¿Qué implica para Israel el rechazo internacional a los nuevos asentamientos?

El generalmente polémico tema de los asentamientos construidos por Israel en Cisjordania unió por primera vez en mucho tiempo a Estados Unidos, Europa, la ONU y algunos países árabes en una fuerte condena a una decisión del gobierno israelí.

(Lea aquí: ¿Qué implica la ampliación de asentamientos israelíes en Cisjordania?)

En la última sesión del gabinete encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu se decidió construir 9.300 unidades de vivienda en distinto asentamientos y legalizar nueve puestos construidos en el pasado sin autorización oficial y considerados ilegales hasta ahora de acuerdo con la propia ley israelí.

El primero en manifestarse al respecto fue el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, quien este lunes se dijo “profundamente preocupado” por la decisión israelí.

Blinken recordó un dato histórico cierto: el hecho de que tanto administraciones demócratas como republicanas se han opuesto siempre “a este tipo de medidas unilaterales que exacerban las tensiones y socavan las perspectivas de una solución negociada de dos Estados”. Cabe recordar que la excepción a la regla fue la administración de Donald Trump.

Blinken agregó: “Todo lo que nos aleje de la visión de dos Estados para dos pueblos es perjudicial para la seguridad de Israel a largo plazo, para su identidad como Estado judío y democrático y para nuestra visión acerca de la necesidad que haya igual medida de seguridad, libertad, prosperidad y dignidad para israelíes y palestinos”.

Luego, este martes, la Unión Europea se sumó a la crítica afirmando que la “legalización” de los puestos israelíes en cuestión es inadmisible y que la construcción en asentamientos es “ilegal según el Derecho internacional”. Europa exhortó a las autoridades israelíes “a revertir las últimas decisiones en forma urgente”.

Según los expertos, el secretario de Estado tiene poco margen de maniobra para calmar las tensiones.

Todo lo que nos aleje de la visión de dos Estados para dos pueblos es perjudicial para la seguridad de Israel a largo plazo, para su identidad como Estado judío y democrático

En un comunicado especial, la Unión Europea se dijo “gravemente preocupada por las tensiones que van en aumento y por la intensificación de la violencia”, agregando que “es importante considerar pasos para desescalar la situación y evitar decisiones unilaterales y acciones que socaven la viabilidad de una solución negociada de dos Estados”.

Hasta el cierre de esta nota, Israel no había publicado ninguna respuesta formal a estas condenas, pero cabe suponer -conociendo el trasfondo de la situación y los antecedentes- que mientras hubo cierta sorpresa ante la declaración de Blinken, no fue así respecto a Europa.

Israel tiene claro que la administración Biden discrepa de la política de construir en asentamientos, pero al mismo tiempo es dura en su condena al a la escalada de violencia en la zona.

En las últimas tres semanas, han sido varios los atentados contra civiles. Hace dos semanas, siete personas fueron baleadas junto a una sinagoga en Jerusalén. Mientras que el viernes pasado dos niños -de 6 y 8 años- y un joven de 20, murieron embestidos por un palestino que se abalanzó con su automóvil sobre una parada de autobús repleta de gente. Estos fueron los atentados más letales de los últimos tiempos, pero no los únicos.

Los palestinos sostienen que murieron muchos más a manos del ejército israelí luego de la mortal redada a inicios de este mes por parte de ese cuerpo militar en Yenin, donde mataron a nueve palestinos y otros 20 resultados heridos. A lo que los israelíes responden que la enorme mayoría eran milicias que participaban o estaban planeando nuevos ataques.

Fuente israelíes suelen referirse a la construcción de nuevas viviendas en asentamientos como “una apropiada respuesta sionista” a estos atentados. “Ellos quieren destruir, nosotros vamos a construir”, dijo en distintas ocasiones el propio Netanyahu, aunque esta vez no se ha manifestado públicamente al respecto.

Lo cierto esta legalización de asentamientos es visto como una represalia a los ataques cometidos por milicias palestinas.

En realidad, el propio Netanyahu fue criticado repetidamente por los líderes representantes de la población judía en los asentamientos que alegaban que hablaba mucho de fortalecerlos, pero con demasiada facilidad congelaba cualquier plan de construcción para evitar tensiones con Estados Unidos.

Siete personas murieron este viernes en un tiroteo en una sinagoga de Jerusalén.

Foto:

Atef Safadi / EFE

Pero ahora, la constelación es distinta. En la coalición encabezada por Netanyahu él es de hecho el elemento más de centro y a su derecha hay dos partidos de línea nacionalista de derecha mucho más conservadores que él. La agenda de “El Sionismo Religioso”, uno de sus socios en el gobierno, es que Cisjordania es territorio al que el pueblo judío “tiene derecho inalienable”, por lo cual empujará a fortalecer allí la presencia judía.

Si bien el tema de la construcción en asentamientos siempre lleva a polémicas, esta vez el tema más problemático es el de la legalización de puestos no autorizados, dado que algunos de ellos fueron construidos sobre tierras que son propiedad privada palestina.

Aquellos que fueron erigidos sin permiso del Gobierno podrán ser autorizados con mayor facilidad, pero los otros, si realmente se hallan en tierras privadas, cabe suponer que serán frenados por la Suprema Corte de Justicia israelí ante la que indudablemente serán presentadas demandas. El proceso, de todos modos, puede llevar tiempo.

Sin embargo, cualquier asentamiento israelí en territorios palestinos ocupados es “ilegal” a la luz de la legislación internacional.

Pero cabe recordar que paralelamente a todo esto, y en medio de una muy seria disputa interna, el gobierno está promoviendo una muy polémica y discutida reforma judicial que apunta precisamente a debilitar a la Suprema Corte. Esto puede incidir también sobre la nueva decisión respecto a los asentamientos.

Vista de un grupo de personas protestando en contra de la muerte de palestinos.

Foto:

AHMAD GHARABLI / AFP

No está claro por ahora que la condena unánime a la decisión israelí conduzca a ningún tipo de medida concreta que afecte a Israel, más allá de la incomodidad de la presión diplomática.

Este es el primer enfrentamiento diplomático y político entre el nuevo gobierno de Netanyahu y parte de la comunidad internacional, desatado como era de esperar por uno de los temas que siempre despertaron más polémicas. Netanyahu siempre ha sido pragmático en este punto, pero sus socios de coalición quieren imponer otra línea de acción. La recurrencia de los atentados incide directamente en ello.

Está claro que Israel rechaza que se dé a entender que la violencia aumenta por la construcción en asentamientos. Según Israel, el problema cardinal es la incitación al odio que conduce a atentados. Y ellos, proclaman que responderá fortaleciendo su presencia en los territorios que considera parte de su historia.

JANA BERIS
PARA EL TIEMPO
JERUSALÉN

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