Francia define la conformación de la Asamblea con la extrema derecha como favorita: ¿qué hay realmente en juego?

“Más que nunca debemos ir a votar. Hay una verdadera urgencia. No podemos dejar nuestro país en las manos de esta gente. Es realmente urgente”, dijo este jueves el capitán de la selección de Francia, Kylian Mbappé, marcando el tono de lo que fueron estos días previos a la segunda vuelta de las elecciones legislativas de este domingo en ese país.

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El futbolista hizo las declaraciones durante una rueda de prensa en Alemania, donde se juega la Eurocopa, en la que les pidió abiertamente a los franceses votar en contra del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen. Aunque no es la primera vez que Mbappé habla de política, es inusual que los futbolistas de élite mundial se metan de lleno en una campaña, y sus palabras reflejan que las votaciones de hoy están movilizando a buena parte del electorado.

Los franceses acuden a estas votaciones luego de que el presidente Emmanuel Macron citó a elecciones anticipadas luego del mal desempeño que tuvo su movimiento en las votaciones al Europarlamento que, de hecho, favorecieron a la extrema derecha francesa. Y después de la primera vuelta el 30 de junio para las legislativas en Francia quedó claro que el partido RN de Marine Le Pen -que consiguió 33 por ciento de los votos- es el gran favorito para un tercio de los electores, quedando por delante de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP, 28 por ciento) y la alianza de centro derecha del presidente Emmanuel Macron, Juntos, con obtuvo un 20 por ciento.

Le Pen también ha aprovechado que la popularidad de Macron ha ido deteriorándose de forma paulatina. Tres cuartas partes de los franceses no confían en el actual presidente y muchos consideran que la política disruptiva que construyó desde 2017 terminó siendo percibida como conservadora y continuista.

Para evitar una mayoría absoluta de la extrema derecha en la Asamblea francesa, que abriría la puerta a su ascenso al poder por primera vez desde la Liberación de Francia de la Alemania nazi, la izquierda y el oficialismo acordaron formar un “frente republicano” para sumar fuerzas electorales. Esto implica la retirada de los 200 candidatos con menos posibilidades de ganar en aquellas circunscripciones en las que se clasificaron para la segunda vuelta, y dejar a una única candidatura que enfrente al candidato de la RN.

En esencia, al “frente republicano” lo forman entonces casi todas las ideologías políticas de Francia, menos a los conservadores y a la extrema derecha: el NFP incluye a socialistas, ecologistas, comunistas y a la izquierda radical, y el partido de Macron a la centro derecha. Esta coalición, no obstante, no está aún exenta de fisuras. Sin embargo, pese a esta red de alianzas y estrategias que se tejen, los ciudadanos entrevistados en las calles por la agencia francesa AFP durante estos últimos siete días mostraron a un país dividido, entre el miedo a la extrema derecha, la desconfianza hacia la izquierda radical y el hartazgo con el mandatario Macron.

El presidente francés, Emmanuel Macron.

Foto:EFE / EPA / Michel Euler / POOL MAXPPP OUT

«A muchos electores de izquierda les costará votar por Elisabeth Borne», asegura Michel, de 66 años, ante un puesto de verduras de Villers-Bocage, donde Borne, la ex primera ministra de Macron, hace campaña por su reelección. Sin embargo, este ciudadano francés está dispuesto a votar por el oficialismo –muy impopular entre otras cosas por la subida de edad de pensión por decreto en 2023– para evitar la victoria del partido de Le Pen.

En contraste, en un mercado de Dreux, una ciudad a pocos kilómetros de París, el anticuario Frédéric Laguetta dice que “RN ya no es la extrema derecha. Ya no hablamos de su líder histórico Jean-Marine Le Pen, sino de Marine, su hija, y Jordan Bardella”, un joven de 28 años al que este partido postula como su primer ministro.

Y es que, el partido RN -originalmente llamado Frente Nacional y cuyo nombre cambió en 2018- fue fundado en 1972 por exsoldados nazis y colaboradores del régimen de Vichy. Jean-Marine Le Pen era su figura más destacada y en los años 90 fue condenado por negar los crímenes de la Alemania nazi. Sin embargo, Marine Le Pen ha intentado cambiar la cara al movimiento desde que asumió sus riendas en 2011, algo que, a juicio de los resultados de la primera vuelta, le está dando frutos.

“Ella quiso marcar una ruptura con el pasado de su padre. Y quiso limpiar la imagen que tenían frente a temas como el holocausto o el judaísmo”, le explica a BBC Mundo Gaspard Estrada, politólogo en Sciences Po. En este tiempo, por ejemplo, ha condenado los ataques de Hamás contra Israel, aunque también sigue manteniendo posturas abiertamente antiinmigrantes -como la de expulsar a migrantes en situación irregular-.

Le Pen también ha aprovechado que la popularidad de Macron ha ido deteriorándose de forma paulatina. Tres cuartas partes de los franceses no confían en el actual presidente y muchos consideran que la política disruptiva que construyó desde 2017 terminó siendo percibida como conservadora y continuista.

Vista de París.

Foto:IStock

¿Qué dicen las encuestas en Francia?

En las votaciones de hoy se eligen a 501 de los 577 diputados de la Asamblea Nacional (la cámara baja), ya que el 30 de junio, 76 de los candidatos ya consiguieron su elección en primera vuelta. Para esta segunda cita, tres sondeos divulgados este viernes coinciden en que la RN tiene cada vez más difícil alcanzar esa mayoría absoluta.

Los estudios trazan un arco de entre 170 y 230 diputados para la extrema derecha, lejos de los 289 necesarios para controlar la Asamblea Nacional. El Nuevo Frente Popular de izquierda y sus aliados lograrían, si se cumplen las encuestas, de 159 a 191, mientras que el bloque macronista conseguiría 118-150. Más lejos quedaría el conservador Los Republicanos (LR) con un arco de 35 a 67 escaños.

Kylian Mbappé.

Kylian Mbappé se metió de lleno en la campaña de las elecciones en Francia.

Foto:EFE

Si se confirman estas proyecciones, Francia carecería de una mayoría clara para formar un gobierno. En todo caso, quien logre imponer mayorías a través de las alianzas tendrá las llaves para definir la gobernabilidad en el país galo durante los próximos años. Y es que, si bien en Francia el presidente es el cargo más importante, con facultades para introducir decretos, la Asamblea es clave para aprobar proyectos legislativos claves, aprobar presupuestos y enmendar la Constitución. Además, la Cámara baja tiene la facultad de tumbar el gabinete a través de mociones de censura.

De momento, Le Pen parece confiada en que revertirán la tendencia de las encuestas y ha tratado de hacer frente a las críticas que han surgido de figuras como Mbappé. En una entrevista con CNN, Le Pen se preguntó con su habitual tono populista cómo deportistas o artistas, «millonarios o multimillonarios», se permiten decir lo que tiene que votar los franceses «que ganan 1.300 o 1.400 euros al mes».

La campaña también ha estado marcada por la violencia, de baja intensidad, pero muy superior a otras elecciones anteriores, con agresiones verbales y en algunos casos físicas a candidatos o a militantes. Las agresiones físicas habían afectado a 51 candidatos y militantes, según cifras que divulgó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien reconoció que «hay un clima de gran violencia». Ante temores de «desórdenes» el domingo por la noche, las autoridades prevén el despliegue de 30.000 policías y gendarmes, entre ellos 5.000 en París.

CARLOS JOSÉ REYES GARCÍA

SUBEDITOR INTERNACIONAL

EL TIEMPO

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