Esta es la obra de teatro que Alicia Keys está escribiendo sobre su vida

Una noche de este verano, Alicia Keys se quedó dormida escuchando canciones de musicales. Estaba de vacaciones después de una gira de conciertos de cinco semanas, pero su mente todavía estaba trabajando: tiene 12 años desarrollando “Hell’s Kitchen”, un musical basado en su adolescencia en un entonces rudo barrio de Nueva York, y en la cima en su lista de pendientes estaba escribir una canción nueva para la actriz que interpreta a la madre del personaje principal.
Así que se tomó una siesta con los auriculares puestos y escuchó una lista de reproducción de canciones teatrales para madres. Cuando despertó, podía sentir el ritmo. Podía escuchar los acordes. Podía ver el título. Se metió en un clóset y empezó a cantar en su teléfono. Investigó un poco en línea para fortalecer sus letras. Cuando regresó a Nueva York, comenzó a escribir, tocando el piano en su estudio de grabación.
“Esto ocupa mucho espacio en mi mente”, dijo Keys sobre el musical, mientras era transportada a una sala de ensayo en el Centro, concentrándose en llegar a donde quería ir.
Ese día, a donde quería ir era al Public Theatre, el célebre teatro sin fines de lucro donde “Hell’s Kitchen” inició funciones fuera de Broadway el 24 de octubre. Con 15 premios Grammy, cinco álbumes número 1 y alrededor de 5.000 millones de descargas en streaming de sus canciones, Keys es una figura inusual en el mundo de la música —una pianista con formación clásica convertida en cantautora de R&B que firmó un contrato discográfico cuando era adolescente y sigue, a los 42 años, decididamente en control de su vida creativa.
Su musical, “Hell’s Kitchen”, también es inusual. A diferencia de muchas obras biográficas que narran la infancia de las celebridades, esta es a la vez enfocada y ficticia, retratando algunos meses en la vida de una joven de 17 años llamada Ali. Maleah Joi Moon, de 21 años, debuta en el escenario interpretando a Ali.
En “Hell’s Kitchen”, Ali, al igual que Keys, es hija de madre blanca y padre negro y crece en Manhattan Plaza, una vivienda subsidiada en las afueras de Times Square, donde el 70 por ciento de las unidades son para artistas escénicos.
Los personajes secundarios —una madre soltera hiperprotectora, una profesora de piano que cambia su vida, un novio mayor y un padre poco confiable— se basan en figuras de la propia crianza de Keys.
“Hemos ficcionalizado mucho los detalles”, dijo Kristoffer Diaz, dramaturgo y libretista que ha estado trabajado con Keys durante más de una década en el musical.
Hacer un musical puede parecer un giro para Keys, pero la verdad es que el traslape entre la industria discográfica y el teatro musical es sustancial. Keys ha asistido al teatro toda su vida e incursionó en la actuación de niña, pero su pasión siempre fue la música.
Estudió piano desde los 7 años, fue parte de un grupo femenino y escribió su primera canción alrededor de los 11, y firmó el contrato de grabación a los 15.
Fue la mejor estudiante de su generación en la Escuela Profesional de Artes Escénicas y asistió a la Universidad de Columbia de Nueva York durante un mes antes de abandonarla para dedicarse a la música. Su trayectoria despegó en el 2001, con el lanzamiento de “Fallin’”.
En el 2011, Keys coprodujo una obra de Broadway, “Stick Fly”, sobre una familia negra adinerada que lucha con la raza y la clase.
“’Stick Fly’ encendió este deseo en mí, en todos los medios de narración de historias, de poder comenzar a escuchar, sentir y ver historias que sé que existen, pero que en muchos sentidos el mundo no ve”, dijo.
“Estaba realmente lista para reinventar el teatro”, continuó. “Casi me sentí obligada a crear esa obra que sería algo que le encantaría a la gente que no soporta en absoluto el teatro musical”.
¿Cómo? ¿Hay gente que no soporta el teatro musical? Aparentemente sí, y uno de ellos es el marido de Keys, Swizz Beatz, un reconocido productor de hip-hop.
“Él no es fan”, dijo Keys, riendo. “No lo traigas a la obra donde a media frase empiezan a cantar la canción. Se duerme”.
Uno de los objetivos, dijo Keys, era crear una obra que le gustara a su marido.
Keys ha tenido una vena emprendedora durante mucho tiempo: fundó un club de niñeras cuando tenía 11 años y tiene una línea de cuidado de la piel, Keys Soulcare. “Estoy realmente interesada en los negocios en este momento”, dijo cuando se le preguntó qué sigue.
Está totalmente comprometida con “Hell’s Kitchen”, por supuesto. Tiene la intención de seguir desarrollando Keys Soulcare. Y hará más música.
“Tengo claro lo que quiero y lo que no quiero”, afirmó. “No tengo miedo de dar voz y verbalizar mucho sobre eso, y siento que estoy en un lugar donde puedo hacer cualquier cosa, cualquier cosa. Y ni siquiera he empezado todavía”.
Por: MICHAEL PAULSON
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