Rusia buscaría asesinar, en territorio estadounidense, a espía ruso que informaba a FBI

Al tiempo que el Presidente ruso Vladimir V. Putin ha perseguido a enemigos en el extranjero, sus agentes ahora parecen estar listos para cruzar una línea que alguna vez evitaron: matar a un informante para Estados Unidos en suelo estadounidense.

Una operación en el 2020, que buscaba eliminar a un informante de la CIA en Miami, fue una expansión atrevida de la campaña de asesinatos políticos de Putin.

Él quiere muertos a todos estos tipos”, aseguró Marc Polymeropoulos, un ex funcionario de la CIA quien supervisó operaciones en Europa y Rusia.

El asesinato fracasó, pero la secuela escaló en parte hasta convertirse en represalias ojo por ojo entre EE. UU. y Rusia, de acuerdo con tres ex funcionarios estadounidenses de alto nivel quienes pidieron el anonimato.

El blanco era Aleksandr Poteyev, un ex funcionario de inteligencia ruso que divulgó información que llevó a una larga investigación del FBI que en el 2010 atrapó a 11 espías que vivían fuertemente encubiertos en EE. UU. Habían adoptado nombres falsos y desempeñaban empleos ordinarios como parte de un esfuerzo ambicioso del SVR, el servicio de inteligencia exterior de Rusia.

Acorde con un esfuerzo de la Administración Obama para recalibrar relaciones, se llegó a un trato: 10 de los 11 espías fueron arrestados y expulsados a Rusia. A cambio, Moscú liberó a cuatro prisioneros rusos, entre ellos Sergei V. Skripal, un ex coronel en el servicio de inteligencia militar rusa que fue hallado culpable en el 2006 de vender secretos a Gran Bretaña.

El intento por asesinar a Poteyev se revela en la edición británica del libro ‘Spies: The Epic Intelligence War Between East and West’ (Espías: La Épica Guerra de Inteligencia entre Oriente y Occidente), a publicarse el 29 de junio. El libro es de Calder Walton, un experto en inteligencia y seguridad nacional en la Universidad de Harvard.

Putin, ex funcionario de la KGB, no ha ocultado su desdén por desertores entre las filas de inteligencia. Un envenenamiento en Gran Bretaña que dejó gravemente enfermos a Skripal y a su hija en el 2018 apuntó a una escalada en las tácticas. A funcionarios de la CIA les preocupaba que ex espías que habían sido reubicados a Estados Unidos pronto se convirtieran en blancos.

Antes de que pudiera ser arrestado, Poteyev había huido a norteamérica, donde fue reubicado bajo un programa hermético. En el 2011, un tribunal de Moscú lo sentenció en absentia a décadas en prisión.

Poteyev parecía haber desaparecido, pero la inteligencia rusa envió agentes a EE. UU. a buscarlo. En el 2016, medios noticiosos rusos reportaron que estaba muerto, lo que expertos creyeron podía ser una treta para hacerlo emerger.

Poteyev residía en el área de Miami. Ese año, obtuvo una licencia de pesca y se empadronó bajo su nombre real, indican registros estatales. En el 2018, un medio noticioso reportó su paradero.

Los rusos emprendieron una operación elaborada para dar con Poteyev, forzando a un científico de México, Héctor Alejandro Cabrera Fuentes, a ayudar.

Cabrera había cursado microbiología en Rusia y obtenido un doctorado de la Universidad de Giessen, en Alemania. Tenía dos esposas: una rusa que vivía en Alemania y otra en México.

En el 2019, se les prohibió a su esposa rusa y a las dos hijas de ella salir de Rusia para volver a Alemania, señalan documentos legales. Cuando Cabrera fue a visitarlas, un funcionario ruso pidió verlo en Moscú. El funcionario le dijo que su familia estaba atorada y que tal vez “podamos ayudarnos mutuamente”.

Unos meses después, le pidió a Cabrera que asegurara un condominio cerca de Miami Beach, donde vivía Poteyev. En febrero del 2020, el funcionario ruso le dio una descripción del vehículo de Poteyev. Cabrera debía hallar el auto, obtener sus placas y tomar nota de su ubicación física, indicó.

Al ingresar al complejo en auto, Cabrera trató de sacarle la vuelta a la caseta de entrada al seguir otro vehículo, llamando la atención de seguridad. Cuando fue interrogado, su esposa se alejó caminando para tomar una foto de las placas de Poteyev. Dos días después, Cabrera trató de volar a México, pero aduanales de Estados Unidos lo detuvieron y revisaron su teléfono, descubriendo la imagen. Tras ser arrestado, Cabrera dio detalles del plan a investigadores de EE. UU.

En abril del 2021, el Gobierno estadounidense impuso sanciones y expulsó a 10 diplomáticos rusos, entre ellos el jefe de estación del SVR, quien radicaba en Washington y a quien le quedaban dos años de servicio, dijeron dos ex funcionarios de EE. UU. Funcionarios de la CIA sospecharon que Rusia probablemente buscaría represalias, dijeron.

Rusia expulsó a 10 diplomáticos estadounidenses, entre ellos el jefe de estación de la CIA en Moscú, a quien le quedaban semanas en ese puesto.

RONEN BERGMAN, ADAM GOLDMAN y JULIAN E. BARNES
THE NEW YORK TIMES

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