Nicaragua, un mes sin noticias del presidente Daniel Ortega
Al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se lo vio por última vez en un acto público el pasado 12 de marzo, cuando hizo parte de una conferencia virtual del Sistema de Integración Centroamericana (Sica).
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Luego de que pasara un mes de ese evento, la prensa nicaragüense, los partidos de oposición y la ciudadanía se pregunta dónde está Ortega y por qué no da la cara para liderar la lucha contra la pandemia del coronavirus en su país.
Según el diario La Prensa, uno de los principales medios de ese país, Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, llevan un mes confinados en su casa en El Carmen, en Managua.
La ausencia de Ortega suscitó en los últimos días todo tipo de especulaciones sobre su estado de salud y una suerte de ambiente de incertidumbre en el país, donde las autoridades no han tomado medidas de contención frente a la pandemia.
De hecho, Ortega, de 74 años, al día de hoy no se ha pronunciado sobre la situación sanitaria de la covid-19 y miles de sus simpatizantes siguen circulando y reuniéndose masivamente.
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Dónde está Ortega no es importante, porque él ha estado desconectado de la realidad nicaragüense desde hace largo rato.
Este domingo, por ejemplo, la gente salió de sus casas para dar paseos en los balnearios y para asistir a fiestas populares, no obstante las recomendaciones que ha dado la Organización Mundial de la Salud.
Una de las actividades promovidas por el Gobierno fue el Summer Music Fest 2020, en la represa El Trapiche, en las afueras de Managua, donde hubo concursos que requerían que los competidores juntaran sus cuerpos y tocaran con sus bocas un mismo objeto de manera simultánea.
Las actividades multitudinarias que promueve el gobierno de Ortega cada día festivo o fin de semana han sido criticadas por médicos, por la alta exposición al coronavirus.
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Al cierre de esta edición, los datos oficiales de Nicaragua indicaban que en el país hay nueve casos positivos y un fallecimiento.
Pero según el Observatorio Ciudadano Covid-19, dedicado a investigar la cantidad de pacientes de esta enfermedad que no son reconocidos por el Gobierno, al menos 202 personas podrían haberla adquirido.
Sin embargo, las autoridades se niegan a imponer restricciones, suspender las clases o establecer cuarentenas, con el argumento de que solo han confirmado nueve casos, y que, además, el país no registra “transmisión local comunitaria”.
Incluso, la vicepresidenta Murillo, el cargo más alto que se mantiene en comunicación a través de los canales oficiales, dice que en Nicaragua “todo está en calma”. A pesar de que el Gobierno clasifica como “importados” los casos, aún mantienen inalterable su política de fronteras abiertas.
Personas asistieron al balneario Laguna de Xiloa, este domingo en las afueras de Managua (Nicaragua).
Voces de oposición
“Lo que esta ausencia demuestra es que en Nicaragua no existe un gobierno en el sentido estricto, porque un gobierno es una entidad para proteger el bienestar y la vida de la gente en un país”, dijo el politólogo Félix Maradiaga.
“Dónde está Ortega no es importante, porque él ha estado desconectado de la realidad nicaragüense desde hace largo rato, dándole la espalda al pueblo en distintas situaciones de crisis”, añadió.
El mandatario tampoco ha informado de su ausencia al Parlamento, controlado por el gobernante Frente Sandinista y partidos aliados. Según la Constitución, el Parlamento debe autorizar al presidente el permiso para ausentarse por un plazo mayor a 15 días y, en caso de no hacerlo, puede declarar abandono del cargo o incapacidad para gobernar. Maradiaga descartó que desde el Parlamento se exhorte a Ortega a informar sobre su ausencia porque “no existe independencia de poderes”.
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“Tenemos una ausencia del jefe de gobierno, no sabemos nada, hay mucha noticia sin fundamento, pero tampoco él sale a desmentir”, declaró la diputada liberal Azucena Castillo. “Entonces es algo difícil para el país, que enfrenta dos tipos de crisis, la política y la sanitaria”.
La legisladora recordó que la Constitución estipula que “un presidente que se ausenta por mucho tiempo debe definir si se queda o se va”, máxime en una emergencia sanitaria como la actual.
Castillo comentó que “se siente y es evidente el vacío de poder, que tapa con noticias sobre el covid-19 la vicepresidenta”.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de Efe y AFP