El gobierno de Trump 2.0 y sus desafíos globales / Análisis de Francisco Barbosa
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos generó todo tipo de reacciones no solo a nivel interno sino en diversas regiones del mundo donde el papel del coloso norteamericano es vital. Europa, Asia, América Latina y Medio Oriente siguieron con atención los resultados. Puntualmente, la llegada de Trump tendrá un efecto en las guerras y en los problemas que hereda del gobierno de Joe Biden.
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El presidente Trump recibe tres conflictos mundiales en curso. Recordemos que cuando le entregó el poder a Biden hace cuatro años no existía ninguno. Por lo que, seguramente, tratará de apaciguarlos con alternativas rápidas de negociación.
La solución al conflicto en Ucrania con Rusia pasaba, para la Unión Europea, por que Trump no ganara y se continuara con la inercia y la pasividad con que el presidente Biden entendió esa confrontación. Los estadounidenses durante ese gobierno asumieron una cuota económica más alta, tanto en su participación en la Otán como en la guerra entre Ucrania y Rusia. Con la llegada de Trump se renegociará el rol presupuestario de Estados Unidos en esa organización.
Es sabido que la guerra de Ucrania es ciertamente desgastante por la falta de política de la Unión Europea al pretender que un país pequeño como Ucrania continúe su carrera suicida de seguir combatiendo a Rusia, bajo el empeño del presidente Zelenski de continuar una guerra que ha producido más de 6 millones de refugiados. Trump insistió en su campaña en la búsqueda de un inminente acuerdo de paz y la suspensión del exceso de recursos para Ucrania.
Teniendo esto presente, Trump podría proponer una salida que implique que Ucrania ceda 20 por ciento de su territorio a Rusia y se inicie el proceso de reconstrucción de ese país. Recordemos que esa guerra ha producido más de 300.000 muertos y 800.000 heridos y que Estados Unidos ha aportado más de 75.000 millones de dólares en ayuda militar.
Una prórroga a ese estado de cosas es una apuesta que Trump seguramente evitará. Parte del rechazo norteamericano a Biden y, por consiguiente a Kamala Harris, fue la intromisión permanente de Estados Unidos en guerras exteriores. Por ese camino, seguramente, Trump tratará rápidamente de proponer una salida.
En cuanto al conflicto en Israel contra los palestinos, desencadenado por la masacre realizada por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023, la posición de Trump ha sido de respaldo a Israel. En su reunión con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, Trump le ofreció su apoyo y le dijo que hicieran rápidamente su tarea militar porque cuando llegara a la Casa Blanca intentaría ponerle fin al conflicto.
Esta tarea implicará continuar con sus ataques selectivos contra Hezbolá en el Líbano, la recuperación total de la Franja de Gaza y Cisjordania, la destrucción de Hamás y los ataques contundentes y reactivos contra Irán.
Al día de hoy, Estados Unidos le ha entregado a Israel unos 16.800 millones de dólares desde el ataque de Hamás. Trump tratará de unirse con las monarquías suníes y cercar a los chiíes encabezados por Irán, que buscará aliados como Rusia y China. Al final de esa transacción, los palestinos no lograrán mayores resultados. Será el costo del terrorismo de Hamás en Gaza y Cisjordania.
Sobre la crisis entre Taiwán y China, Trump considera que un conflicto en esta zona del mundo es innecesario, más aun teniendo en cuenta que sus electores lo escogieron para que privilegiara una agenda interna de recuperación económica y no aventuras bélicas en el extranjero. Sin embargo, observará con atención la zona porque durante el gobierno Biden se le entregaron a Taiwán 8.100 millones de dólares para su fortalecimiento militar.
Latinoamérica y sus desafíos
Para Trump son tres los desafíos que enfrenta en América Latina. El primero, la inmigración ilegal; el segundo, el narcotráfico, y, por último, la defensa de las democracias en la región.
En cuanto a la inmigración, Trump recibe un problema mayúsculo porque durante el gobierno Biden entraron más de millón y medio de inmigrantes ilegales por la frontera sur de Estados Unidos. Para poner un dato concreto, solo el año pasado entraron más de 500.000 personas sin papeles al país.
Las rutas de esa inmigración ilegal son de dos vías. La primera, desde el sur del continente pasando por el Tapón del Darién, lugar por donde circulan ciudadanos de varios países africanos y suramericanos, y la otra parte del triángulo norte (El Salvador, Honduras y Guatemala) hacia la frontera sur. El gobierno Biden, en cabeza de la vicepresidenta Kamala Harris, falló en la contención de este problema porque limitó su solución a los países de llegada (Guatemala y México), desconociendo las rutas y los países de paso.
Trump deberá trabajar con todos los países de la región para que a través de una cooperación política y judicial efectiva puedan lograrse resultados para desestimular el paso de inmigrantes. De igual forma, deberá aportar a los cuerpos de policía y migración de la región las herramientas tecnológicas necesarias para compartir la información y luchar contra las redes transnacionales de tráfico de migrantes y trata de personas.
En segundo término, el narcotráfico es una de las pesadillas dentro de la política estadounidense. Para Trump pesa la muerte de 107.000 personas por sobredosis en el 2023, principalmente por fentanilo. Esta circunstancia llevará a exigirles a países productores de droga como Colombia un compromiso en la reducción de cultivos ilícitos. Según el informe de la ONU, Colombia tenía 253.000 hectáreas de hoja de coca frente a las 230.028 de 2022.
En este punto, el Gobierno de Colombia, en cabeza de Gustavo Petro, ha hecho poco en la lucha contra las drogas, lo que ha implicado que se haya pasado de una producción de 1.738 toneladas de coca en 2022 a 2.664 toneladas en el 2023.
Para Trump será esencial reactivar el cálculo de las hectáreas de coca en el país y presionar al Gobierno colombiano para realizar un mayor esfuerzo en la lucha contra este flagelo.
México, por su parte, también será analizado con mayor rigor, luego de la cuestionada política de negociación con los narcos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, prorrogada por la actual presidenta, Claudia Sheinbaum. En ese punto, Trump y las agencias del Departamento de Justicia no transigirán.
Venezuela y la democracia
Por último, en lo que tiene que ver con la defensa de las democracias, Trump tendrá tres casos importantes. El primero, será su posición frente a Venezuela y el reconocimiento que seguramente realizará al presidente electo Edmundo González Urrutia, elegido democráticamente y a quien no le fue reconocido el triunfo por la dictadura de Nicolás Maduro.
Un segundo caso será la posición contra Cuba, donde de nuevo se establecerán parámetros sancionatorios, teniendo presente que llegará a la Secretaría de Estado el cubanoamericano Marco Rubio.
En estos dos casos, Trump escuchará a sus bases políticas del estado de la Florida, en donde la comunidad latina quiere cambios urgentes en Cuba y Venezuela y donde el triunfo electoral fue abrumador.
El caso colombiano
El último caso será Colombia, que será puesto en observación por los ataques que han venido sufriendo las instituciones colombianas por el gobierno de Gustavo Petro. En ese sentido, las amenazas contra la Rama Judicial y la Registraduría Nacional del Estado Civil, que amenaza con ser intervenida por el Gobierno y es la entidad que garantizará las elecciones de 2026, son aspectos muy importantes porque Colombia es un bastión democrático de la región, alejado de las dictaduras. Esto se agrega a la excarcelación de criminales por el presidente Petro bajo el pretexto de una ‘paz total’ que no tiene ninguna explicación lógica.
También es necesario que se tenga presente que el presidente Petro paulatinamente se ha venido apoyando de dictaduras como la venezolana para sostener su modelo autoritario y corrupto e incluso para plantear, por parte de algunos de sus alfiles, la posibilidad de cambiar la Constitución Política de 1991 y afectar las reglas de juego democráticas.
Para Petro, la elección de Trump es una mala noticia, pero para los colombianos y su democracia es una noticia que ayudará a recuperar el Estado de derecho y las instituciones.
En síntesis, el presidente Trump tendrá que enfrentar múltiples desafíos internacionales, tanto en el plano de la resolución de problemas bélicos como aquellos que afectan a América Latina. La tarea no será fácil, pero a nivel interno, el triunfo electoral y el acompañamiento de ambas cámaras del Congreso le darán las herramientas para avanzar rápidamente.
Francisco Barbosa
X: @FBarbosaDelgado
*Ex fiscal general de la Nación (2020-2024), profesor del Adam Smith Center for Economic Freedom, Florida International University (FIU)