‘Lo que más me desconcierta es el silencio de Petro’: Evan Ellis, científico político / Entrevista de María Isabel Rueda
Evan Ellis, científico político especialista en Latinoamérica y profesor en la US Army War College en su Strategic Studies Institute, habla sobre las elecciones venezolanas. Es especialista en crimen organizado y populismo en latinoamérica. Ha presentado su trabajo en numerosos libros, documentos y foros en 27 países de cuatro continentes. Ahora se encuentra estudiando la influencia de China en varios países de la región.
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Nos puede contar un poco de sus actividades como analista?
Soy profesor de investigación para América Latina en el Instituto de Estudios Estratégicos de la escuela de guerra de Estados Unidos, un “tanque de pensamiento” que asesora al Ejército y al Gobierno. Ahí, mi cargo es el enfoque en temas de América Latina desde la perspectiva de la estrategia militar. Mi especialidad en los últimos años ha sido identificar la influencia de China, Rusia e Irán en esta región. Además de la investigación sobre crimen organizado y tendencias políticas como el populismo en países como Venezuela.
A propósito de China, ¿qué tanto cree que pesan los apoyos geopolíticos de China, Rusia e Irán en la permanencia ahora de Maduro en el poder?
En este momento, el reconocimiento que China ha dado a Venezuela en sí no tiene un gran impacto, pero es importante reconocer que, como otros países, China ha influido durante muchos años en Venezuela. Desde la llegada de Hugo Chávez al poder, especialmente estoy hablando del 2008, China les ha comprado petróleo y otras exportaciones. Su estilo de hacer negocios siempre ha procurado favorecer al círculo de Maduro, con considerables flujos de dinero. Lo cual permitió, primero a Chávez y luego a Maduro, enriquecerse y tener otro incentivo para el futuro de su proyecto.
Además reprimen bárbaramente a la población…
Por ejemplo, los blindados militares y otros, que estuvieron presentes durante las protestas del 2017 y 2019 y hasta la exclusión de Juan Guaidó del Congreso, en enero del 2022, eran vehículos chinos. También tenemos que hablar de infraestructura en telecomunicaciones y otros tipos de herramientas digitales que han ayudado indirectamente el régimen para mantenerse en el poder. Uno de las primeros llamados que hizo Maduro en esta crisis electoral fue a China y a Rusia para pedir ayuda, supuestamente, contra ciberataques.
Mi punto clave de todo esto es que no se trata tanto de intervención directamente militar, pero a través de estos flujos de dinero y de este apoyo político, China ha sido una de las fuerzas, tras bambalinas, que han extendido la vida de esta administración de Maduro, incluso con la compra de su petróleo durante muchos años en la época de las sanciones más fuertes, por encima y por debajo. China prefiere negociar con quien está en el poder, sin importar si es democrático o no, y por eso su gobierno queda sorprendido cuando los que están en el poder lo pierden.
¿Cuál es la posición política de Estados Unidos frente a lo que parecería ser un proceso electoral fraudulento? Ya el secretario de Estado, Antony Blinken, endureció esa posición cuando dijo que todo indicaba que el elegido había sido González…
Cuando hablamos específicamente de la administración Biden, hay que destacar que ha hecho un gran esfuerzo para evitar la intervención interna en la política de cualquier país. Aunque Venezuela, reconocido por corrupción y autoritarismo, a partir los acuerdos de Barbados había venido buscando negociar una elección justa. Lo que hemos visto es un esfuerzo con paciencia exagerada. Pero ya escuchamos ese pronunciamiento muy fuerte de Blinken de que los resultados arrojan dudas muy fuertes al Gobierno de los Estados Unidos y que lo anunciado por el CNE no corresponde a la voluntad del pueblo. Creo que es una manera muy educada de decir lo que todo el mundo puede ver.
¿O sea, qué?
Que cuando María Corina Machado publicó los resultados de votación en Venezuela –con evidencia fotográfica de más de 20.000 de los 30.000 sitios–, demuestran que el 67 por ciento de los votos fueron para González Y el 30 por ciento, para Maduro. Victoria aplastante, lo que contradice completamente lo que dicen, sin evidencia, los resultados del CNE. Entonces, lo que Estados Unidos está pidiendo, repito, muy educadamente, es que si realmente ganó, muestren las pruebas, porque tenemos otra evidencia que indica que los resultados son diferentes.
¿Hay alguna posibilidad de que el resultado sea que ganó Maduro?
Lo que yo entiendo es que gracias a la estrategia de la oposición, lo que tenían Machado y su equipo era evidencia fotográfica, ya publicada en la web, de los resultados, observando lugares de votación, acto por acto. Me parece que esta evidencia es aplastante.
Y, a pesar de eso, Maduro sigue en el poder…
Obviamente, Maduro cree que puede mantenerse en el poder. La cuestión es si lo hará vía represión, apoyado por las fuerzas de penetración de agentes cubanos en las fuerzas armadas. Para mí la cuestión es si la comunidad internacional va a hacer algo más que solo quejarse y exigir si Maduro no cede, o al igual que en Cuba y otros casos, vamos a pasar este momento y en tres semanas estaremos hablando de nuevo de recibir a Maduro en la comunidad internacional, insistiendo en no intervenir en temas internos y que volvamos a ser amigos.
¿Pesa la presión internacional para que se produzca una transición? Se lo pregunto porque esa presión hay que dividirla entre países que apoyaron los resultados y otros que, digo yo, hipócritamente, siguen insistiendo suavemente en un conteo transparente… Mientras se dice que están falsificando las actas…
Nunca en unas elecciones yo había visto tanta certeza, tanta evidencia, tanto consenso de la comunidad internacional. Obviamente, hay un grupo pequeño de países autoritarios que respaldan a Maduro. Pero nunca había visto una posición tan fuerte del Centro Carter, que es tan bien aceptado y siempre busca mantener su credibilidad como imparcial. Pero cuando el Centro Carter dice que esto no corresponde a los estándares internacionales de una elección, creo que es un dictamen fuerte.
A Juan Guaidó, muchos Estados democráticos lo reconocían como el presidente legítimo de Venezuela y no sirvió para nada. Si eso pasa con González, ¿qué sacamos?
Yo trabajaba en el Departamento de Estado bajo el secretario Mike Pompeo durante esa época del 2019, 2020. Entonces recuerdo muy bien. En este momento había un caso hasta más difícil, porque hoy no solo es un tema legal de quién dice quién es el presidente, sino que hubo elecciones que arrojan evidencias fotográficas de que González ha sido elegido por una cantidad aplastante.
¿Pero entonces, a dónde vamos?
Bueno, hasta Josep Borrell, representante de la Unión Europea para Asuntos Internacionales y Política de Seguridad, que nunca ha sido enemigo del socialismo, dice fuertemente que hay que mostrar los resultados si quieren credibilidad. Creo que estamos en un punto de inflexión, pero es muy posible un escenario en que haya un reconocimiento legal de González, con implicaciones financieras en cuanto a quién controla las cuentas internacionales. Pero Maduro no suelta el poder, y no quiere perder.
Lamentablemente, la democracia no siempre gana. En este caso tendremos que ver si la voluntad del pueblo venezolano termina imperando. Y si esto crea una discrepancia con líderes como Amlo en México o Lula en Brasil, que no quieren ir en contra de su amigo ideológico, Maduro. Pero sí están yendo en contra de la voluntad democrática, cuando los resultados claramente favorecen a Edmundo González.
El ejército venezolano, corrompido por el narcotráfico, no parece estar dispuesto a aceptar la voluntad del pueblo. Luego, separar a Maduro del control ilegítimo de su élite parece imposible…
Como usted dice, el problema es que el liderazgo militar está tan comprometido por su corrupción y por la penetración de los cubanos que es casi impensable que ellos se vayan a desconectar de Maduro en cantidad grande. Y si eso no ocurre, igual que en 2019, aunque Maduro mantenga algún control ilegítimo en contra de la voluntad del pueblo, puede ser que el régimen venezolano esta vez se vea más aislado, más sancionado. Se calcula que hasta 4 millones de venezolanos más están saliendo de su país, en adición a los 8 millones que ya se han ido. Pero, a pesar de estas consecuencias, es muy probable que si las fuerzas de seguridad y militares lo siguen apoyando, Maduro –con el control de las armas– va a mantener el control de este país.
¿De quién depende lo que sucederá? ¿De las movidas de Machado, del pueblo, de la comunidad internacional? 0 ¿de Maduro y sus cómplices, en la medida en que puedan o no aguantar la furia de la población?
Es una pregunta muy compleja. Obviamente será una combinación de todo, porque con la presión económica, etcétera, que ponga la comunidad internacional –especialmente actores grandes y claves, tradicionalmente alineados con la izquierda– menos espacio se le da a Maduro. Y también tengo que reconocer la astucia con la que Machado y González hicieron campaña, logrando captar al final esta evidencia y evitando violencia, lo que permitió atraer al pueblo y el interés de la comunidad internacional. Por supuesto, si algunos generales o miembros del chavismo deciden que por su interés es mejor abandonar el madurismo, entonces esto podría ser un momento clave, aunque lo dudo. Sin presión es imposible. Y si controla las armas, ya Maduro sellará el poder y eso determinará el futuro.
¿Cómo cree que sería esa transición, cuando hoy existen áreas muy importantes del territorio venezolano controladas por grupos ilegales que actúan coordinados con el régimen venezolano?
Esta es una pregunta muy importante porque estamos hablando de zonas entre Colombia y Venezuela donde hay fuerte presencia de diversos grupos de terroristas como las disidencias de las Farc, etcétera. Si hay una transición, no solo se trata de reparar la economía, sino que se requiere una coordinación entre las fuerzas armadas de Colombia, las de Estados Unidos y otras de la región, incluso Brasil, para evitar esta violencia, la cual en Venezuela ya se desborda con refugiados, con grupos criminales como el ‘Tren de Aragua’, impactando varios países. Muy delicado. Yo quiero ver ya la participación de todos los organismos internacionales.
¿Cómo le ha parecido la posición del Gobierno de Colombia, en la cual el Presidente se mantiene en silencio y el canciller, en el grupo de los que llamo ‘hipócritas’, aún pide las actas con la disculpa de que están haciendo “democracia para la paz”?
Lo que más me impacta es el silencio de Gustavo Petro. Cuando yo respeto mucho a personas de la izquierda con principios, como Gabriel Boric, de Chile. Él ha dicho que ya no hay credibilidad en los resultados. Pero para mí, sí es muy impactante el silencio de Petro en contraste con su discurso sobre la supuesta democracia y voluntad del pueblo en otras áreas. Hubo algo de profesionalismo de la Cancillería, pero como usted bien dice, ya cambió de perspectiva. Por lo menos, me parece que ha sido una ambigüedad profesionalmente irresponsable que diga sí, necesitamos ver las actas, porque como el CNE no tiene actas entonces es para insinuar que no van directamente en contra de la democracia y que no están ignorando completamente la situación. Pero, al final del día, al no recibir evidencia, los resultados no son creíbles y obligaría a no reconocer a Maduro.
¿Y qué tan factible es que eso pase?
Dudo que pase. Pero creo que esto destaca, como usted dice, la hipocresía entre quienes proclaman la democracia y realmente, cuando hay que hallar un resultado democrático que no se ve, no dicen nada.
¿Y qué consecuencias traerá sobre Colombia?
Quizás Colombia es el país que más sufrirá los resultados. Porque cuando migraron los primeros ocho millones de venezolanos, unos dos millones fueron a Colombia, a través de Cúcuta, pero ahora lo hacen a través de todo el país. Y si salen cuatro millones más, Colombia lo va a sentir. Si hay una descompensación de seguridad en el interior de Venezuela, especialmente en los grupos directamente enlazados a actividades en Colombia, como el Eln y lo que queda de ‘los Urabeños’, recrudecerán actividades como las del ‘Tren de Aragua’, que ya está establecido en Bogotá. Creo que Colombia va a ver mucho más de esto y con la situación que vive su país en este momento, en que trágicamente no ha habido inversión en los últimos años, en que ya toda la agenda legislativa de Petro está estancada, en que hay tanta incertidumbre con la ‘paz total’, pues esas consecuencias ya se ponen encima de Colombia. Para que los colombianos regresen, trágicamente, a una situación muy triste, que ya vimos desde el gobierno de Samper en los noventa, o desde antes.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO