¿Cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos?

El proceso electoral para elegir al presidente en Estados Unidos presenta características únicas que lo diferencian de los métodos utilizados en muchos países latinoamericanos.

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A diferencia de un sistema en el que el voto ciudadano se traduce directamente en la elección de un líder, aquí se establece un mecanismo de representación.

El papel de los colegios electorales

En este sistema, la decisión sobre quién asumirá la presidencia no recae en los votantes directamente, sino en los colegios electorales que existen en cada estado. Estos colegios están compuestos de forma proporcional a la población de cada entidad, lo que significa que los estados más poblados tienen más votos electorales. 

Por ejemplo, California, siendo el estado más poblado, cuenta con un total de 55 votos electorales. De acuerdo con este mecanismo, el partido que obtenga la mayor cantidad de votos en California se lleva todos esos 55 votos, un procedimiento que se repite en 48 de los 50 estados, además de Washington, D.C.

A nivel nacional, el total de votos electorales asciende a 538. Para que un candidato se declare ganador de la presidencia, debe alcanzar un mínimo de 270 votos electorales, es decir, la mayoría más uno.

Este método de elección, aunque está diseñado para equilibrar la representación de cada estado, a menudo provoca controversias. Un caso emblemático de esta dinámica se presentó durante las elecciones de 2016, cuando Donald Trump fue electo presidente al obtener más votos electorales, a pesar de que Hillary Clinton superó en el conteo de votos populares. Esta situación ilustra cómo un candidato puede asumir el cargo sin haber recibido el respaldo mayoritario de la población.

Para los ciudadanos estadounidenses que necesiten orientación sobre cómo participar en el proceso electoral, existe un recurso disponible en español en la página web usa.gov, donde se ofrece información completa sobre los procedimientos de votación.

El debate sobre la eficacia y la representatividad del colegio electoral continúa siendo un punto crucial en la discusión política en Estados Unidos. Hay quienes defienden que este sistema garantiza que todos los estados, sin importar su tamaño, tengan una voz en las elecciones. Sin embargo, también hay quienes argumentan que este mecanismo puede distorsionar la voluntad del electorado, otorgando un peso desproporcionado a ciertos estados a expensas de otros.

MARÍA CAMILA SALAS V

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL 

EL TIEMPO

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