ministro aseguró que el “nuevo retraso será inútil, costoso y solo servirá para erosionar más la confianza de la gente en los políticos”

La enmienda de Letwin deja en evidencia que los parlamentarios no confían en Johnson ni en su manejo del brexit

En respuesta, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, dijo que el premier debía cumplir con la ley, mientras el líder del Partido Nacional de Escocia, Ian Blackford, advirtió que Johnson podría terminar en la Corte.

El propio primer ministro convocó a la sesión extraordinaria de la Cámara de los Comunes, que la prensa local bautizó como el ‘supersábado’ por tratarse de la primera vez en 37 años que el Palacio de Westminster abrió sus puertas para enfrentar una crisis política.

Johnson había granjeado sendos respaldos entre opositores y rebeldes conservadores. Pero, antes de poner su propuesta en la mesa, Letwin se le adelantó y dio al traste el plan oficial.

Parlamento británico

Boris Johnson (centro), durante su intervención de este sábado en el parlamento británico.

El objetivo de la enmienda es evitar una salida del mercado europeo sin un soporte legislativo. Al justificar su apoyo a la enmienda, la exministra del gabinete Justine Greening, que se retiró del control ‘tory’, dijo que Johnson está dando una “opción imposible” al pretender que el Parlamento le apruebe el acuerdo sin que haya una revisión legislativa previa. A su juicio, votar el acuerdo del ‘premier’ es como comprar una casa sin entrar.

Desconfianza

Según los analistas, esta movida demuestra la desconfianza que existe entre el Parlamento y el Gobierno de Johnson. “La enmienda de Letwin deja en evidencia que los parlamentarios no confían en Johnson ni en su manejo del brexit”, dijo a El TIEMPO el analista y escritor Alejandro Tellería.

Lejos de resolverse la crisis, la incertidumbre seguía reinando tanto en Londres como en Bruselas, luego de tres años y medios de negociaciones que complete la salida británica de la UE.

A su vez, el profesor universitario Stephen Bellas considera que ahora les corresponderá a los juristas tomar la palabra, en el caso de que el primer ministro incumpla el mandato parlamentario de pedir la prórroga de las negociaciones. El eventual incumplimiento de Johnson de la orden del Parlamento ya había sido puesta a consideración de dos tribunales judiciales en Londres y en Edimburgo.

Protestas brexit

Miles de británicos proeuropeos llenaron las calles de London este sábado.

Este sábado, mientras ocurría el debate, miles de británicos protestaron para pedir un segundo referéndum sobre el brexit. “Queremos que nuestra voz sea oída”, dijo a este diario Peter Smith, un joven de 21 años quien cree que en la consulta del 2016 no se hablaba de las implicaciones del divorcio.

Smith se apoya en los informes que señalan que la salida británica de la UE producirá desempleo, subirá la inflación y habrá desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos básicos que son importados desde Europa.

Esta semana, el drama británico alcanzó un nuevo capítulo cuando Johnson consiguió un nuevo acuerdo de ‘brexit’ con la UE.  El ‘premier’ logró que se saldara el principal obstáculo, relacionado con fijación de una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que pondría en peligro el tratado de paz de 1998.

El nuevo pacto establece, entre otras cosas, una frontera o algún tipo de controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, una frontera interna británica que los conservadores británicos prometieron que nunca aceptarían, y al final tuvieron que aceptar. Ese punto generó que el aliado Partido Democrático Unionista (DUP) irlandés lo denunciara como una traición contra el pueblo irlandés.

El acuerdo Johnson-UE contempla que el Reino Unido salga del mercado europeo y de la unión aduanera, que implica el establecimiento de aranceles para el 49 por ciento de las exportaciones británicas hacia Europa.  En contraparte, Londres podrá negociar y firmar acuerdos comerciales con terceros países y desarrollar su propia política comercial independiente de la UE.

El renegociado acuerdo considerado “justo y equilibrado”, fija los parámetros de la separación, que incluye el pago a la UE de unos 45.000 millones de euros, correspondiente a los compromisos financieros tomados en los últimos años y que todavía deben ejecutarse.

También se confirma el respeto de los derechos de los más de tres millones de europeos residentes en el Reino Unido y al más de un millón de británicos residentes en los otros 27 países de la UE.

Se contempla un período transitorio de 14 meses, desde el próximo 1.º de noviembre hasta el 31 de diciembre de 2020, en el que la relación seguirá siendo en la práctica la misma, aunque legalmente el país haya salido de la UE.

MARÍA VICTORIA CRISTANCHO
Para EL TIEMPO
LONDRES

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